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24 de enero de 2011

El posneoliberalismo o neodesarrollismo es una estrategia de la derecha más lúcida

La politóloga mexicana Beatriz Stolowicz afirma “El posneoliberalismo no es más que un manual táctico conservador para apuntalar al gran capital” al ser entrevistada por Fernando Arellano Ortiz (Cronicon.net)
La izquierda latinoamericana y el pensamiento crítico no deben usar el término “posneoliberalismo” para calificar un proyecto sociopolítico alternativo, porque en realidad, no es más que “la estrategia en curso en América Latina en la que las propias clases dominantes redefinen el neoliberalismo” para fortalecer y apuntalar al capital, sostiene la científica social mexicana, Beatriz Stolowicz Weinberger.
Sus bien documentados estudios sobre la evolución del capitalismo en Latinoamérica la han llevado a caracterizar las distintas etapas por las que ha transitado el proceso de explotación, aprovechamiento y conculcación al que ha sido sometida la región durante el último cuarto de siglo por parte del capital financiero transnacional y las oligarquías locales a su servicio.
Profesora e investigadora del Departamento de Política y Cultura, Área Problemas de América Latina, de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco, México, conferencista internacional y autora de varios libros y ensayos, Stolowicz es un referente del pensamiento crítico y una analista aguda de la realidad socioeconómica y política del hemisferio.
Nueva época de crisis capitalista
En su concepto, el mundo ha “ingresado en una nueva época de crisis del capitalismo como sistema histórico, de un capitalismo que siendo primordialmente especulativo, rentista y expropiador sólo puede reproducirse agudizando contradicciones incurables. Esta es una situación nueva, no comparable a período anterior alguno. Los sectores más lúcidos de la derecha lo saben; están desarrollando una estrategia para enfrentarlo, y lo están haciendo con miras a 50 años. Su estrategia tiene como eje la seguridad, seguridad para el capital, en primer lugar sobre la propiedad; seguridad para garantizar las condiciones de su reproducción, basadas cada vez más en formas de acumulación originaria, es decir, de expropiación, de saqueo, con formas neocoloniales basadas en el control territorial directo sobre las materias primas, los recursos energéticos, el agua, la biodiversidad, además de imponerle a las regiones más débiles sus desechos tóxicos; y seguridad frente a la pérdida irremediable de la cohesión social, eso que llaman 'capital social' y que en buen romance implica domesticar a los oprimidos, proclives cada vez más a la protesta y la rebeldía. Los dominantes han logrado socializar su gran problema estratégico de la seguridad como un asunto tan sólo de 'hurtos y rapiñas', una trivialización que confunde a no pocos izquierdistas”.
Posneoliberalismo, estrategia conservadora
Stolowicz discrepa con colegas suyos como Emir Sader, el secretario ejecutivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), quien utiliza el término “posneoliberalismo” para denotar la nueva etapa socioeconómica por la que han entrado algunos países latinoamericanos gobernados por líderes progresistas o de izquierda, y cuyo objetivo es el de “enterrar la larga y triste noche neoliberal”, para usar la frase del presidente ecuatoriano Rafael Correa.
En América Latina, explica, el posneoliberalismo no es más que una estrategia táctica conservadora que los ideólogos más lúcidos del sistema, encumbrados en el Banco Mundial, vienen gestando desde hace más de una década.


Lo que ocurre, afirma, es “que se presenta como crítica al neoliberalismo, incluso expropiándole el lenguaje a la izquierda, pero que tiene por objetivo preservar al capitalismo. Es una estrategia esencialmente de control político, que comienza a implementarse desde mediados de la década pasada cuando diagnostican crisis de gobernabilidad por el fracaso del modelo político para impedir la expresión de demandas sociales; que luego busca incidir en el debate de alternativas al neoliberalismo con el propósito de neutralizarlas, y que, cuanto más difícil les resulta impedir que la izquierda gane elecciones, tiene ahora por objetivo hacer que ella se haga cargo de la ejecución de esa estrategia. Los éxitos que ya han tenido es una medida de los problemas en el pensamiento de la izquierda, tanto para pensarse a sí misma como para pensar a los dominantes. Una izquierda que además de vaciamiento teórico muestra un insuficiente conocimiento histórico, lo que la lleva a enredarse en los discursos doctrinarios que dan forma y encubren los objetivos capitalistas; y que tiene déficit investigativos que le dificultan distinguir entre discurso y proyecto dominantes”.
Neoliberalismo: intensa intervención estatal a favor del gran capital
Dentro de este contexto, aclara que “el neoliberalismo no es Estado mínimo, sino una intensa intervención estatal a favor del gran capital: disciplinando a la fuerza de trabajo; liberando al capital de toda traba jurídica; transfiriéndole riqueza social e ingresos de los no propietarios; estatizando la política para subordinarla a sus intereses. Tampoco puede ser reducido al “Consenso de Washington”, fetichizado por cierto porque existe como consenso real pero con minúscula, no formalizado como para ponerlo con mayúscula. Aun si admitiéramos la reducción del neoliberalismo a ese decálogo de políticas económicas, éstas condensan y reproducen ampliadamente la violenta transformación de las relaciones de poder entre capital y trabajo a favor del primero, que es la esencia, condición y resultado de la reestructuración capitalista. No pueden cambiarse esas políticas sin alterar las relaciones de poder que les dan sustento, y el posneoliberalismo busca conservarlas. Por otra parte, la personalización del responsable “afuera”, en Washington, exime de responsabilidades a los capitalistas concretos: a los grandes, también latinoamericanos que son transnacionales, y asimismo a los medianos, que han sido satélites y cómplices del gran capital”.
Reestructuración neoliberal
“Estamos asistiendo a un punto de llegada –agrega- de la estrategia ejecutada desde hace veinte años para estabilizar y legitimar la reestructuración neoliberal del capitalismo en América Latina. El 'nuevo consenso' cobra relevancia pública desde el Banco Mundial en 1997, tras la llegada de Joseph Stiglitz como vicepresidente y economista jefe del Banco, tras dejar el cargo de jefe de asesores económicos del presidente Clinton”.
“Stiglitz es un ideólogo de la Tercera Vía con la que se impulsó la expansión global de Estados Unidos en los noventa. La publicación por el Banco Mundial del Informe sobre el desarrollo mundial 1977: 'el Estado en un mundo de transformación' impacta como el primer manifiesto antineoliberal contrario a lo que George Soros denominó fundamentalismo de mercados pocos meses después”.
Perry Rubio y Javed Burky, los “gurús” del posneoliberalismo en América Latina
Dos economistas, uno colombiano y otro pakistaní, señala Stolowicz, son los “gurús” del posneoliberalismo en Latinoamérica, cuyas recomendaciones están recogidas en una especie de Biblia.
En efecto, explica, en septiembre de 1998, el Banco Mundial publica el todavía más impactante informe que el de Stiglitz, “Más allá del Consenso de Washington. La hora de la reforma institucional”, dedicado específicamente a América Latina. Sus autores son el ex ministro de Hacienda colombiano Guillermo Perry Rubio, economista jefe para la Oficina Regional de América Latina y el Caribe, y el ex ministro de Finanzas de Pakistán, Shahid Javed Burki, titulado “La larga marcha”.
“Su propuesta apunta a convertir a América Latina en un espacio de estabilización del capital trasnacional tras las crisis financieras, haciendo que masas de capital especulativo excedente, en riesgo de desvalorización, se reciclen en la acumulación por desposesión con asiento territorial tanto en la explotación y saqueo de riquezas naturales, como en la explotación de la fuerza de trabajo; así como la recuperación de la acumulación ampliada mediante la construcción de infraestructura —de más lenta rotación pero asegurada por el Estado—, que a su vez potencia la acumulación por desposesión con el abaratamiento de la extracción de esas riquezas naturales”.

La Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Sudamericana (IIRSA) y el Plan Puebla Panamá —ahora Proyecto Mesoamérica—, que tienen ya una década, son algunos de los entramados institucionales para esos objetivos. En esto consiste el 'neodesarrollismo', que aunque se presente a veces con discursos nacionalistas es desnacionalizador, y que es criminalmente depredador, aunque a corto plazo reactive las economías”.
Está en juego la sobrevivencia humana

Si bien los diseños del capitalismo son de larga duración, afirma Stolowicz, porque sus proyectos se piensan para 30, 50 a más años, este sistema tiene flancos débiles en las contradicciones que terminan estallando y empujan la voluntad de cambio cuando está en riesgo la viabilidad del planeta y la especie humana.
América Latina es hoy un vivo ejemplo. Nada autoriza al fatalismo, pero tampoco la complacencia, porque en política nadie juega solo. Las exigencias son hoy mayores porque está en juego la sobrevivencia de la humanidad y ese derrotero debe ser efectivamente disputado”.
El pensamiento crítico no debe usar el término posneoliberal
Durante su participación en el VII Seminario Internacional Marx Vive, América Latina en disputa, el Observatorio Sociopolítico Latinoamericano www.cronicon.net, dialogó con ella y estas fueron sus impresiones.
- En varios de sus ensayos usted ha venido hablando de la concreción de una fase de posneoliberalismo en América Latina, en medio de los rezagos de las políticas neoliberales. ¿Qué caracteriza al posneoliberalismo?
- Yo no concibo el posneoliberalismo como un proyecto alternativo sino que es la estrategia en curso en América Latina en la que las propias clases dominantes redefinen el neoliberalismo como el monetarismo friedmaniano. En los años 90 del siglo XX plantean el proyecto de crecimiento que desde luego no es monetarista y ya bastaba con eso para decir que eran antineoliberales y posneoliberales. Lo que yo vengo analizando son las estrategias dominantes, incluso discrepo con este uso que se hace ahora muy impreciso como si estos proyectos progresistas debieran llamarse posneoliberales. No entro a discutir los proyectos, lo que digo es que el posneoliberalismo es lo que se viene haciendo en toda la región desde 1998, luego de la crisis asiática de 1997, de de la mexicana en el 95 que tuvo repercusión en Brasil, y desde comienzos de los 90 hay un posnoeliberalismo temprano, como lo estoy definiendo ahora, que se empieza a implementar en tres lugares paradigmáticos: Chile con la Concertación mediante la economía social de mercado; México con Carlos Salinas de Gortari como liberalismo socialismo, esa era la doctrina en ese gobierno; y Colombia como Estado Social de Derecho. Entonces hay que explicar mejor porque esta es una estrategia que desde mi punto de vista y de acuerdo a la investigación que he hecho tiene cuatro patas.
- ¿Y cuales son esas cuatro patas?
- 1. Un tipo de democracia gobernable que produzca consensos moderados. 2. Políticas sociales en la lógica social, liberal y socialcristiana, que no sólo es asistencialismo para neutralizar inestabilidades políticas de corto plazo sino que son políticas que buscan una reestructuración social de largo plazo para que sean funcionales a esta estrategia económica. 3. Como base económica, el neoestructuralismo defendido desde la CEPAL y el BID. Y 4., haciendo funcionar todo esto a través de un Estado desde la lógica del neoinstitucionalismo que opera no sólo como garante y facilitador sino que financia transferencias de riqueza social al capital. Por eso, lo digo claramente, discrepo que hoy se use desde el pensamiento crítico el término posneoliberal.

