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10 de mayo de 2015

Puntos metodológicos de construcción de Gobierno Popular

2 de mayo de 2015
Por Roland Denis (Rebelión)

Puntos metodológicos de construcción de Gobierno Popular (I)

1. El fin de la contradicción progresiva
El chavismo como fenómeno político nacido desde la base social es un hecho totalmente contradictorio. Quienes por las razones de su propio proceso y acceso al gobierno por medio de la figura de Chávez, tomaron su “representatividad” burocrática y partidista, más adelante se convierten en una cúpula pequeña que protege sus intereses de poder y riqueza por medio del legado simbólico y orgánico revolucionario que ha dejado este extraordinario movimiento; son los capturadores provisionales del mismo y reproductores del orden capitalista-estatal. Mientras que en su base se siguen construyendo de manera dispersa y con muchos problemas con todo el orden constituido, hechos (acontecimientos) y procesos (saberes y tejidos activos de autogestión y autogobierno colectivo) que le permiten al chavismo seguir siendo una expresión fiel de lo que podríamos la expresión nacional del movimiento comunista internacional y particularmente nuestramericano.
Por mucho tiempo este fenómeno contradictorio, inevitable incluso desde los inicios del chavismo cuando era solo un movimiento confrontado abiertamente con el orden establecido de la IV república, por muchos costados de su liderazgo y dirección se intentó de convertirla en una dialéctica contradictoria pero progresiva. Es decir que “los de arriba y los de abajo” generen en su contradicción, dentro de la propia lucha de clases inherente a todos estos movimientos, un saldo en favor del acto emancipatorio: es hasta cierto punto la tesis básica del marxismo y su propuesta de transición utilizando las viejas instituciones del Estado nacional.

Es decir, que sea posible forzar a los de arriba, empezando por el propio Chávez, a utilizar los poderes primeramente representativos del movimiento y luego burocráticos como cúpulas que toman el poder de Estado, en favor del establecimiento de un conjunto de medidas políticas que realmente ayuden romper con las bases de un sistema de dominio que ha garantizado entre nosotros un particular modo de la reproducción del colonialismo interno, la dependencia, la desigualdad social, la pervivencia de un estado eminentemente despótico, prooligarquico y corrupto. Si esta ayuda de “los de arriba” se podía garantizar, el resto del trabajo a hacer de acuerdo a la dinámica horizontal de “los de abajo”, fuera del gobierno, alrededor de la expansión del poder popular, tenía todas las posibilidades de salir vencedora.

Muchos dirán hoy que esto fue una inocente ilusión o una jugada oportunista, personalmente no lo creo así aunque se haya trabajado con todas las dudas del mundo y se nos pueda acusar de los que sea, con mucha razón probablemente. Pero a buena fe, era una apuesta que valía toda la pena tirarla y cualquiera que haya sido el saldo de frustración, por otro lado ha sido una aprendizaje colectivo de una inmenso valor histórico. En todo caso esto queda para la discusión de los cafés y los libros, porque ya los hechos están cumplidos. Hoy en día a nuestra consideración seguir hablando de “una dialéctica progresiva” entre “los de arriba y los de abajo” no tiene el más mínimo sentido. Y el problema no es en sí mismo político o ideológico, si el gobierno de Nicolás es o no revolucionario en sus formalidades e intenciones.

El problema en este caso comienza siendo un hecho eminentemente moral. Por sólo poner un punto: establecer un sistema de cambio donde un chiquito mundo de sátrapas de la oligarquía junto a sus contactos de gobierno absorben una gigantesca parte de las divisas de Estado en un determinado precio para venderlas hasta legalmente por un precio veinte veces mayor (y más aún en el mercado negro), poniendo a toda una población a pagar estas ganancias (o este acto de descomunal desfalco público) por medio de la hiperinflación que esto genera, o a vivir desesperados por conseguir aunque sea un dólar para entrar por lo menos en una ínfima parte de esta ganancia, es algo que trasciende toda discusión política y se convierte en un acto de inmoralidad absoluta por parte “de los de arriba”. Están haciendo exactamente lo mismo que la “troika” europea quienes, quitándole todos sus beneficios históricos a las clases trabajadoras europeas, esa inmensa expropiación a la clase trabajadora la hacen en función de retribuirle sus ganancias a las cúpulas bancarias más ladronas del mundo. Sólo que en este caso los políticos europeos aparentemente no están engañando a nadie, lo hacen defendiendo este sistema de dominio y asumiendo como derecho a hacerlo el voto popular que los ha elegido. Mientras que entre nosotros, el engaño es absoluto, esencialmente el mismo mecanismo se hace en nombre “de la revolución popular, anticapitalista y etc”. Esto es simplemente un descaro de la peor calaña que nada tiene que ver con tendencias políticas y de pensamiento (al menos que aceptemos que el descarado engaño sea una tendencia legítima dentro del pensamiento revolucionario). Por supuesto, lo hacen bajo la creencia que su fuerte “aparato de captura” de cuerpos y conciencias, utilizando el legado chavista es infinito. Ya veremos si es así, si podemos ser tan infinitamente imbéciles y engañables…es posible, Diosdao está contento, el devenir dirá.

