Archivo del blog

14 de abril de 2015

"La capacidad de repensarse fue esencial en la reorientación estratégica del EZLN" hacia "enfocar sus esfuerzos en construir nuevas relaciones sociales, tanto al impulsar y proteger la creación de las autonomías como al hacer posibles los encuentros con la sociedad civil".

La autonomía como eje de la resistencia zapatista

Por Raúl Ornelas

Del levantamiento armado al nacimiento de los Caracoles. Nosotros ya teníamos un territorio controlado y para organizarlo fue que se crearon los Municipios Autónomos. Al EZLN le sobran ideas de cómo es un pueblo organizado y libre.

El problema es que no hay un gobierno que obedezca, sino que hay un gobierno mandón que no te hace caso, que no te respeta, que piensa que los pueblos indígenas no saben pensar, que quieren tratarnos como indios patarrajadas, pero la historia ya les devolvió y les demostró que sí sabemos pensar y que sabemos organizarnos. La injusticia y la pobreza te hacen pensar, te producen ideas, te hacen que pienses cómo hacerle, aunque el gobierno no te escuche. Mayor Insurgente de Infantería Moisés, EZLN

MUCHAS HAN SIDO las lecturas suscitadas por la lucha de las comunidades zapatistas de Chiapas. Los planteamientos formulados por este innovador sujeto social han propiciado reacciones que van desde la descalificación a la apología. Y no pocos han sido los analistas y los actores políticos y sociales que han ofrecido conclusiones escépticas respecto de la lucha zapatista, particularmente entre lo que podemos llamar la izquierda comunista.

Al revisar esos análisis, constatamos que existen importantes deficiencias en el conocimiento de las propuestas y de las realidades que constituyen lo esencial de la lucha zapatista. En este trabajo nos proponemos rescatar los aspectos que consideramos más importantes de la construcción de la autonomía entre las comunidades rebeldes de Chiapas. Desde nuestro punto de vista, la autonomía es el proceso que explica la fortaleza y el vigor de la lucha que desde hace veinte años se desarrolla en las cañadas de la Selva Lacandona y de la cual el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) es una expresión fundamental, aunque no la única.

El objetivo central del texto es establecer las líneas generales del discurso y la práctica zapatistas en torno a la autonomía tratando dos cuestiones: la evolución de la autonomía desde el levantamiento zapatista hasta el nacimiento de los Caracoles, y la relación entre autonomía y poder. (...)


Autonomía y poder
El segundo elemento que consideramos central en la construcción de la autonomía es la relación de la lucha zapatista con el poder: en el marco de la transformación social, la autonomía intenta resolver los dilemas planteados por las relaciones con el poder. En la Primera Declaración de la Selva Lacandona (enero de 1994) el EZLN planteó: Por lo tanto, y conforme a esta Declaración de guerra, damos a nuestras fuerzas militares del Ejército Zapatista de Liberación Nacional las siguientes órdenes: Primero. Avanzar hacia la capital del país venciendo al ejército federal mexicano, protegiendo en su avance liberador a la población civil y permitiendo a los pueblos liberados elegir, libre y democráticamente, a sus propias autoridades administrativas (EZLN, 1994).
Asimismo, en la Ley de Derechos y Obligaciones de los Pueblos en Lucha se establece:
Primero. Los pueblos en lucha contra el gobierno opresor y los grandes explotadores nacionales y extranjeros, sin importar su filiación política, credo religioso, raza o color, tendrán los siguientes DERECHOS:
a. A elegir, libre y democráticamente, a sus autoridades de cualquier clase que consideren conveniente y a exigir que sean respetadas.
b. A exigir de las fuerzas armadas revolucionarias que no intervengan en asuntos de orden civil o afectación de capitales agropecuarios, comerciales, financieros e industriales que son competencia exclusiva de las autoridades civiles elegidas libre y democráticamente (EZLN, 1994).

Desde el inicio de la rebelión, se plantea claramente la independencia entre las funciones de gobierno, concebidas como un asunto que concierne en primer término a las comunidades, y la lucha política y armada a la que se aboca el EZLN. Este es un aspecto crucial que la lucha zapatista comparte con las revoluciones campesinas del siglo XX: tanto en Ucrania como en Aragón y Cataluña, los ejércitos insurrectos dejaron en manos de los civiles la construcción de los autogobiernos. Al respecto es esclarecedora la proclama que acompañaba la entrada del ejército makhnovista en pueblos y ciudades de Ucrania: A todos los trabajadores de la ciudad y de sus alrededores ¡Trabajadores! Vuestra ciudad es ocupada, momentáneamente, por el Ejército insurreccional revolucionario (makhnovista).