- En ello usted discrepa abiertamente de la concepción académica de Emir Sader, el secretario ejecutivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), para quien a partir de la elección de algunos gobiernos progresistas en América Latina se ha avanzado hacia la ruptura con el neoliberalismo, y se pueden ver ya algunos espacios desde los que se practican políticas alternativas, proceso que ha denominado posneoliberalismo…
- Sí y lo he comentado públicamente con él durante una mesa redonda que tuvimos en la Universidad Arcis de Santiago de Chile en 2006 y luego en Bogotá en el 40 aniversario de CLACSO en 2007. En nuestros debates yo le he sugerido que si estamos pensando igual deberíamos buscar otra nombre, porque un problema de las estrategias dominantes es la expropiación del lenguaje de la izquierda y un uso discursivo retórico muy potente hace que la gente se confunda, por eso debemos ser muy cuidadosos con la precisión del lenguaje.

- Su colega, el científico social argentino Atilio Boron al analizar los procesos políticos paradigmáticos de Venezuela, Ecuador y Bolivia señala que son gobiernos reformistas dentro de un sistema capitalista. ¿En su opinión, son experiencias meramente reformistas que se limitarán a impulsar un proyecto neodesarrollista?
- Primero hay que señalar que son tres experiencias bien distintas que no me parece conveniente tratarlas como una sola, aunque coincidan en sus posturas frente el imperialismo norteamericano, su amistad a Cuba, etc. Tampoco me gusta el término reformista como si fuera en sí mismo expresivo, desde luego que hay que hacer reformas, porque las condiciones que existen hoy no permiten llegar a la meta en un solo paso y en periodos tan breves. El problema es qué reformas hay que hacer y qué dirección tienen, porque si hay que ir paso a paso, hay que hacerlo, el punto es hacia dónde se camina. Decir si son gobiernos reformistas o no reformistas tampoco dice mucho, tampoco explica el problema, lo que si diría es que en términos de dirección me parece que en Venezuela hay la voluntad de caminar por una ruta distinta, construyendo o transfiriendo poder económico al pueblo, lo cual es muy lento. Bolivia está en un camino intermedio que en esta fase definió más que nada la reconstrucción del aparato estatal que históricamente estaba pendiente, pero su proyecto económico aún no está claramente definido. En el caso de Ecuador es donde parece que se asocia a una política económica neodesarrollista.
- ¿Cuáles serían los elementos de esa política neodesarrollista?
- Yo preferiría denominar esta política como desarrollista transnacional porque el patrón de acumulación depende fundamentalmente de la inversión de capital transnacional. En este caso puede discutirse el hecho de que cuando un país no cuenta con condiciones de capital propio de inversión a veces no tiene más remedio. Aquí hay que hacer una discusión concreta porque no se puede hacer filosofía abstracta sobre la inversión del capital trasnacional, y hay que preguntarse: con cuál, cómo y para qué. El problema es que este modelo llamado nuevo desarrollo está basado en un patrón de acumulación primario-exportador, extractivista, depredador, de gran transferencia de riqueza al exterior a cambio de activaciones económicas de corto plazo. Los impuestos que se obtienen en algunos casos, no en todos, porque hay mucho de ese capital que está exento, se transfieren a los sectores populares, porque sí hay voluntad de estos gobiernos para ello. Sin embargo, este es un modelo que tiene un impacto social positivo de muy corto plazo, porque a la larga es desnacionalizador y el riesgo siempre es que América Latina en 20 años sea vista como África después de la revolución verde, una vez que se descertifique se van los inversores extranjeros.

- ¿Colombia y México que son países gobernados por mandatarios neoliberales, con proyectos concretos que apuntan al libre comercio y la entrega tanto de su soberanía como de sus principales recursos naturales a potencias extranjeras, son Estados fallidos en su concepto?
- No, de ninguna manera, porque la lógica de la eficacia del Estado es producir gobernabilidad y aunque ésta se logre por métodos que puedan ser raros, no habituales, o que no correspondan a las teorías políticas clásicas, si lo logran son eficaces, y en ese sentido por lo menos lo digo claramente en el caso de México, hay una descomposición del país, ese es el costo, un país desangrado, pero por el momento el capital no ha visto poner en riesgo su proyecto, por lo tanto hay gobernabilidad y no es un Estado fallido.

- Pero es un éxito del capitalismo en detrimento de la sociedad…
- Desde luego, pero el concepto de Estado fallido no viene de los sectores críticos, es un concepto elaborado por la inteligencia norteamericana, y bueno la gobernabilidad la logran a costa de muertos, de hambre, de miseria, de destrucción, de niños abandonados, lo importante es que haya estabilidad para el capital.
Fuente:www.rebelion.org/ Economía/24-01-2011


La impunidad de la CGT en posibilitar el perfeccionamiento del robo a la clase trabajadora y enriquecerse