2. Premisas para una metodología de Gobierno Popular
Entrando ahora en el problema del método, este comienza con la pregunta respecto al ¿cómo hacer?. Un punto que para nosotros supone responder metodológicamente a una pregunta respecto al “¿qué hacer?” y para lo cual utilizamos la figura de “Gobierno Popular” desarrollado en el artículo anterior “Principios y preguntas de Gobierno Popular”. Pero antes precisemos una cosa. ¿Cuál es la posición que hemos asumido respecto al que hacer?, ¿por qué tiene sentido ahora más que nunca hablar de Gobierno Popular fuera del Estado?. Se pueden asumir tres posiciones, y de hecho las hay, frente a las circunstancias que vivimos (a parte de apoyar pasivamente el gobierno y ser un burócrata o un iluso más metido en este engaño). La primera: seguimos jugando el juego de la “dialéctica progresiva”, a una especie de acumulación de fuerzas bajo un horizonte que se pierde todos los días. El mecanismo es el silencio y una complicidad que todos los días es más imposible al menos que entremos en el juego oscuro, es decir la inmoralidad y la corrupción. Descartada esta posibilidad. La segunda: es jugar a la conspiración y el desespero, o la saltadera de talanqueras, a la frustración de quien se asume víctima de un engaño, ayudando en el fondo a que el lado oscuro de la misma luna, la derecha oficialmente establecida, sustituya este gobierno de ricos. Un absurdo. O por el contrario a estas dos primeras: reconocemos que el movimiento contradictorio de esta historia, el “no-lugar” a que ha llegado, no sólo es la historia de “los de arriba” sino también de “los de abajo”, asumiendo que ha llegado el momento de politizar esa historia, es decir, convertirla en un acontecimiento que empiece a quebrar los mecanismos de dominio, no importa cuán grande o pequeña es esta opción. Eso es lo que hemos llamado “construir Gobierno Popular”, convertir en política y en estrategia lo que hemos venido reconociendo como “la moral del alzado”.

