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20 de febrero de 2019

La disputa conduce a la territorialización de las resistencias y su articulación a nivel glocal donde se construye el nuevo sujeto político (indígenas, afros, campesinos, obreros, etc) y su poder popular territorial.

Quimbo: 

extractivismo, despojo, ecocidio

y resistencia

8 DICIEMBRE, 2017
Publicado en: LATINOAMÉRICA

Introducción

La humanidad vive una encrucijada frente al inminente peligro de una catástrofe sin precedentes ocasionada por la lógica productivista y mercantil del capitalismo industrial.
Investigaciones registran la contaminación del aire y fuentes hídricas subterráneas y superficiales, el agotamiento de los suelos fértiles, el calentamiento del planeta, la deforestación, la extinción de los picos nevados, el derretimiento de los casquetes polares, la multiplicación de los “desastres naturales”, la destrucción de la capa de ozono, la pérdida de las selvas ecuatoriales y la erosión de la biodiversidad, la extinción de millares de especies, el aumento de la desertificación, la acumulación de residuos tóxicos, la contaminación de los alimentos por pesticidas o su alteración por manipulaciones genéticas, problemáticas que reclaman la necesidad de construir otra forma de relacionarnos con la naturaleza y entre nosotros como seres humanos.
El afán de acumulación de capital basado en la implacable competencia explica la destrucción de los equilibrios naturales y la intensificación de la disputa global por los Bienes Naturales y Culturales Comunes -BNCC- entre dos proyectos: uno que resiste por la autoafirmación, la soberanía, la autonomía y el poder territorial para el Buen Vivir y otro, por el control corporativo de nuestros territorios sustentado en el modelo extractivista, financiarista que despoja a las comunidades, destruye los territorios con potencialidad agroalimentaria, menoscaba la soberanía territorial, afecta las cuencas hídricas, deteriora los suelos fértiles y depreda la biodiversidad a manos de empresas transnacionales y multinacionales que exportan sus ganancias sin importar la destrucción de nuestros ecosistemas. Ha sido este modelo extractivista, el que ha perpetuado la opresión, el despojo y el ecocidio con el aval de los gobiernos, que expiden leyes para garantizar a las empresas el marco legal requerido para la extracción intensiva de nuestros BNCC y la explotación de la fuerza de trabajo.
Esa disputa global en Colombia se expresa, de una parte, en la imposición de “las locomotoras del desarrollo minero energéticas y los agronegocios” a nombre de los Proyectos de Interés Nacional y Estratégicos -Pines- mediante una legislación para el despojo de facto, la represión, judicialización de las protestas sociales y el asesinato de defensores de Derechos Humanos y el medio ambiente, generando múltiples conflictos económicos, socio ambiéntales y culturales. Y, de otra, las resistencias sociales, que como en el caso de la Asociación de Afectados por el Proyecto Hidroeléctrico El Quimbo -Asoquimbo- son la expresión organizada y argumentada de “víctimas del desarrollo” contra la imposición del modelo neoliberal extractivista y por la Defensa del Territorio y la Vida.
En el contexto de la problemática económica, social, ambiental y cultural que afronta la comunidad de seis municipios en particular, del departamento del Huila por el Proyecto Hidroeléctrico El Quimbo -PHEQ, producto del modelo extractivista, se desarrolla el trabajo de investigación “El Quimbo: Extractivismo, Despojo, Ecocidio y Resistencia” fundamentado en la Investigación Acción Participativa, como un aporte significativo al fortalecimiento del Movimiento Social en Defensa del Territorio, la Soberanía Hídrica y Alimentaria, el Patrimonio Nacional y los Proyectos de Vida de las Comunidades.
Asoquimbo con aportes significativos del Movimiento Colombiano por la Defensa de los Territorios y Afectados por Represas ¡Ríos Vivos! ha realizado diferentes estudios, que han sido fundamentales para orientar la resistencia social y todas las acciones organizativas, comunicativas, jurídicas, psicosociales que se han expresado en recursos jurídicos de restitución de derechos vulnerados ante la Corte Constitucional, de medidas cautelares ante el Consejo de Estado y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos con el acompañamiento del Centro de Estudios para la Justicia Social “Tierra Digna” con incidencia en Informes Técnicos de la Contraloría General de la República -CGR-, construcción de agendas ecosociales con diversas organizaciones y la asesoría de estudios realizados por centros académicos y ONG a nivel nacional e internacional.