Los traidores por Manuel Justo Gaggero (especial para ARGENPRESS.info)
Este es el título de una película dirigida por Raymundo Gleyzer, filmada en 1972, durante el período de la Dictadura Militar encabezada por el General Alejandro Agustín Lanusse.En el film, en el que se combina documental con ficción, con un estilo original para aquella época, se describe la historia de un dirigente sindical, que comienza militando en la resistencia peronista al golpe de 1955, mediante el cuál se depuso al General Juan Domingo Perón, luego este llega a la dirección de su gremio, en 1958 y finalmente pacta con la patronal, mejorando sustancialmente sus ingresos.
Barreda, como se llamaba en la ficción el personaje, tiene diálogos con su empleador y conversaciones con sus compañeros que Gleyzer tomó de una entrevista que le había realizado a Lorenzo Miguel. (…)
En el film se describe el comportamiento de un sector de la dirigencia sindical que hoy lo vemos en acción. Cuando analizamos el papel que cumplen los sindicatos en esta etapa, es preciso realizar algunas precisiones y hacer una referencia a la historia para tratar de comprender el proceso de burocratización creciente en los mismos.
Sin desconocer el rol que en la conformación del movimiento obrero organizado jugaron las corrientes anarquistas y socialistas de principios de siglo XX, y no ignorando el aporte de los comunistas en la década del 30, es evidente que el Movimiento Sindical actual encuentra su origen en el sindicalismo peronista que surge, impulsado por el oficialismo, en 1946. Este parto, que se entronca con el surgimiento de una nueva clase obrera, conformada por la emigración de los trabajadores rurales a las grandes ciudades y el desarrollo acelerado de una industria sustitutiva de las importaciones dirigida a satisfacer la creciente demanda del mercado interno, le introduce una característica a los sindicatos que los diferencia de los de otros países latinoamericanos; que es la articulación con el Estado.
El funcionamiento corporativo y autoritario y la conformación de una dirigencia burocrática que apela a todo tipo de mecanismos antidemocráticos para evitar ser desplazada, completan el retrato de las organizaciones gremiales.
Por otro lado, este Movimiento Sindical, desde sus inicios, aparece como un apéndice del peronismo, o como la expresión de éste, según se mire.
-Los dirigentes a la vez que ejercen su representación social, utilizan esta para disputar la dirección del movimiento político.
El manejo de las Obras Sociales que cubrían y cubren las necesidades de atención médica, turismo, etc. generó y genera un poder económico muy grande que le otorgó y le otorga a los Barreda , como se llamaba el personaje de ficción del film de Gleyzer, un rol decisivo en la lucha social.
La “defensa del sillón”, hizo y hace que la dirigencia apele a todo tipo de procedimientos ilegales para impedir su desplazamiento; llegando incluso a la organización de bandas armadas, que intentan amedrentar a la oposición, incluso mediante el asesinato; como ocurriera en el mes de octubre del 2010 con el militante del Partido Obrero, Mariano Ferreyra.
En la década del 60, a la par que cobraba fuerza le nueva burocracia, luego de la sanción de la ley de Asociaciones Sindicales, que legitima y sostiene el control burocrático y estatal, surgen corrientes opositoras que tienen su expresión a nivel nacional en la denominada C.G.T, de los Argentinos encabezada por Raymundo Ongaro y Agustín Tosco.
El Estado Terrorista -1974 a 1983-, pese al carácter autoritario y facistoide de la cúpula sindical, no podía llevar a cabo su diseño de país con un movimiento obrero tan fuerte, por eso inmediatamente de producido el golpe se intervienen los sindicatos, se encarcelan a muchos de sus directivos e, incluso, ser llega al secuestro y desaparición de algunos dirigentes.
Al asumir el gobierno constitucional, en diciembre de 1983, el flamante presidente radical plantea que la democracia no es sólo el libre ejercicio de las instituciones republicanas, sino también la participación plena y sin limitaciones, de todos los ciudadanos en sus organizaciones sociales. Acorde con esta idea remite el Congreso Nacional una ley de Reordenamiento Sindical -conocido como “Proyecto Mucci”- en el que se establecía la intervención de las minorías en la dirección de los sindicatos, la plena vigencia del principio de la libertad sindical establecido en las Convención de la Organización Internacional del Trabajo suscripta por la Nación, y la no reelección de los cuerpos directivos, por mas de dos períodos.
El proyecto, cuestionado en bloque por la dirigencia sindical, es rechazado en el Congreso Nacional, por lo que el Ministerio de Trabajo comienza la normalización de la vida sindical en base a una reglamentación de la época de la Dictadura que favorecía la sobrevivencia de una dirigencia irrepresentativa, ya que esta contaba con todas las artimañas legales y el aparato político -económico necesario para evitar su desplazamiento-.
Hoy, en este “cuarto peronismo” también el oficialismo, que había asegurado que le otorgaría personería a la Central de los Trabajadores Argentinos, ha optado por pactar con una dirigencia, anquilosada y corrupta que desde hace mas de treinta años maneja los principales sindicatos.-
Recientes fallos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación han abierto una puerta para la cada vez más urgente modificación de la ley de Asociaciones Sindicales que garantice la renovación y la participación plena de los trabajadores. Es esta una asignatura pendiente del Congreso Nacional.
Manuel Justo Gaggero es ex director del Diario “El Mundo” y de las revistas “Nuevo Hombre “ y “Diciembre 20”.
Fuente:
http://www.argenpress.info/ 24-01-2011

18 de enero de 2011

La impunidad K de mentir sobre el desendeudamiento y continuar con la política fijada mediante el Estado terrorista de mediados de los setenta