3. Cuatro puntos metodológicos básicos
-¿Cómo gobierna el Gobierno Popular?, una de las preguntas iniciales que intentamos responder dentro del documento anterior. Se establece que su método de gobierno es la capacidad que se tenga de concentrar procesos de autogobierno colectivo y que su decisión tenga la fuerza suficiente como para poner “al estado contra la pared”. Esa es la premisa metodológica básica.
-Ahora bien, entendamos que la capacidad que se va gestando de agrupar y sintetizar espacios plurales de autogobierno por fuera del Estado, necesita reconocer cuál es la situación que hoy vive el estado venezolano como maquinaria de poder. Muy buena esa aquella alegoría de Deleze y Guatari de visualizar el Estado como una “maquinaria de captura”. Desde ese punto de vista el Estado venezolano, es un viejo instrumento de dominio que se va desgastando y siendo sustituido por formaciones paraestatales que se internan dentro de él, capturando territorios, y estableciendo nuevos órdenes despóticos donde solo impera su propia ley, acumulando una fuerza militar que muchas veces es superior a los cuerpos de seguridad del Estado (es una situación que se multiplica dentro de todos los Estado subordinados del mundo). La situación en el estado Bolívar es un típico ejemplo de ello. Todo espacio de Gobierno Popular necesita entonces tener la capacidad de quebrar estas lógicas de captura y sustituirlas no con una nueva sino por redes asamblearias con suficiente capacidad operativa como para ir desplazando los viejos y nuevos despotismos.
-Ningún Gobierno Popular es una voluntad concentrada que toma el Estado para sí. Como dirían los filósofos no aspira a ser una nueva totalidad dominante, un “Uno” que sustituye el viejo estado por uno nuevo. Por tanto, metodológicamente hablando su desarrollo no se da de acuerdo a los viejos parámetros de la acumulación de fuerzas (se condensa y condensa fuerza hasta llegar a tener la suficiente como para plantearse por las buenas o las malas capturar el Estado). Su lógica es la del tejido que se expande, que va produciendo capacidad colectiva para gobernar aspectos distintos y a la vez entremezclados en la vida colectiva común: espacios de producción y distribución, generación de tecnologías, de educación, cultura, defensa. Cada uno de ellos constituye un tejido particular que a su vez se centraliza y articula con el resto dentro del espacio de conexión que estamos llamando “Gobierno Popular”.
-Y un cuarto punto que desarrollaremos mejor en la segunda parte de este artículo, tiene que ver con el Gobierno Popular como acontecimiento y como proceso. Es decir, no se trata de prefigurar una espacie de modelo a priori de Gobierno Popular. La revolución es siempre un impredecible que acontece o no. Apostamos a que la revolución “por fuera del Estado” aunque formalmente suceda dentro de un espacio de gobierno estatal determinado, en este caso el estado nacional venezolano, comience a ser un hecho siguiendo los horizontes autogobernantes planteados desde la misma revolución bolivariana. Es un acontecimiento confrontado y a la vez distante de todos estos aparatos sobre el cual es imprescindible comenzar a trabajar conjuntamente, dado el desastre que han generado “los de arriba”.

Puntos metodológicos de construcción de Gobierno Popular (II)
Siguiendo los elementos contemplados en la primera parte de este documento sobre método de Gobierno Popular, comencemos con profundizar los cinco puntos adelantados. Tengamos en claro que estamos procurando crear un camino estratégico claro para romper de una vez por todas con la ilusión del Estado burgués, la tramoya que heredamos desde el colonialismo hasta convertirnos en repúblicas fragmentadas instaladas en su conjunto para darle continuidad a un modelo de dominio que se universaliza con la globalización capitalista. El caso de la desaparición del compañero Alcedo Mora, por tomar uno de tantos elementos en caliente, ignorado y silenciado por un Estado que a todas luces aparece como cómplice posiblemente junto a organizaciones que se hacen pasar por revolucionarias, de la desaparición de este noble y crítico luchador posiblemente, no es solamente indignante sino que nos enfrenta a una verdad que ya es ineludible: el Estado nada tiene que ver con la democracia como cometido esencial de gobierno del pueblo.
El Estado, el poder constituido, sus partidos políticos de derecha e izquierda, su devenir y crisis con la aparición de todas las formas paraestatales que la violencia de las economías mafiosas impone, su conversión en consulados de poderes imperiales hegemónicos, usan el derecho democrático para reproducirse como instancias despóticas de poder que en este caso coinciden con el proceso imperial del capitalismo. La desaparición de este compañero chavista, los silencios y complicidades institucionales, deja una vez más en forma clara e ineludible esta verdad frente a lo cual no tenemos ninguna necesidad de llorar como víctimas de una tragedia, sino politizar de una vez por todas la alternativa del no-Estado bajo la cultura y la praxis de “otra política”. Entramos entonces en una nueva historia, con un tiempo y un espacio propio, un proceso largo y difícil que ha de independizarse cada vez más del historial político que nos han dejado los Estados capitalistas y su actual crisis en el mundo entero. Es el gran reto de la revolución en este siglo después del fracaso o al menos la paralización en el tiempo de todas las grandes experiencias históricas del socialismo de Estado, incluidas las experiencias democráticas revolucionarias nuestramericanas –Bolivia, ecuador, Venezuela, principalmente- que a grandes rasgos más bien han servido de tránsito hacia la consolidación del poder y ahora Gobierno Popular.
Empecemos entonces por “pensar”, tal y como lo pediría toda “razón de todos” dentro del pensamiento revolucionario, esa alternativa de “Gobierno Popular”. Seguimos en esta parte con el trazado del método ya comenzado, empezando por preguntarnos: ¿desde el punto de vista metodológico, es decir, del cómo avanzamos hacia estructuras de Gobierno Popular, cuáles son los objetivos inmediatos a enfrentar?