El impulso de modelos de extracción de nuestros BNCC hacen parte de la Iniciativa de Infraestructura Regional de Sur América -IIRSA- con el propósito de favorecer los intereses de las transnacionales, razón por la cual son pertinentes los trabajos de investigación participativa, de interacción de saberes desde la acción, que orienten la movilización social hacia la construcción de un nuevo modelo minero energético soberano y autónomo, gestionado por las comunidades según sus necesidades y el uso de otras fuentes de energía como la solar, la eólica, la geotérmica, las mareas oceánicas, entre otras, porque éstas permiten un aprovechamiento limpio y sin destrucción irracional de ecosistemas.

El presente estudio se construye desde las luchas de resistencia contra el extractivismo, por la defensa del territorio, la biodiversidad, la soberanía alimentaria y las comunidades que se oponen a la imposición de megaproyectos energéticos, mineros y agro-combustibles debido a los daños ambientales, sociales, económicos y culturales como en el caso de El Quimbo.
(…)
Destaca cómo las “víctimas del desarrollo” se transforman en actores de la resistencia y el conjunto de acciones que desde lo local hasta lo global se van tejiendo para transformar un conflicto de intereses antagónicos, entre los actores de la resistencia y los del Estado corporativo, donde la única posibilidad de defender el territorio y la vida es el fortalecimiento permanente de la movilización social y su articulación con los procesos de resistencia contra el extractivismo a nivel nacional e internacional. Desde un principio se descartó cualquier posibilidad de negociación con las transnacionales, sin importar las condiciones asimétricas, debido a que de hacerlo sería legitimar el modelo de despojo, ecocidio, represión, judicialización y asesinatos de defensores del territorio para la acumulación de capital y el consumismo, responsables de la destrucción de la vida en el planeta.
La reconstrucción del proceso histórico de la resistencia contra el extractivismo y, específicamente, contra el PHEQ parte de reconocer las visiones de resistencia desde sus actores y los imaginarios que pretenden ser destruidos y /o silenciados a través de todo el proceso de disputa por el control territorial, donde, en una interacción de conocimientos, saberes, experiencias de organización y acción se van formando otros referentes de identidad individual/colectiva, contra la explotación, exclusión, discriminación, despojo, desplazamiento, ecocidio y destrucción del Patrimonio Cultural Común y al mismo tiempo, construcción de poder y autogobierno de los sectores subalternos, actores ecosociales plurales, que se oponen a la imposición de megaproyectos minero energéticos de las corporaciones transnacionales para la acumulación de capital.

El proceso se resumió en cinco momentos que dan cuenta de las formas organizativas, comunicativas, educativas y jurídicas, tejidas desde lo local hasta lo global, que fueron orientando las acciones de movilización social contra todo el poder corporativo enraizado en las instituciones del Estado. Estos momentos se refieren a las tensiones ante la imposición del Proyecto, las contradicciones al interior de instituciones estatales, la incidencia política y jurídica, la expansión organizativa y movilización social contra el Plan de Privatización del Río Magdalena y los procesos de autonomía y poder territorial.

Reconstruir lo vivido hace visible y comprensible los aprendizajes y retos para avanzar en la construcción de otra alternativa al capitalismo. El proceso de investigación desde la acción permitió rescatar la dimensión histórica de la resistencia desde el colonialismo hasta el neocolonialismo.
La resistencia lleva implícita una alternativa de poder. Es decir, es fuente de nuevo derecho y de nuevas formas de relacionarnos con la naturaleza y con nosotros mismos desde una perspectiva colectivista, entendiendo que las diferencias individuales, también son producto de la forma como interactuamos: de “cada quien según su capacidad a cada quien según su necesidad” (Marx). La resistencia desde lo local contra el PHEQ hace parte de la lucha global contra el modelo extractivista de reprimarización de la economía y sus proyectos megamineros e infraestructurales y la necesidad de construir un nuevo Sujeto Ecosocial Plural y el Poder Territorial.