Deuda pública y el presupuesto 2011
Miércoles, 12 de Enero de 2011
Por Héctor Luis Giuliano
El Objeto de este Trabajo es analizar qué se plantea básicamente en materia de Deuda Pública y cuáles son las proyecciones de la deuda del Estado Central según lo previsto oficialmente en el presupuesto del ejercicio 2011.
El presupuesto nacional para este año es particularmente complicado de interpretar.
El Poder Ejecutivo mandó en término el proyecto de ley al Congreso (en Setiembre/2010) pero éste no fue aprobado por disidencias entre el oficialismo y la oposición.
El gobierno prorrogó entonces el presupuesto 2010 (Ley 26.546) para el corriente año pero agregando luego los datos y cifras que había propuesto en el proyecto.
La prórroga la hizo por decreto 2.053/10, del 22.12.10, y en base a la ley 24.156 de Administración Financiera del Estado, que por el artículo 27 le permite al Ejecutivo prorrogar el presupuesto del ejercicio anterior cuando el del año que comienza no esté aprobado.
Y por decreto 2.054/10 – decreto de necesidad y urgencia (DNU) de la misma fecha - introdujo una serie de medidas que reproducen básicamente las autorizaciones diferenciales que habían sido solicitadas en el proyecto y que no estaban, por ende, contempladas en la prórroga del presupuesto 2010.
La mayoría de estas incorporaciones corresponden a temas vinculados con el aumento de la deuda pública, que sigue siendo el condicionante total y absoluto de las finanzas públicas argentinas.
Stock y aumento de la deuda en el 2011
Según los últimos datos oficiales del Ministerio de Economía – al 30.9.10 – el stock de deuda pública del Estado Central es de 172.100 MD(1) : 160.900 corresponden a la deuda performing o normalizada y 11.200 a deuda en default no ingresada a los canjes del 2005 y 2010.(2)
Durante el corriente año se prevé cancelar deuda por 112.300 M$ (27.400 MD, al tipo de cambio promedio de 4.10 $/US$) pero, a la vez, tomar nueva deuda por 151.000 M$ (36.800 MD), es decir, por casi 40.000 M$ más (38.700 M$ = 9.400 MD).(3)
Pese a la declarada política de desendeudamiento, la deuda neta está prevista así que aumente en 9.400 MD este año.(4)
Esta situación está en línea con lo que ocurre como regla invariable todos los años en materia presupuestaria: la totalidad de los vencimientos de capital que se producen en el ejercicio se cancelan con nuevas deudas y además se contraen obligaciones adicionales.
Esto se hace refinanciando los pasivos con el mismo acreedor (refinanciación o novación) o pagándole a un acreedor con dinero que se pide a otro nuevo (como parte de las denominadas operaciones de administración de pasivos).
En la actualidad, el gobierno Kirchner está realizando fuertes pagos de deuda dentro de este esquema, siendo que la mayoría de los mismos va destinado a acreedores privados y organismos multilaterales de crédito (OMC).(5)
El objetivo de estos pagos, que se hacen con reservas internacionales del Banco Central (BCRA) a través del llamado Fondo de Desendeudamiento, es cancelar obligaciones en moneda extranjera contrayendo el gobierno, a cambio,una deuda con el Banco por medio de una letra intransferible que se le pagará a futuro (10 años). (6)
El Gobierno toma – además del BCRA - grandes fondos prestados por la ANSES, el Banco Nación Argentina y otros Organismos del Estado, traspasando y aumentando así Deuda Intra-Sector Público, que actualmente llega a casi la mitad de la deuda oficial normalizada (el 47.6 %, computado sobre 160.900 MD, lo que da unos 76.500 MD).
El presupuesto 2011 prevé además el otorgamiento de avales, fianzas o garantías del Estado por más de 18.000 MD.
Por último – y esto también es muy importante - se autoriza la contratación de deuda pública adicional para ejercicios futuros: 7.700 MD para 2012, 6.000 para 2013 y 4.700 MD para 2014 (Artículo 14 del DNU 2.054/10, que corresponde al Artículo 51 del Proyecto, relativo a operaciones de crédito pluri-anuales). Son unos 18.400 MD de deuda nueva autorizados a contraer durante el próximo trienio.


Cuadro de situación de la deuda
El presupuesto 2011 se presenta formalmente equilibrado: el Proyecto de Ley contemplaba 374.000 M$ de Ingresos contra372.900 M$ de Gasto Público, esto es, un Superávit Fiscal de 1.600 M$.
La decisión administrativa 1/2011 de la Jefatura de Gabinete (JGM) – que formaliza la asignación operativa de las partidas presupuestarias - conllevaría un “leve” aumento de estos Recursos y Gastos por otros 19.000 M$ para este año, aunque ello sería sin variar la virtual relación de equilibrio.
Pero este resultado financiero positivo o equilibrado – lo mismo que el que se ha dado en 2010 – no es genuino, en el sentido que los recursos usados por el Gobierno provienen en una altísima proporción no de ingresos tributarios corrientes sino de recursos extraordinarios provenientes de utilidades excepcionales y, en especial, del endeudamiento público, esencialmente del aumento de la deuda intra-Estado.
Es decir, que si no fuera por los aportes extra que resultan de entradas coyunturales (caso transferencia de Utilidades del BCRA (7) y de la ANSES) y, sobre todo, de la toma de deuda dentro del propio sector público - por uso de Reservas del BCRA, Adelantos Transitorios del Banco al Tesoro y compra de títulos públicos; por préstamos sistemáticos del Fondo de Garantía del Sistema Previsional de la ANSES (8)y por dinero prestado por Entes y Organismos Nacionales – el presupuesto nacional sería deficitario.
Lo que quiere decir que las finanzas del Estado argentino siguen condicionadas a la dependencia de la deuda pública; y que si tal situación no se mantiene el cuadro fiscal entraría nuevamente en crisis de deuda.
El gobierno acelera así las negociaciones para arreglar la deuda pendiente con los tenedores de bonos que no entraron en el “Megacanje Kirchner-Lavagna del 2005” (los Holdouts), para pagar la deuda externa con el Club de París (más de la mitad de la cual proviene del proceso militar y de la estatización de deuda privada), para ampliar los préstamos recibidos de los Organismos Financieros Internacionales (Banco Mundial, BID y CAF) y para normalizar las relaciones con el FMI en el nuevo marco del Grupo de los 20 (Entidad de la que nuestro país forma parte y que reconoce al Fondo Monetario como organismo de contralor).
Esto se hace – según las declaraciones reiteradas del ministro de economía Boudou y de la propia presidenta – con el objetivo expreso de poder volver al mercado Internacional de capitales para colocar más deuda.
Proyecciones del endeudamiento
El nudo de la cuestión fiscal argentina hoy es que el presupuesto cierra con deuda.
Si el gobierno Kirchner no contara con los recursos extraordinarios de los ingresos circunstanciales que está teniendo y, fundamentalmente, si no pudiera disponer de más deuda intra-Estado, la Argentina entraría de nuevo en una crisis de deuda.
La actual administración está sosteniendo tan delicada situación gracias a una coyuntura de bonanza económica internacional - altos precios internacionales de nuestros productos agrícolas de exportación, sostenimiento de la demanda del mercado brasileño y margen relativo remanente del tipo de cambio (pese al progresivo deterioro del tipo de cambio real, carcomido por la inflación interna) – lo que le permite obtener divisas y aumentar los ingresos fiscales por gravámenes sobre el comercio exterior.
Paralelamente, en el orden interno, el gobierno cuenta con fuertes ingresos impositivos provenientes del aumento de la producción y el consumo, de la recuperación económica general y también de la incidencia de la inflación sobre la recaudación del IVA y el impuesto a las ganancias; así como por el mantenimiento de una elevada presión tributaria.
Pero estos ingresos y esta situación fiscal favorable no se traducen en un verdadero desendeudamiento porque la deuda sigue creciendo y el objetivo buscado por el gobierno es refinanciar deuda y salir al mercado a conseguir más deuda.
Hoy por hoy, esos requerimientos se cubren en gran medida merced al aumento del endeudamiento intra-sector público.
Pero este mecanismo de sostenimiento financiero interno estaría llegando a su tope porque el empapelamiento del Estado por el propio Estado tiende a incrementar cada vez más la exposición del Banco Central y a descapitalizar el Sistema Previsional Argentino (la misma ANSES que presta sus fondos al gobierno retacea los aumentos a los jubilados y dilata los juicios por reclamos).
Es presumible, entonces, que este macro endeudamiento intra-Estado no sea sino un “Préstamo-Puente” fáctico, para cubrir el período de transición entre el arreglo de la deuda en default y la vuelta formal al mercado mundial de capitales para colocar nueva deuda.
Tal sería el sentido de la denominada “hoja de ruta” (una secuencia de pasos que el ministro de economía dice repetidamente seguir pero cuya formulación concreta y completa no se conoce muy bien): un programa de acciones de gobierno para retornar al mercado internacional de deuda soberana.
El presupuesto del ejercicio 2011 sería así una muestra representativa de los próximos pasos a seguir por el gobierno durante este año electoral.
Elecciones y lavado de deuda
Nunca, a lo largo de la historia financiera argentina reciente, ha habido una administración que efectuara tan extraordinario nivel de pagos de la deuda externa y que demostrara tan alta vocación pagadora como la actual. Con el agravante que la deuda no ha descendido – de hecho, la deuda sigue aumentando – y que las expectativas oficiales son las de salir al mercado mundial a tomar más deuda.
La importancia crucial de las elecciones presidenciales de este año explica gran parte de esta aceleración de concesiones hecha por el gobierno a las estructuras de poder que manejan el sistema de la deuda impuesta al Estado.
La lógica es que tales pagos récord que se están efectuando (a costa de pasarle la cuenta al propio Estado) y la promesa de seguir tomando deuda – sobre todo, deuda externa - constituyen una condición ineludible para la estabilidad financiera y política del gobierno K.
Si la actual administración no procediera como lo está haciendo tendría que “blanquear” una crisis de deuda a corto plazo; precisamente en un año electoral. Por ello, la “política” seguida por el gobierno – más allá de lo que se diga públicamente “para la galería” - es el allanamiento a las exigencias de los acreedores: pagar y volver al mercado de deuda.