Este ejército no está al servicio de ningún partido político, de ningún poder, de ninguna dictadura. Por el contrario, busca liberar la región de todo poder político, de toda dictadura. Trata de proteger la libertad de acción, la vida libre de los trabajadores contra toda dominación y explotación. Por tanto, el ejército makhnovista no representa ninguna autoridad. No someterá a nadie a ninguna obligación. Su papel se limita a defender la libertad de los trabajadores…

Corresponde a los campesinos y a los obreros el actuar, organizarse, ponerse de acuerdo en todos los dominios de su vida, tal y como ellos los conciben y como deseen… Los makhnovistas sólo pueden ayudarlos, ofreciéndoles opiniones o consejos, poniendo a su disposición las fuerzas intelectuales, militares u otras que necesiten. Pero no pueden ni quieren, en ningún caso, gobernarlos o prescribirles nada (Voline, 1969: 598-599). En los tres casos, las comunidades campesinas poseen prácticas y tradiciones autogestivas ancestrales, que constituyen una base fértil para la construcción de gobiernos propios. Además  de estas similitudes, también es interesante destacar que en las experiencias de Aragón, Cataluña y Ucrania influyeron fuertemente las organizaciones anarquistas, implantadas con anterioridad a los momentos revolucionarios; estas organizaciones realizaron una intensa tarea educativa enfocada a establecer que el autogobierno era la única solución a la situación de miseria y opresión, así como a marcar los límites de los regímenes políticos imperantes (el zarismo, la monarquía, las repúblicas). Por su parte, la construcción del EZLN está marcada en sus inicios por la presencia de una organización marxista-leninista con un proyecto de carácter político militar (lucha armada, la toma del poder), el cual fue transformado radicalmente en la interacción con los pueblos indígenas.

Los proyectos de las organizaciones políticas, en los tres casos, fueron retomados y transformados por la lucha de las comunidades, lo cual subraya la fuerza y la centralidad que éstas tienen como base de las experiencias revolucionarias radicales, entendidas como las que afectan el conjunto de la vida social, desde lo cotidiano y material hasta el régimen político. Por otra parte, es importante señalar que la postura de independencia frente a las tareas de gobierno distingue radicalmente la lucha zapatista de gran parte de las revoluciones sociales contemporáneas y particularmente de aquellas cuya matriz fue la revolución bolchevique. A diferencia de las visiones del foco guerrillero o de la izquierda gradualista, los zapatistas abandonan las ideas de “uniformidad”, de “cohesión”, apostando por la multiplicación de los actores de la transformación social: en particular, proponen las figuras del “buen gobierno” (o del “gobierno democrático”), del rebelde y de las “sociedades civiles”, entendidas como sujetos complementarios en tensión.

No se trata de unificar y homogeneizar (¿hegemonizar?) las fuerzas del cambio social bajo directrices generales (el programa) ni direcciones centrales (el partido), sino de ampliar los espacios y las formas de intervención en el proceso emancipador.

La gran fuerza de la experiencia zapatista reside en que ha podido demostrar, a contracorriente de los discursos y las prácticas de las organizaciones políticas, que es posible actuar unitariamente sin suprimir la diversidad de los participantes.

En ese sentido las Juntas de Buen Gobierno son una instancia de acción unitaria y no un mecanismo de uniformidad, en la medida en que no centralizan poderes o mandatos de las instancias de base (asambleas, Municipios Autónomos). Las propuestas homogeneizadoras (que llegaron a hablar de “eficacia” en la lucha de clases) estaban permeadas por la lógica militar y excluyente que caracteriza al capitalismo. Así, las ideas-fuerza y las estrategias de los sujetos revolucionarios privilegiaban la negatividad de la revolución: “el odio al opresor”, “la dictadura del proletariado”, el “patria o muerte”, ciertamente potenciaban las capacidades de los oprimidos y de sus organizaciones en el enfrentamiento con los opresores y el Estado, pero condujeron sistemáticamente a callejones sin salida (o a derrotas aplastantes) en tanto sus alternativas (estatización, partido único, organizaciones sociales corporativizadas, coexistencia pacífica) nunca rompieron con los límites de la sociedad basada en la competencia.