Objetivos inmediatos
-Tener la capacidad de gobernar “poniendo al Estado contra la pared”. Forzándolo, develando sus trampas, transparentando sus verdades escondidas, controlándolo, tomando sus instancias de producción y acaparamiento de la renta fiscal y del suelo, y finalmente sustituyéndolo en cada vez más planos de la gobernabilidad de la realidad común colectiva.
-Garantizar de esta manera una “nueva soberanía” que no pasa por los límites del Estado-Nación, sino que lo trasciende, empuja la política emancipatoria de los pueblos mucho más allá de nacionalismo burgués hacia una lucha supranacional más allá de todas las diversidades que hacen a cualquier pueblo.
-Quebrar sus instancias de captura y neutralización del potencial insurgente del pueblo. Formando en tan sentido no instancias de captura sustitutivas –tragedia de muchas organización de izquierda históricamente- que jueguen a la mera acumulación de fuerzas institucionalizadas, sino al tejido de autogobierno que se expande , articula y fortalece territorial y nacionalmente.
-Formar tejidos heterogéneos que se van entrelazando dentro de los mismos territorios de Gobierno Popular y más allá de ellos a nivel de la producción, la distribución, la defensa, la comunicación, la educación, la salud, el ambiente, la cultura, etc.
-Garantizar los procesos constitutivos de Gobierno Popular, en primer lugar por corredores territoriales que se compactarán mediante la formación de parlamentos comunes y actas o contratos sociales que normen su existencia y ejercicio concreto de gobernabilidad.

Método: la articulación territorial
-Decimos entonces que Gobierno Popular tiene como primer reto verse a sí mismo como acontecimiento y como proceso. Como un hecho que irrumpe, se aleja de lógica del capital y el Estado, y comienza con pleno derecho a construir un espacio solidario, de iguales, dentro incluso de las terribles realidades que la decadencia y degradación de las sociedades urbanas controladas por la ley del egoísmo y la acumulación nos ha llevado. Esa es su connotación estrictamente política. Pero al mismo tiempo todo espacio de Gobierno Popular es un saber y una “ciencia del pueblo” que se va haciendo en la práctica y la cualificación de sus prácticas. Es la verdad que le sigue al acontecimiento político, allí se hace universal, se define como continuación de la lucha universal comunista. El gobernante colectivo conoce su realidad, cada vez más a fondo y no solo ello, sino que construye nuevos saberes capaces de generar nuevas relaciones sociales y nuevos potenciales productivos, comunicantes, defensivos, es decir, como decía Gramsci, lleva adelante y a fondo toda la reforma intelectual y moral que necesita un espacio social para salirse del marasmo de las relaciones sociales y la cultura individualista y fragmentaria del capitalismo.

-Cada espacio autogobernante se enfrentará a situaciones que le van sumando heterogeneidad al espacio en la medida en que se van fraguando dentro de realidades cada vez más complejas desde lo rural hasta lo urbano. No por casualidad estas experiencias en nuestro caso han podido empezar su camino dentro de espacios rurales que son relativamente homogéneos socialmente, mucho más fácil de agrupar y establecer metas comunes que por lo general comienzan con la producción y distribución común en áreas donde todos son productores de la tierra agrupados en consejos campesinos y comunas. El reto es prepararse para abordar no solo situaciones rurales sino urbanas donde los problemas y la heterogeneidad de los sujetos sociales (como trabajadores y como comunidades) es mucho mayor, como mayores son los problemas de violencia, captura de las organizaciones de los aparatos de Estado, carencias comunitarias, conflictividades laborales, etc.

-Dentro de este plano entendamos que toda realidad autogobernante no se fabrica desde una perspectiva despótica de Estado. Es decir, no es un poder constituido estructurado burocrática y verticalmente que exige obediencia, sino una realidad política se gesta desde el entusiasmo y el compromiso colectivo horizontal, básicamente de organizaciones de base. Por tanto su tiempo y dinámica de articulación supone un proceso desigual y combinado de elementos concretos que generan las redes autogobernantes en todos sus planos o aspectos concretos de la realidad: salud, ambiente, producción, etc. Cada uno de estos planos se entrelaza con el otro y guarda a su vez su independencia creando el tejido activo del Gobierno Popular.