Una de las exigencias clave dentro de este proceso – deuda Intra-Estado mediante – sería el “lavado de deuda” que se está produciendo, esto es, el cambio acelerado de bonos de “deuda vieja”, que todavía están siendo investigados por la justicia, por deuda nueva, lo más desconectada posible de la anterior.
No es un procedimiento nuevo – toda la historia de la deuda pública argentina de los últimos tiempos es parte de este proceso sistemático de lavado de deuda – pero casi nunca se había dado en esta escala y con esta modalidad.
Una de tales nuevas formas de instrumentación es el pago de la deuda externa con activos financieros (las reservas del BCRA) así como antes, en la época de la convertibilidad menemista de la década del ´90, se pagaba deuda con activos físicos (las empresas del Estado).
Otra “innovación” es la ya citada del uso de deuda Intra-Estado como transición o “préstamo-puente” hacia el re-endeudamiento.
Y otra es la declaración cuasi-formal de un estado de “Emergencia Financiera” por el cual el Poder Ejecutivo pasa a definir unilateralmente el presupuesto del estado para este año en función de los requerimientos de la deuda, de modo de seguir armando por decretos y/o simples resoluciones ministeriales una nueva composición de la deuda pública de transición para una vuelta al mercado de capitales.-
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1.- Nota General: La abreviatura MD corresponde a Millones de Dólares y la M$ a Millones de Pesos. Todas las cifras se escriben con redondeo.
2.- Esta cifra – como ya se ha explicado en trabajos anteriores del Autor – es incompleta porque falta incluir aquí los Intereses que se capitalizan anualmente (entre 1.000 y 3.000 MD/año), el aumento de Capital que se produce por indexación de la Deuda en Pesos ajustada por CER (unos 3.000 MD por año) y el Valor de Mercado de las Unidades ligadas al PBI (UL PBI), que sumaría hoy más de 11.000 MD.
Además – y esto es muy relevante – no están contemplados los pagos de Deuda Contingente por los Servicios anuales de estos Cupones de PBI,que son acumulativos y que Javier Llorens estima en unos 36.000 MD a lo largo de toda su vigencia; y de los cuales el Gobierno deberá abonar a fin de este año unos 2.200 MD.
3.- El Presupuesto autoriza para el Ejercicio 2011 nuevas Operaciones de Crédito Público (Endeudamiento del Estado) por 120.200 M$ (29.300 MD) según el Artículo 47 del Proyecto (igual al Artículo 10 del DNU 2.054/10) y otras Operaciones de Crédito Adicionales por 7.600 MD (equivalentes a unos 31.000 M$), para financiación de Inversiones que se consideran prioritarias. Esto da el total de nueva Deuda a tomar por 151.000 M$ (36.800 MD).
4.- Aclaración Importante: Por un error de interpretación del Autor, en dos trabajos anteriores – “La trampa del Desendeudamiento Público” del 26.9.10 y “Las falacias del Modelo de Deuda K” del 4.1.11 - se consignó que los 7.600 MD de Otras Operaciones de Crédito se sumaban a los 9.400 MD de aumento de Deuda durante el 2011 cuando ello no es así ya que estarían incluidos dentro del total de la nueva Deuda a tomar durante el Ejercicio, cuyo aumento neto no es entonces de 17.000 (9.400 + 7.600) sino de los 9.400 MD citados.
5.- Fundamentalmente Banco Mundial (BM o BIRF), al que se le deben 5.250 MD; Banco Interamericano de Desarrollo, con el que se tiene una deuda de casi 10.000 MD (9.964) y Corporación Andina de Fomento (CAF), a la que se deben 1.100 MD. En total, a los OMC se les debe en conjunto unos 16.500 MD.
Aquí no está incluida la Deuda Externa con los Países del Club de París, que suma entre 6.300 y 8.000 MD o más, según como se computen los Intereses acumulados sobre el Capital.
6.- Estrictamente hablando, el uso de las discutibles Reservas de Libre Disponibilidad (RLD) para el pago de Deuda Externa a los Acreedores privados es ilegal porque la Ley 23.928 – de Convertibilidad del Austral – aún en la versión modificada que rige actualmente, no lo permite. El Artículo 6, Párrafo 2 de la misma (modificado por Decreto 1.599/05) lo admite sólo para el pago a Organismos Financieros Internacionales pero no dice nada sobre el pago con Reservas a los Acreedores Privados, como hoy se está haciendo.
7.-De las Ganancias del BCRA correspondientes al Ejercicio 2009 – unos 22.000 M$ - se autorizaron girar 18.000 M$ al Tesoro durante el año pasado.
8.- Aproximadamente el 60 % del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la ANSES - que acumula más de 150.000 M$ y está destinado a salvaguardar el Sistema Previsional Argentino – se encuentra hoy prestado al Estado.
Fuente: http://www.aldorso.com.ar/12-ENE-11_NotaGiuliano.htm