La multiplicación del sujeto de la transformación social (que aquí restringimos al extremo al hablar del “buen gobierno”, los rebeldes y las “sociedades civiles”), es la alternativa que los zapatistas oponen a los mecanismos de poder que caracterizan al sistema capitalista. Tanto para la sociedad capitalista como para el paradigma “leninista” de la revolución, el Estado, el partido, la “conciencia nacional”, etcétera, son los medios insoslayables para conducir a la sociedad hacia la transformación social. Lo característico de esta construcción de sentido es que se realiza mediante “especializaciones” que rompen la unidad de la vida social, creando roles que se reproducen a sí mismos: los políticos, los empresarios, los trabajadores, los burócratas, los intelectuales, etcétera.

Los zapatistas en cambio buscan mediaciones para una reconstrucción de lo social sobre la base de nuevas relaciones. Partiendo de lo que llaman “una nueva forma de hacer política”, toman en cuenta el conjunto de los niveles y manifestaciones de la vida social a fin de someterlos a la crítica; por esa vía, buscan la manera de superar las separaciones que le dan coherencia y sentido al capitalismo: se trata de no reproducir la separación entre política, sociedad y economía, entre lo público y lo privado, entre lo “importante” y lo banal, buscando crear relaciones que tiendan a (re)unificar la vida social.

En esta perspectiva, el proyecto zapatista de “un mundo donde quepan muchos mundos” ofrece una alternativa civilizatoria al capitalismo, donde los valores de la competencia, la fuerza, la hegemonía, son superados por ideas-fuerza novedosas y/o resignificadas: la solidaridad, la libertad, la democracia, la justicia. Así, las figuras de “autoridades” (o responsables, como ellos dicen), de “rebeldes”, y en especial de “sociedades civiles” no son nuevas reificaciones al estilo del “especialista” que está en el corazón del capitalismo o del “revolucionario profesional” del que hablaba Lenin. Por el contrario, esas figuras son tan sólo aspectos de una vida social que mantiene su coherencia firmemente asentada en la vida comunitaria. Ni burócratas, ni guerreros, los representantes y los rebeldes zapatistas son, ante todo, campesinos ligados al trabajo de la tierra y a la vida de sus pueblos. Resulta esencial señalar que la propuesta zapatista es pertinente en el ambiente de las comunidades indígenas que le dan origen; la reinvención de la comunidad en otros “hábitat” donde la complejidad de la sociedad, las especializaciones y la individualización son mucho más grandes, evidentemente pone en cuestión esta propuesta.


Autonomía y revolución
Además de ofrecer una postura novedosa frente al poder, la autonomía que construyen las comunidades zapatistas contiene dos argumentos centrales en el dominio de la lucha revolucionaria: “la revolución que haga posible la Revolución”, y el no luchar por la toma del poder. Asimismo, la construcción de los autogobiernos sustenta la propuesta emancipadora contenida en el “mandar obedeciendo”.

Mientras que las izquierdas tradicionales planteaban una prospectiva de la transformación (gradual o revolucionaria) de la sociedad a largo plazo, la lucha zapatista propone una tarea específica para el EZLN: […] tres señalamientos que contienen toda una concepción sobre la revolución (con minúsculas, para evitar polémicas con las múltiples vanguardias y salvaguardas de «LA REVOLUCION»):

El primero se refiere al carácter del cambio revolucionario, de este cambio revolucionario. Se trata de un carácter que incorpora métodos diferentes, frentes diversos, formas variadas y distintos grados de compromiso y de participación.

Esto significa que todos los métodos tienen su lugar, que todos los frentes de lucha son necesarios, y que todos los grados de participación son importantes. Se trata, pues, de una concepción incluyente, antivanguardista y colectiva. El problema de la revolución (ojo con las minúsculas) pasa de ser un problema de LA organización, de EL método, y de EL caudillo (ojo con las mayúsculas), a convertirse en un problema que atañe a todos los que ven esa revolución como necesaria y posible, y en cuya realización todos son importantes.

El segundo se refiere al objetivo y al resultado de esa revolución. No se trata de la conquista del Poder o de la implantación (por vías pacíficas o violentas) de un nuevo sistema social, sino de algo anterior a una y a otra. Se trata de lograr construir la antesala del mundo nuevo, un espacio donde, con igualdad de derechos y obligaciones, las distintas fuerzas políticas se «disputen» el apoyo de la mayoría de la sociedad. El tercero trata de las características no ya de la revolución, sino de su resultado. El espacio resultante, las nuevas relaciones políticas, deberán cumplir con tres condiciones: la democracia, la libertad y la justicia. En suma, no estamos proponiendo una revolución ortodoxa, sino algo mucho más difícil: una revolución que haga posible la Revolución… (Subcomandante Insurgente Marcos, 1995). Sin nunca perder de vista que fue “adoptado” inicialmente por las comunidades como un grupo de autodefensa, el EZLN ha tenido la visión para plantearse inserto en las relaciones de poder (“somos parte del viejo mundo” dicen), y en esa medida, concebirse como un actor limitado en sus alcances y en la temporalidad de su existencia. La riqueza de la experiencia zapatista está marcada fundamentalmente por esta capacidad autoreflexiva, de la cual cabe citar dos ejemplos significativos.