-Hay necesidades inmediatas que toda población pide que se resuelva y deben ser prioridades para todo Gobierno Popular. Ejemplo abastecimiento, servicios, seguridad, por tomar los casos más demandados. Y así mismo hay horizontes más estratégicos, como producción, comunicación, defensa. Solo generando un verdadero análisis situacional territorial de acuerdo un diagnóstico de geopolítica territorial adecuado se pueden generar los planos de trabajo donde todos estos temas que atañen a la gobernabilidad colectiva. Estos podrían ser enfrentados en grupos pluritemáticos o unitemáticos, es decir, se enfrentan varias prioridades a la vez o se van atacando una por una de acuerdo a la complejidad de la situación y la fuerza concreta de organización con que se cuente.

-Estamos claros, no hay proceso revolucionario que se pueda predeterminar ni moldear en forma utópica, hay una utopía de la libertad y la igualdad asumida y ejercida que debe hacerse carne, organicidad de otra política contraria a todos moldes estatistas y paraestatistas de la dominación capitalista. Sin embargo, ya sabemos, contrariamente a la izquierda que por un siglo sólo apostó a tomar el poder de Estado y en ello se concentró y fracasó, que todo punto de partida ha de ser un acto político que se concreta dentro de un territorio delimitado pero a la vez potencialmente infinito. A eso hemos llamado “corredores territoriales de autogobierno”, más concretamente de Gobierno Popular. Es la experiencia que tenemos hasta los momentos Metodológicamente el corredor es una “unidad compleja de liberación”, no es sólo “la unidad de la clase”, vista en forma abstracta donde solo priva el problema de la situación económica y laboral de cada quien. Aquí el problema de clase se traslada a todos sus determinantes tanto dentro de las relaciones sociales de producción como dentro del entramado de las relaciones comunitarias y urbanas. Esto es lo que debemos resolver en forma de un método cambiante y multidimensional del ejercicio de una política libertaria. El “corredor” son comunas, consejos, formas locales de poder popular (agua, energía, salud, organización de trabajadores, comunicación, consumo, etc) reunidas en distintas variantes de acuerdo a la región. Pero el “corredor” es a su vez un espacio amplio que subdivide un gran territorio rural o urbano no sobre el principio de la división estatal sino de la uniformidad de un espacio dentro de la cuidad o dentro de la geografía rural.

-El paso fundamental del momento meramente de ejercicio de poderes populares fragmentados –y por ello tan cooptados y utilizados por los aparatos de dominio- al de Gobierno Popular, es un reto que desde el punto de vista metodológico no es otra cosa que una síntesis de muchos planos de articulación de políticas de liberación, que no nacen espontáneamente “de la vida”, del mero movimientismo, de las resistencias aisladas, sino de un cuerpo unificado que obtiene su fuerza de su misma política, es decir, de la fuerza que supone poner en movimiento unido todas las voluntades posibles de manera que se trascienda por entero los siglos que llevamos aguantando de manera tiránica o “democrática”, la dictadura de las élites beneficiadas por el capital. Estamos apenas mirando los primeros destellos de esta nueva etapa revolucionaria y su empuje en el mundo. Por el desastre de una corrupta élite autocrática que se apoderó del Estado, no dejemos perder la inmensa experiencia que ha supuesto construir consciencia de autogobierno y de plena democracia entre nuestro pueblo. El método es tan dinámico como la experiencia misma, pero es fundamental ir sistematizándola y convirtiéndola en un saber colectivo que se difunde, utilizando las herramientas informáticas de la memoria, el ordenamiento en programas y la difusión. Allí el hecho de que gobernemos “muchos” y no unos pocos vivos y ricos, comienza a a ser un hecho dejando de lado “el sueño de lo posible” para convertirse en una realidad que estamos fabricando.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=198330

II. “Marea Socialista irrumpe en el escenario político como alternativa organizativa de izquierda” en Venezuela.

Las Casas De Las Mareas
22 de marzo de 2015

Por: Nicmer Evans

Ante el deterioro en la conducción del proceso revolucionario, como consecuencia del distanciamiento de la cúpula del gobierno y del Psuv con la base chavista militante; y con el compromiso a la lealtad con el legado del Presidente Chávez, basada en la unidad popular, en rechazo a la extorsión de algunos autodenominados “hijos de Chávez”, que usufructúan su herencia política convocando a una “unidad” que el Presidente nunca pidió: la “unidad” con corruptos y pintados de rojos, que han orientado al proceso revolucionario a su peor momento en el apoyo popular, Marea Socialista irrumpe en el escenario político como la alternativa organizativa de izquierda, que defiende las conquistas del pueblo trabajador y que levanta las banderas primigenias del movimiento bolivariano contra la corrupción y el burocratismo.