16 de enero de 2011

La usurpación de territorios de los pueblos originarios y la comunidad La Primavera

Conferencia de prensa de la comunidad qom La Primavera
El pasado 12 de enero, Félix Díaz, referente de la Comunidad Qom La Primavera, dio una conferencia de prensa en Av. de Mayo y 9 de julio, en donde acampan hace 45 días ante la brutal cacería ordenada por el gobernador Gildo Insfrán el 23/11/2010. El ataque policial acabó con la vida de Roberto López y la del cabo Heber Falcón. Al día siguiente, el referente pilagá Mario López murió al ser envestido por un auto mientras se dirigía a Laguna Blanca, donde se produjo la represión. A continuación, reproducimos algunos dichos de Díaz, quien reclamó "respuestas" al gobierno nacional, anunció la convocatoria a otras comunidades para "fortalecer la resistencia" y denunció que tienen "temor a represalias". El reclamo es contundente: "Queremos que nos devuelvan las tierras".
"La mayoría de los medios de comunicación saben perfectamente lo que paso el día 23 de noviembre donde hemos sido reprimidos por la policía de la provincia de Formosa. Y hoy estamos cumpliendo 42 días de estar acá en Capital. A pesar del tiempo que estamos acá, todavía no tenemos ninguna respuesta de parte de nuestras autoridades nacionales."
"La investigación judicial que se está haciendo está avanzando rápidamente, pero no con la participación indígena, sino más bien el gobierno agiliza para poder cerrar el caso y después dejarnos afuera de la discusión que se está generando en la provincia."

"La sugerencia que me están dando algunos amigos es de no volver a Formosa por la protección mi integridad fisica…Un hermano de acá del campamento se volvió a Formosa y ha sido brutalmente golpeado. El hermano me dijo que no les diera su nombre, por temor a represalias. Su familia sabe que no es seguro. Es terrible vivir así sin saber dónde denunciar estos hechos que son violaciones de los derechos humanos."
"Ojalá que la presidenta misma se de cuenta que esto no es trabajar para un sector político partidario, sino que es trabajar para la vida."
"Las decisiones que se toman tienen que ser consultadas a los pueblos indígenas, tiene que haber participación integración de los pueblos indígenas."
"Es triste estar así bajo el sol muchos días. Cuando llueve tenemos que estar mojándonos por esperar las respuestas del gobierno nacional. No puede ser que nos traten de esta manera, habiendo una situacion muy crítica. Ese día 23 murieron hermanos de la comunidad y ahora muchos hermanos no tienen casa, no tienen agua, no tienen DNI. Y después nos piden que tengamos paciencia, que esperemos, que se va a hacer algo mientras que los funcionarios hacen turismo en nuestras comunidades…Pues ganan bien por ver las caras, sacarnos fotos en las casas de la ancianos y ancianas".
"La propuesta de la gente que habita en este campamento es que vamos que tener que estar convoncando a otras comunidades para fortalecer nuestra resistencia. Vamos a invitar a nuestros hermanos que viven en el interior del país."
"Los problemas más graves están en las comunidades indígenas. Hemos hecho esta convocatoria para ver cómo seguimos avanzando. Si no tenenos respuesta esta semana, estamos invitando a las comunidades de Formosa, de Chaco, van a llegar líderes de las provincias para hacer una movida muy grande".
"Ojalá que podamos convocar una conferencia de prensa, pero anunciando algo positivo, nuestro regreso a nuestras comunidades, llevando el mensaje del gobierno nacional a través de resoluciones con cosas concretas. Que tengamos la posibilidad que los hermanos tengan agua, los DNI. Y que devuelvan las tierras, que es el punto central de la discusión. "
Fuente: http://www.prensadefrente.org/pdfb2/index.php/a/2011/01/14/p6266