Desde la resistencia nos apropiamos del paradigma ecocéntrico de las relaciones naturaleza humanidad contra los discursos de “desarrollo sostenible” que hacen parte del pensamiento ambientalista de mercado para el fortalecimiento del capitalismo verde corporativo. El argumento central es que el “crecimiento” infinito, sustentado en el valor de cambio, se soporta, de una parte, en la extracción intensiva de los BNCC, es decir, el ecocidio y, de otra, la explotación de la fuerza de trabajo y la acumulación por despojo que tiene por objetivo mantener el sistema actual, trasladando a los sectores empobrecidos la crisis de sobreacumulación del capital, razón por la cual hablar de responsabilidad social empresarial desde la perspectiva del mercado es otra forma de alienación. 
La comprensión de estos fenómenos es fundamental para rechazar las propuestas que desde muchas ONG plantean como estrategia la “negociación con las transnacionales” que equivale a la subordinación (asimetría) de “las víctimas del desarrollo” (objetos de mercado) a las corporaciones, donde el Estado, que formalmente se reconoce como garantista de derechos, asume su función real de Estado Corporativo que legisla para la acumulación por desposesión.
La deslocalización del capital intensifica la disputa por el control territorial entre las corporaciones transnacionales para hacer negocios y los actores sociales que habitan sus territorios y defienden su permanencia en los mismos donde construyen sus proyectos de vida. Esa disputa conduce a la territorialización de las resistencias y su articulación a nivel glocal donde se construye el nuevo sujeto político (indígenas, afros, campesinos, obreros, etc) y su poder popular territorial donde se plantea una ruptura radical con la concepción de partidos de vanguardia y de movimientos sociales sectoriales (fraccionados) donde las nuevas relaciones de poder se construyen desde movimientos ecosociales que buscan liberarse de la ideología productivista del desarrollo y el progreso y se oponen a la expansión infinita del modo de producción y consumo capitalista y/o burocrático que destruye la naturaleza.

El reconocimiento del trabajo de Asoquimbo obedece fundamentalmente a la visión de resistencia que recupera el conocimiento estrechamente ligado a la transformación de las condiciones materiales y simbólicas de la vida, donde se supera la epistemología centrada en la razón instrumental, por las epistemologías que desde el sur construyen y se apropian de los sabereres ancestrales y de los conocimientos que otorgan validez a las prácticas cognitivas de las clases sociales y de los pueblos que han sido históricamente victimizados, explotados y oprimidos, por el colonialismo y el neocolonismo. Además, por sus aportes a la construcción de una Agenda Común y de un movimiento nacional de resistencia articulado a nivel internacional que confronta el modelo extractivista, depredador de la vida y la naturaleza y propone la sustitución progresiva de la cultura fósil por otro modelo de producción, distribución y gestión de la energía y de definición de prioridades, soberano y autónomo, gestionado por las comunidades y que responda a sus necesidades, sustentado en otras alternativas como la energía solar, eólica, que no afecten los derechos fundamentales individuales y colectivos y, especialmente, el ambiente sano.
Implica la moratoria de la política minero energética, la suspensión de cualquier explotación en áreas protectoras de la Amazonía, Páramos, Macizos y de gran biodiversidad natural y priorizar la conservación de las selvas como única garantía de la diversidad cultural y ambiental, la protección de las altas montañas, donde surgen las aguas para la pervivencia de los pueblos, la garantía de la Seguridad Alimentaria basada en las economías campesinas, indígena, afrodescendientes como la agroecología y la autonomía de las comunidades para decidir en sus territorios. En tal sentido, se han logrado avances significativos en la jurisprudencia con las Sentencias de la Corte Constitucional T-135/13, T-445/16 y T-622/16 que hacen parte de la lucha por una legislación socio ambiental alternativa a la mercantilización de los bienes comunes, surgida desde la organización y la resistencia social de las comunidades y fundamentada en una nueva relación entre la naturaleza humana y no humana, en un nuevo sistema donde impere la justicia social y ecológica.
 