De Marea Socialista se han dicho muchas cosas, pero hoy se erige como una corriente política nacional que busca sumar voluntades para poder plantear propuestas ante la crisis política y económica que vive el país, siendo hoy la única organización que no tiene temor de señalar que tanto una parte de la  burocracia como una parte del sector financiero y empresarial tienen la responsabilidad de la crisis que vive el país, y exige que no sea el pueblo que vive de su salario, el que termine siendo “el pendejo que pague la responsabilidad de los otros”.
Esta postura, que hace que Marea Socialista no le deba favores a nadie, y que pueda dignamente convocar a la gente de buena voluntad a sumar sus esfuerzos por un mejor país para nosotros y nuestros hijos, es la que hoy da un paso más, adelante del resto de las organizaciones políticas contemporáneas para que el pueblo organizado muestre su fuerza de voluntad en la exigencia de la rectificación del rumbo del proceso revolucionario, y cree los espacios de debate que hoy ya no existen en nuestras comunidades: Las Casas de las Mareas, el espacio comunitario por excelencia que abre sus puertas para la crítica y la propuesta comprometida con la construcción de un socialismo a la venezolana, soberano, independiente y antiimperialista.

En el marco de un Proceso Constituyente, así anunciado por Marea Socialista, donde se convoca a todo aquel que se identifica con las propuestas de la Corriente Nacional a que se debata cuál es la forma de organización que nos queremos dar, cómo debemos organizarnos para preservar nuestra soberanía y resistir cualquier voluntad injerencista y cuál es el proyecto que queremos proponerle al país como alternativa al capitalismo, e incluso se discuta nuestra participación en las próximas elecciones parlamentarias, Las Casas de la Mareas, que no son más que espacios solidariamente aportados por familias en comunidades ganadas al proyecto, se convierten en el epicentro del debate político, y espacio de organización y articulación con colectivos, frentes y cualquier forma de agrupación social que esté dispuesta a construir colectivamente sin imposiciones.

Ya hoy, en apenas dos semanas, llevamos más de 10 Casas de la Mareas entre Falcón, Guárico y Caracas, y nuestra aspiración es que en cada municipio existan cuadrantes que tengan identificadas estas casas del Poder Popular, donde la crítica y el debate transparente tengan un lugar privilegiado para la articulación en función de aplicar las soluciones pertinentes a los problemas, en autogestión o cogestión revolucionaria.

Con la constitución de Las Casas de Las Mareas, la convocatoria a la Auditoría Pública Ciudadana contra el desfalco a la nación adquiere un nuevo destino, ya que ante la indiferencia  del gobierno y la oposición a investigar a los responsables del desangre a la nación, estos espacios pasan a constituirse en los ágoras de la auditoria ciudadana o contraloría social sin mediación burocrática.
Por otra parte, semanalmente Marea Socialista publica una editorial colgada en www.aporrea.orgque sirve de base para el debate en Las Casas de la Mareas, pero adicionalmente se emite un programa de radio semanal de libre transmisión para las radios comunitarias, además  de información permanente de las actividades desarrolladas y documentos para la discusión en la página www.mareasocialista.com.ve.

El trabajo voluntario, la constancia y la pertinencia política son valores fundamentales para el mantenimiento de los espacios que se empiezan a conquistar, con el objetivo de demostrar que la pluralidad y la democracia participativa y protagónica son las bases fundamentales en la construcción de una sociedad socialista, y que cualquier otra cosa es una deformación que se debe combatir. ¡Que todas las casas de quienes creemos y practicamos la democracia real se conviertan en las Casas de Las Mareas!