Las verdaderas soluciones a la crisis climática son propuestas de Vía Campesina y otras organizaciones de los de abajo

“El síndrome de Cancún” por Silvia Ribeiro (La Jornada)
Las negociaciones de Naciones Unidas sobre cambio climático en Cancún en diciembre 2010 (COP 16) significaron un parteaguas en muchos sentidos, todos negativos. No así las movilizaciones populares frente a esta cumbre, de organizaciones como Vía Campesina y otras de base, que no han perdido el sentido de la realidad, de lo que es absurdo y de lo que necesitamos hacer. Cada vez, la brecha es mayor.
Los resultados oficiales de la COP 16 fueron peores que el año anterior en Copenhague, en dos aspectos fundamentales: en las decisiones que se tomaron, y en el discurso dominante, difundido por medios acríticos, gobiernos y grandes ONG ambientalistas, que tratan de convencernos que al menos se han avanzado unos pasos, sin nombrar que son hacia el abismo. No hubo ninguna resolución para enfrentar realmente el cambio climático, incluso se debilitaron las que existían, pero se aumentó el apoyo a falsas soluciones y mecanismos de mercado que crearán más gases de efecto invernadero y más especulación.

A diferencia de Copenhague, donde quedó claro el fracaso y el intento de golpe de los países más contaminantes para imponer su voluntad y librarse de toda responsabilidad, en Cancún se impuso –aumentado– el fallido texto de Copenhague, ahora con la colaboración de casi todos los gobiernos del mundo, con la sola excepción de Bolivia, el único país que se mantuvo firme en los principios y demandas para enfrentar realmente la crisis climática.
Esta cumbre significó también un quiebre del ALBA, ya que Claudia Salerno, la delegada de Venezuela –acompañada parcialmente por otros países del bloque– se prestó a negociar activamente fuera de las agendas expresadas oficialmente y fuera de los canales multilaterales. Ante la justa protesta de Bolivia de que no se había discutido democráticamente los temas y no había consenso, Salerno sugirió simpáticamente a la manipuladora presidenta mexicana de la COP, que tomara nota de la discrepancia de Bolivia, en lugar de exigir que hubieran negociaciones reales, abiertas y transparentes.
Esta sumisa posición de Venezuela contrasta fuertemente con el discurso conjunto de Hugo Chávez y Evo Morales en Copenhague, donde afirmaron que el capitalismo está en la raíz de la crisis climática, que no permitirían imposiciones de Estados Unidos y otros países del Norte, que necesitamos ir a las causas reales de la crisis climática por la gravedad que ésta significa para los pueblos y el planeta. Allí contaron con el apoyo de los pueblos del mundo. En Cancún, por lo contrario, Venezuela fue una pieza clave para aprobar lo que Hugo Chávez rechazó el año anterior.
Si el caso de Venezuela es extremo, también fue curioso que otros países del Sur, como los agrupados en el bloque G-77, participaran del fraude. En ambos casos declararon que lo importante era salvar el ámbito de negociaciones –en crisis por las diferencias de perspectiva entre víctimas y victimarios. Por ello aceptaron la promesa vaga de un proceso de discusión a futuro, pese a que lo que se aprobó en el mismo acto, es contrario a lo que el bloque estuvo peleando por años (exigían compromisos vinculantes de reducción, responsabilidad común pero diferenciada entre el Norte y el Sur, reconocer la responsabilidad histórica de los que causaron la crisis climática, cuestionamiento de la propiedad intelectual en tecnología y otros puntos). Por su lado, Japón, Australia, Estados Unidos y otros países –todos grandes contaminadores– dejaron claro que no firmarán ningún compromiso vinculante tampoco en el futuro. Estados Unidos declaró que Cancún fue un éxito para sus intereses.
Para lo que sí se rescató el ámbito de Naciones Unidas fue para tomar decisiones en algunos puntos. Por ejemplo, para avalar nuevos mecanismos de mercado, como la captura y almacenamiento de carbono en formaciones geológicas (CCS, por sus siglas en inglés) que tiene enormes impactos, y los programas REDD, que fue aprobado en sus versiones más extremas, para permitir la privatización de facto de los bosques y arrasar con las comunidades, eliminando de la discusión toda salvaguarda sobre derechos indígenas o biodiversidad. Las ONG ambientalistas e indígenas que afirmaron defender este mecanismo de mercado para proteger los bosques, funcionaron, en la interpretación más benigna, como peones útiles a las empresas y especuladores. George Soros, inversionista y especulador finaciero, festejó la aprobación de REDD como un bienvenido estímulo a ese mercado.
Este síndrome de Cancún que contagió a las víctimas (parafraseando al síndrome de Estocolmo, donde los rehenes se enamoran de los secuestradores) está enmarcado en que varios de los países del Sur han crecido sobre el mismo modelo petrolero y de explotación de recursos que llevó a la crisis climática y son ahora grandes contaminadores, por lo que sus gobiernos tampoco quieren compromisos reales de reducción. Muchos confluyen también con los gobiernos del Norte y trasnacionales en el empuje a un nuevo capitalismo verde –basado en mercantilizar la naturaleza y sus funciones, poniendo precio a todo y valor a nada– para aprovechar que la biodiversidad y bosques que se pueden poner a la venta a través de programas como REDD y otros, están sobre todo en el Sur.
En el polo opuesto, Vía Campesina, la Asamblea Nacional de Afectados Ambientales y otras organizaciones de abajo denunciaron estas maniobras y las causas reales de la crisis climática, además de mostrar un arco iris de realidades y propuestas que son verdaderas soluciones. El panorama es sombrío, pero los movimientos de abajo no se pierden.
Silvia Ribeiro es investigadora del Grupo ETC
Fuente original: http://www.jornada.unam.mx/2011/01/15/index.php?section=opinion&article=025a1eco
Fuente: http://www.rebelion.org/ Ecología social/ 16-01-2011