Una construcción de la unión entre los diversos de abajo contra el Capital-Estado

Chile. Convergencia 2 de Abril de La Araucanía analiza estrategia del Estado contra Pueblos Mapuche y Chileno
Resumen Latinoamericano / 21 de noviembre de 2018
 
· Nos dirigimos a la clase trabajadora, al pueblo mestizo consciente y humilde, al estudiantado hijo de la clase, a las mujeres populares y a las organizaciones sociales de Temuco y la región, de las que somos parte y apoyamos:
 
Después de años de organización y lucha, nuestra organización, heredera de diferentes procesos sociales y políticos en Temuko y múltiples lugares de La Araucanía, se ve enfrentada a un proceso que obliga a actuar con audacia y convicción, sin dar pie a vacilaciones, conscientes de la responsabilidad que en este escenario nos toca como una humilde expresión de la clase trabajadora y los pueblos, que ha mantenido cierta capacidad organizativa y movilizadora durante años, como la presencia en los barrios de Temuco y Padre Las Casas, desde experiencias en alimentación, organización de mujeres, salud y educación popular, intentando crear formas superiores de organización de las y los pobladores. Durante años hemos insistido en cada espacio en la necesidad de articular y unir las luchas sociales, mediante la consigna de que Todas las Luchas sean una sola Lucha, así lo hemos hecho contra las AFP, en la lucha salarial y por derechos laborales en sindicatos de salud, comercio y del sector público, desde las federaciones y centros de estudiantes, desde las organizaciones feministas y de la disidencia sexual, desde las iniciativas de comunicación popular y los espacios por la defensa y salud de los territorios.
 

Hemos mantenido una insistente independencia política, distanciándonos de quienes apelan a la institucionalidad capitalista del Estado como eje de disputa, concentrándonos en la independencia de la clase trabajadora y el Poder Popular. Justamente desde esa apuesta independiente, contra el Estado y el Capital, y por el poder popular hemos reafirmado nuestra coincidencia con las organizaciones mapuche que impulsan procesos anticapitalistas mediante el control territorial.

La Convergencia, en su condición de organización mestiza y plurinacional ha apuntado al internacionalismo y la solidaridad en las luchas de los pueblos, apoyando diversos procesos tales como las huelgas de hambre de las y los presos políticos mapuche, la construcción de viviendas y mingas en comunidades, actividades de autogestión, solidaridad, y también colaborando desde las ciudades en la resistencia frente a la violencia militar de los gobiernos contra la justa lucha del pueblo mapuche. Esto, sin dejar de levantar nuestros propios procesos desde la clase trabajadora y el pueblo chileno, que sin duda es nuestra principal tarea, y es la mejor forma de apoyar la lucha de otros pueblos, sin intervencionismo, sin colonialismo.

Hoy un desafío mayor toca nuestra puerta, toda Nuestramérica pretende ser atravesada por los brazos del monstruo extractivista, quien tiene puesto uno de sus tentáculos en Wallmapu. Se trata del Eje del Sur del proyecto IIRSA (Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana),  que ha sido bautizado como Plan Impulso Araucanía, iniciado por Bachelet mediante montajes como Huracán y Luksinger-Mackay, justificando la presencia de la Militarización del Wallmapu, y que hoy el gobierno de Piñera llama Macrozona Sur, teniendo como objetivo someter al movimiento mapuche y sectores organizados de la clase trabajadora.
 
Cinco claves para entender el Plan Impulso Araucanía y el IIRSA
1.- Consiste en la invasión de proyectos extractivistas forestales, mineros, parques eólicos, hidro y termoeléctricos, e invasión de salmonicultivos y pesca industrial. Aquí se concentran capitales chinos, japoneses, estadounidenses, canadienses y europeos, en conjunto con los capitalistas locales Luksic, Angelini, Matte, Von Appen, entre otros. Se intenta triplicar la explotación eléctrica de los territorios, tal como ocurre con centrales eléctricas que se pretenden instalar en Lonquimay, Curacautín, Melipeuco, Curarrewe, Pucón, Villarrica, en la zona pewenche, y que avanza mediante las cuencas de los ríos Muco, Cautín, Trankura, Allipén, Toltén, entre otros.