I. “Marea Socialista irrumpe en el escenario político como alternativa organizativa de izquierda” en Venezuela.

Editorial nº 1 del 23/02/2015
El intento de golpe y la nueva Coyuntura
25 de febrero de 2015

Por Marea Socialista  (Rebelión)

El frustrado intento de golpe viene a probar el nivel al que ha llegado la crisis en el país. A la situación económica, alarmante para la mayoría del pueblo que vive de su trabajo, se suma el impacto que tiene en el imaginario colectivo la acción golpista develada el 12 de febrero último.
Una intentona realizada por oficiales activos de la FANB que contaría con la inspiración de parte destacada de la dirección política de la derecha local, como sugiere la detención del Alcalde Mayor Antonio Ledesma y con claro respaldo internacional de Estados Unidos y sus subordinados del PP español y de Suramérica. Así se ha agrietado, quiérase o no, un elemento, quizás el último, que perduraba como base de estabilidad política: la certeza de que las fuerzas armadas como un todo sostenían al gobierno.
Pero confundir la dinámica de la situación con el momento concreto, es decir, la grieta con el quiebre total, puede ser el mayor error que se cometa en el análisis de situación. El gobierno del Presidente Maduro tiene una ventaja: aún hoy, a pesar de que se desarrollan, con velocidad de vértigo una serie de condiciones, de las cuales la más grave es la crisis económica, la situación está represada, aunque esta ventaja esté rodeada de un mar de confusiones y de conflictos aislados. Sin embargo, la detención de Ledezma, la vuelta de La Hojilla y el pedido sobre Julio Borges y María Corina Machado, muestran que estamos en el inicio de una nueva coyuntura política.

Porque decir que la situación está contenida no significa que esté quieta. No es que con la develación del golpe haya terminado, es que ha empezado una batalla decisiva. Y, en este caso, como en los primeros minutos de un match de box, los actores sociales y políticos se estudian, hacen fintas, se mueven, amagan con lanzar un golpe para estudiar la reacción del oponente y así, hasta definir su línea de combate. Por ahora no está claro en cuál escenario se dará el round decisivo de esta coyuntura. Por eso cualquier situación puede presentarse. De todas formas, pareciera que lo más probable, en todo caso lo más sensato, es que todos los escenarios futuros deberían pasar primero por la alcabala de las elecciones legislativas de este año.

Visto desde el lugar de los que defendemos el Proceso Bolivariano, es tiempo de pensar con cabeza fría, debatir las causas profundas que nos han traído hasta aquí y definir los pasos a seguir. No es tiempo de propaganda hueca, vacía, tampoco de polarización electorera. Se trata de explicar pacientemente a nuestro pueblo las condiciones reales que hoy plantea la lucha y de hacer las propuestas para que, cambiando el rumbo actual, el gobierno aplique las políticas y medidas de solución a la crisis que el pueblo perciba como correctas para defender sus derechos.

El debate en la oposición: Dos tácticas que confluyen
La crisis en la oposición está asentada en una diferencia de política. Y ese matiz es transversal a los partidos y formaciones que integran ese arco, no corresponde sólo a algunos partidos o grupos. Aunque algunos de estos partidos o dirigentes son la avanzada de cada una de las tácticas.
Mientras que el sector con métodos más contrarrevolucionarios, más radicalmente fascistoide, sostiene la necesidad de una “salida” abrupta del gobierno, y la viene impulsando, acompañado por el gobierno norteamericano y la ultra derecha continental, otros actores, todavía aparentemente mayoritarios entre los dirigentes opositores al chavismo, diseñan un rumbo más gradualista, de acumulación de fuerzas y por ahora electoral. Estas dos tácticas en realidad expresan dos caras de la misma moneda.

Pero creer que esas diferencias tácticas son insalvables, o que alguno de esos sectores es “pacífico o democrático”, es ilusorio. Ellos, más allá de sus diferencias, tienen un acuerdo estratégico: los dos quieren liquidar la Revolución, el Proceso Bolivariano. Ambos buscan borrar de la faz de la tierra hasta el recuerdo del Legado de Chávez. Es decir: las conquistas sociales, políticas, culturales y económicas del Proceso. Y sobre todo pretenden borrar la idea de Justicia Social que se logró instalar en el alma de nuestro pueblo. Para esto cuentan además del apoyo internacional con la colaboración de la derecha interna anidada en el gobierno.

Un nuevo llamado a la rectificación al presidente Maduro
Desde Marea Socialista hemos presentado reiteradamente propuestas para la emergencia. Estas propuestas son alternativas a las medidas que viene implementando el gobierno del presidente Maduro. Son muchos los que sostienen propuestas similares a las nuestras, como el Profesor Luis Brito García, (Miembro del Consejo de Estado) entre ellos.
Pero no han sido escuchadas. Las medidas del gobierno siguen por otro rumbo: Las leyes habilitantes de fin del año 2014, con la apertura de las zonas económicas especiales y la nueva ley de inversiones extranjeras. La apertura del SIMADI, un nuevo mercado cambiario de características especulativas similar al “dólar permuta” que llevó a la crisis bancaria del 2009, y que ha provocado una fuerte devaluación. La reducción de importaciones para cumplir los pagos de una deuda externa sospechada de ilegítima. Noticias periodísticas como la aparecida el sábado 21 de febrero, donde altas fuentes del gobierno dicen que se prepara la devolución de empresas nacionalizadas, el ajuste de precios permanente en los productos básicos como pollo, carne, azúcar, harina, arroz, transporte público, el desabastecimiento, el próximo aumento del precio de la gasolina, y un salario deteriorado en extremo, todo ello complica, todavía más, la situación del pueblo que vive de su trabajo.
Estas medidas que está aplicando o aplicará el gobierno y las consecuencias que provocan, son las que, desde nuestro punto de vista, atacan en primer lugar las conquistas del Proceso y están provocando un malestar creciente en nuestro pueblo.
De continuar este rumbo, se profundizará y se hará irreversible la pérdida de una parte sustancial de la base social que viene sosteniendo al gobierno y al Proceso Bolivariano. Ese es hoy el principal peligro que enfrentamos. Por eso nuestro nuevo llamado al presidente Maduro a rectificar el rumbo, para recuperar las palancas de soberanía, real participación popular y justicia social que son pilares del Legado de Chávez.

No caer en la tentación autoritaria que provoca la crisis
La combinación de crisis económica, aplicación de contrarreformas contra algunas de las conquistas del Proceso, y la inestabilidad política nos está poniendo a las puertas de una crisis de gobernabilidad. Esta situación presiona a algunos de los dirigentes del gobierno y del partido a una tentación suicida, una solución autoritaria.
Ya hay síntomas peligrosos, aunque todavía aislados, de lo que eso significaría, algunos de ellos son: la intervención antidemocrática en procesos electorales autónomos de trabajadores, como el caso SIDOR. El desconocimiento y violación de puntos fundamentales de la Ley Orgánica del Trabajo, en el caso específico de la inamovilidad laboral, los fueros sindicales y muchos otros puntos. La persecución, retaliación política y detenciones arbitrarias en ámbitos locales o regionales y laborales. La violación de derechos civiles por parte de autoridades políticas, por ejemplo la represión brutal contra los campesinos de la Cañada Avileña. Estos casos son algunos de muchos que suceden cotidianamente y donde se violan derechos elementales de nuestro pueblo. Estos hechos aislados que creemos no cuentan con el respaldo del gobierno deben ser frenados.

Es necesario vencer la tentación autoritaria que provoca toda crisis. La razón de ser del Proceso es la participación democrática del pueblo en la conducción de su propio destino. Si presionados por la situación se busca cortar los canales de expresión al pueblo que vive de su trabajo o acotar las garantías constitucionales, se estaría cometiendo un error grave. Se debilitará la posibilidad de defender al proceso de nuevos intentos golpistas.

Para enfrentar la agresión, moralizar al pueblo que vive de su trabajo
La agresión se está desarrollando. Las declaraciones, cada día más injerencistas del gobierno de Estados Unidos, el acompañamiento que de esas declaraciones hacen los sectores más de derecha de América Latina, como Álvaro Uribe, lo mismo que la derecha española. A esto se suman errores propios que preparan la justificación de una escalada de esa injerencia.

Se ha vuelto imprescindible abrir un profundo debate con las bases del proceso. Con el pueblo que vive de su trabajo. Un debate donde el gobierno escuche a su base social y no solo le hable.
Si se abre ese debate, si se logra que del mismo surjan medidas a favor del pueblo trabajador, si se avanza hacia lograr que la crisis actual la paguen los que la provocaron los empresarios, las cúpulas políticas y la burocracia corrupta y no el pueblo; entonces empezaremos a recorrer el camino para moralizar y poner en pie de lucha a un pueblo castigado por el desabastecimiento, la carestía, el maltrato y la confusión.
Sólo así podremos defender con posibilidades de éxito el Proceso Bolivariano y sus conquistas y enfrentar los intentos desestabilizadores de la derecha internacional y local, la de adentro y la de afuera. De lo contrario estaríamos recorriendo la breve distancia que nos separa de una crisis de gobernabilidad de consecuencias impredecibles.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=195799