2.- Para aumentar la explotación requieren una Invasión de carreteras y puertos, atravesar y destruir a comunidades mapuche y territorios autonomizados, mediante la creación de un puerto seco en las cercanías de Victoria, una carretera Bioceánica entre Bahía Blanca y Lebu, un Puerto en las costas de La Araucanía, una carretera entre Freire y Pucón, y diversos caminos que atraviesan comunidades mapuche, poniendo millones de dólares.
3.- Mantiene la Educación en la miseria, representando un retroceso en gasto público, desfinanciamiento de universidades, liceos públicos y hogares estudiantiles, desechando la construcción del Centro de Formación Técnica Estatal de Angol, y el de Lautaro que a duras penas se mantiene. Sobre Salud se utiliza la mentira, incluyendo supuestas millonarias inversiones que ya venían de los gobiernos anteriores, promocionando el Hospital de Padre Las Casas y Makewe, ambos ya en construcción y con presupuesto para ello, fingiendo un rostro humano de este plan macabro.
 
4.- Para el pueblo Mapuche se ofrece División, Venta y Permuta de Tierras mediante la destrucción de la Ley Indígena, promoviendo una ruptura de las comunidades, el ingreso de personas ajenas para facilitar la intervención capitalista y el ingreso de megaproyectos que atentan contra la naturaleza y las familias, facilitando la explotación humana y del territorio, la instalación de cientos de empresas extractivistas para que nuestro futuro sea de contaminación y enfermedades tal como ocurre hoy en Quintero-Puchuncavi-Concón-Ventanas-Talcahuano-Lirquén con decenas de industrias contaminantes y una población que protesta por el cierre de ellas, debido a la alta tasa de abortos, infertilidad, cáncer e intoxicaciones.
 
5.- Para la clase empresarial agrícola y forestal, más recursos para armarse. Toda una batería de fondos para seguir profundizando la destrucción de la tierra y violentando a las comunidades, mediante sus organizaciones armadas paramilitares y sus auto-atentados. Se les nombra víctimas de la violencia rural a pesar de que han asesinado a comuneros. Ahí  tenemos a Luis Marileo y Patricio González, asesinados a manos de Ignacio Gallegos, ex oficial de Carabineros, agricultor y activo miembro de estos grupos. Se les blinda a pesar de que apuntan sus armas de fuego a personas mapuche indefensas como lo hizo Luis Gómez Guitterman en Lican Ray, y que son parte de operativos militares y policiales, como el propio Juan de Dios Fuentes, presidente de Paz en la Araucanía y actual Director del Servicio de Impuestos Internos quien porta armas en medio de sus reuniones, mientras luce la polera de la paz.
 
Militarización, Paramilitares, Uso de Drogas y Violencia en Carabineros
Hoy frente al asesinato de Camilo Catrillanca, a la tortura física y sexual que sufren mujeres y niños cuando son detenidos, al Estado de Sitio que viven miles de hombres y mujeres mapuche en Ercilla, Collipulli, Victoria, Tirúa, Cañete, Lanco y otras comunas en el Wallmapu, los pueblos están unidos para enfrentar la militarización y el extractivismo.
Sabemos que el monstruo del IIRSA y sus brazos armados Comando Jungla, Fuerzas Especiales, GOPE, Fuerzas especiales de la Armada y órganos paramilitares como Paz en la Araucanía y Comando Trizano vienen entrenándose por años bajo la tutela de Estados Unidos y el Narco-Estado Colombiano para agredir a los movimientos populares, mediante operaciones secretas y encubiertas, secuestro, torturas, ejecución e incluso desaparición de activistas como Santiago Maldonado. Todas estas formas de violencia se acentúan por el abuso de sustancias narcóticas y estimulantes en las ramas represivas, prueba de ello es el alto número de delitos y accidentes de tránsito en que los miembros de Fuerzas Especiales participan, como el accidente en que dos uniformados de Pailahueque fallecieron en diciembre de 2017, o las detenciones por conducir ebrios en mayo y junio del 2016 de varios Fuerzas Especiales de Temuco que incluso apuntaron con sus armas a quienes les detenían. Sabemos que estos ejemplos no son casos aislados, sino que son botones de muestra de un fenómeno instalado y en franca expansión, que vincula estrechamente a los organismos del Estado y a las organizaciones para-estatales del submundo criminal.

El uso de la agresión y vejámenes sexuales es otro instrumento utilizado a destajo, haciéndose costumbre en la Segunda Comisaría de Temuco, donde se golpea y obliga a desnudarse y mostrar sus genitales a mujeres y niñas. Esta práctica de tortura se utiliza a diario hacia integrantes de comunidades de las zonas en Estado de Sitio de Ercilla, Collipulli, Victoria, Tirúa y Cañete, y contra las visitas de los presos de las cárceles de la región. El ataque y amedrentamiento a niños y niñas ha sido una herramienta policial brutal que se viene instalando con disparos a Brandon Huentecol (17), Silvestre Torres (14) y Fabiola Antiqueo (18) sobrevivientes al accionar de la policía militar, pero que tienen a Alex Lemún (17) y José Huenante (16) como víctimas fatales.
Las organizaciones de derechos humanos constituidas desde el propio pueblo han sabido defender a quienes son reprimidos, pero no hemos podido evitar la tortura frecuente que se vive en calabozos y carros policiacos, ni los secuestros y golpizas que se viven en automóviles de la Policía de Investigaciones y Carabineros de civil. Bajo estas doctrinas del racismo, clasismo y sexismo que se les instruye, ellos han amenazado a importantes dirigentes sociales de La Araucanía que militamos en la ciudad, que luchamos por la vida y un mundo nuevo, y que estamos conscientes del riesgo que corremos como consecuencia inevitable de esta lucha sin cuartel.
 
Organizar el descontento, construir el programa de lucha
Ante los peligros del aparato represivo, necesitamos que la clase trabajadora y todos los sectores del pueblo movilizados avancen desde la rabia y la pena, hacia una protesta social organizada que no se aísle, sino que amplíe sus banderas de lucha, que convoque a todo el campo popular a la solidaridad, unidad y acción conjunta. Saludamos y reivindicamos las acciones de protesta levantadas durante la última semana como reacción al asesinato del peñi Camilo Catrillanca, y hacemos un llamado urgente a organizar el descontento, coordinar nuestras acciones, y reivindicar en los hechos nuestro derecho a la autodefensa, resguardando nuestra integridad y cubriendo nuestras espaldas para evitar nuevos caídos. La clave frente a este enemigo es golpear desde diferentes puntos, de manera insistente y coordinada, apuntando todos y todas en la misma dirección, construyendo un programa de lucha que nos oriente.
Para organizar el descontento, se requiere reconocer el trabajo silencioso y esmerado de cientos de personas en la defensa de los Territorios, de los hogares mapuche Pelontuwe y Lawen Mapu, de estudiantes de los liceos Pablo Neruda, Universidad de La Frontera y Universidad Católica de Temuco, de organizaciones de mujeres y feministas, de los Movimientos de Salud y contra las AFP, a los dirigentes sindicales honestos del sector público, de Salud, Educación y Comercio, y a organizaciones de pobladoras de Padre Las Casas, Amanecer, Pichi Cautín, Santa Rosa y Pedro de Valdivia, además de los procesos organizativos de Angol, Pucón, Renaico, Villarrica, Pitrufquén y que se multiplican por todo el territorio en asambleas y colectivos impulsando la lucha anti-extractivista y por la recuperación de derechos de los pueblos, haciendo práctica la alianza multiétnica.
Todos estos esfuerzos de años hoy se convocan a diferentes acciones, y han mostrado un verdadero potencial en el movimiento urbano de La Araucanía, para solidarizar y apoyar a las zonas de resistencia y control territorial mapuche, desde las particularidades de cada comuna y lugar, y de cada organización social.
Reconociendo todos estos esfuerzos previos y también las diferencias y errores propios, hoy es necesario articular este descontento y avanzar en generar un escenario de Asamblea Popular Permanente de Temuco y La Araucanía que en alianza con las organizaciones mapuche de la región logre enarbolar y avanzar en la conquista de un Programa de luchas comunes de ambos pueblos, partiendo por la autodeterminación territorial mapuche, por los derechos de la Tierra y del pueblo trabajador no mapuche de la región.
 
Para ello, señalamos la necesidad de ocupar el espacio público, no encerrar nuestras luchas solo en hogares o universidades, sino avanzando más allá, a controlar en los hechos, parcial o totalmente, espacios del territorio urbano de Temuco. Sostenemos que este Programa de luchas debe partir con lo que las comunidades y las distintas expresiones sociales y políticas ya han estado planteando como medidas de defensa frente al actual escenario, y desarrollar perspectivas de avanzada en el marco de un debate democrático de las organizaciones. Sostenemos que algunos de estos puntos son:
 
1.- El Desmantelamiento y disolución del aparato militar Comando Jungla, Fuerzas especiales de Carabineros y GOPE. Para avanzar hacia una democratización y civilización de Carabineros, rompiendo con la doctrina en que sistemáticamente han formado estas instituciones a sus miembros, e incluyendo un desarme de sus acciones, prohibiendo el uso de armas de guerra y gases tóxicos. Todo lo cual, debe ir acompañado del desmantelamiento de las redes de narcotráfico y abuso de sustancias en esta institución, que alimentan el ejercicio de la violencia y la deshumanización.
 
2.- El punto anterior, se enmarca en la exigencia de desmilitarización del territorio y las comunidades, que no inició con el Comando Jungla, sino que tiene sus antecedentes en las Fuerzas especiales de Pailahueque, GOPE y Fuerzas especiales de la Armada que han militarizado las comunas de Ercilla, Collipulli, Victoria, Tirúa y Cañete, y que forman parte de una cadena de mando y un diseño institucional con recursos millonarios para salvaguardar el negocio forestal. Por ello, requerimos que todo el equipamiento millonario comprado para matar, sea redestinado a labores de salud y rescate, donde apenas existen recursos actualmente, contando Carabineros con más helicópteros y vehículos todo terreno que los propios servicios médicos de la zona. La desmilitarización de las comunidades, debe hacerse efectiva también en el espacio urbano de Temuko, donde cada vez más se advierte la presencia de policía especializada.
 
3.- La destitución y procesamiento de los generales Andrés Gallegos y Mauro Victoriano, y de las jefaturas de las comisarías de Fuerzas Especiales de Pailahueque y Temuco, por ser los responsables en el mando de quienes han cometido delitos reiterados estando bajo su cargo. Y por supuesto, la renuncia del General Director de Carabineros, Hermes Soto.
 
4.- La destitución y procesamiento de las autoridades y responsabilidades políticas de la Región, Intendente Luis Mayol, Gobernadores Mauricio Ojeda y Victor Manoli por favorecer el clima de violencia hacia las comunidades, manteniendo la impunidad de los agricultores y carabineros involucrados en la violencia. También la destitución del Director de Impuestos Internos, el paramilitar Juan de Dios Fuentes, y del principal responsable político, el ministro del Interior, Andrés Chadwick.
 
5.- La Transferencia de recursos directa hacia los servicios estatales de Salud y Educación de todos los fondos del Plan Impulso Araucanía que pretenden dirigirse a la invasión del territorio, a empresas extractivistas y a financiar a las supuestas víctimas de violencia rural.
 
6.- El cese de hostilidades contra las Hortaliceras Mapuche y fin a las ordenanzas municipales racistas del Alcalde Becker que multan, prohíben y criminalizan al comercio o trabajo ambulante.
 
7.- La Cárcel efectiva para todos los policías y fiscales involucrados en el montaje Huracán que se utilizó para justificar la militarización de las zonas mapuches en resistencia.
 
8.- La libertad de todos los prisioneros políticos mapuche, pues no existen las más mínimas garantías que permitan siquiera creer en la justicia y servicios policiales del Estado de Chile, tras el evidente montaje de pruebas con las que se encarcela a cientos de luchadores mapuche, que incluye los auto-atentados.
 
9.- Exigimos cumplir las demandas de los pueblos de Quintero y Puchuncaví, enmarcadas en nuestra reivindicación general de los agricultores, la operación Huracán, el caso Lucksinger-Mackay, y los intentos de montaje en la ejecución política de Camilo Catrillanca. Por terminar con las zonas de sacrificio, y hacer justicia a Alejandro Castro, quien también fuera asesinado por alguna de estas unidades criminales del Estado.
¡Que los Territorios se levanten y los Pueblos ejerzan Soberanía!
Temuko, Territorio Mapuche, 20 de Noviembre 2018