  • En primer lugar, de acuerdo con el propio relato de los zapatistas, la adopción de las formas de vida de las comunidades determinó que el grupo guerrillero enfocado en la autodefensa se transformara en un ejército campesino e indígena con un proyecto de transformación revolucionaria nacional. El crecimiento “exponencial” del EZLN tiene como detonador la contrareforma del Artículo 27 constitucional de 1992 que puso fin al reparto agrario, pero su condición de existencia fue la transformación de la organización político-militar en una organización-movimiento con varios niveles de participación sumamente flexibles. Y aún más importante, el aporte indígena y comunitario implicó el enriquecimiento del proyecto revolucionario con elementos éticos y culturales muy diferentes a la tradición revolucionaria (Le Bot, 1997: 142-151).
  • En segundo lugar, la capacidad de repensarse fue esencial en la reorientación estratégica del EZLN tras los doce días de guerra abierta y las intensas movilizaciones en todo México pidiendo una solución pacífica al conflicto chiapaneco. Una organización preparada para la guerra ha sido capaz de enfocar sus esfuerzos en construir nuevas relaciones sociales, tanto al impulsar y proteger la creación de las autonomías como al hacer posibles los encuentros con la sociedad civil.

Estos episodios, junto con muchos otros, señalan que el EZLN no concibe su lucha desde una perspectiva dogmática o finalista, sino enraizada profundamente en la voluntad expresa de sus miembros, puesto que “una revolución «impuesta», sin el aval de las mayorías, termina por volverse contra sí misma” (Subcomandante Insurgente Marcos, 1995). Esta concepción de la revolución abre múltiples posibilidades de avance y permite que un amplio abanico de actores sociales se reconozca en el planteamiento y lo desarrolle en sus propios términos y terrenos. Una cuestión central en este terreno es la concepción del EZLN de la relación que busca tener con las comunidades. El ser garante de la autonomía constituye la faceta “positiva” de la existencia de una fuerza político-militar, pero la reflexión del EZLN alcanza también un conjunto de aspectos problemáticos ligados al carácter armado de esta lucha: las medidas de seguridad, la existencia de jerarquías, de mandos y de órdenes, crean situaciones no democráticas y rigideces que frenan la creación de nuevas socialidades y la construcción de la autonomía: Funcionando con responsables locales (esto es, los encargados de la organización en cada comunidad), regionales (un grupo de comunidades) y de zona (un grupo de regiones), el EZLN vio que, de forma natural, quienes no cumplían con los trabajos eran suplidos por otros. Aunque aquí, puesto que se trataba de una organización político-militar, el mando tomaba la decisión final. Con esto quiero decir que la estructura militar del EZLN «contaminaba» de alguna forma una tradición de democracia y autogobierno. El EZLN era, por así decirlo, uno de los elementos «antidemocráticos» en una relación de democracia directa comunitaria... (Subcomandante Insurgente Marcos, 2003: 5ta parte).

Así, la progresiva independencia del EZLN respecto de las tareas de gobierno busca también reducir las influencias dañinas que derivan de las relaciones de poder al interior de la propia organización armada, si bien esto se realiza de forma gradual: actualmente el Comité Clandestino Revolucionario Indígena, dirección del EZLN, guarda aún una prerrogativa de “vigilancia” sobre las Juntas de Buen Gobierno.

Por ello la perspectiva planteada para el EZLN es la autodisolución: “Nosotros decidimos un buen día hacernos soldados para que un día no sean necesarios los soldados”. El plantearse a sí mismo como parte –y sólo una parte– de la transformación social es lo que explica la postura del EZLN de no buscar el poder. Si el horizonte es el “mundo donde quepan muchos mundos”, no puede ser un solo actor –ni un pequeño número de actores– el que encarne el conjunto de la transformación social. Los desenlaces trágicos de las experiencias revolucionarias añaden pertinencia a la necesidad de que los “rebeldes” se mantengan en su papel de contrapeso del poder.

La construcción de los autogobiernos y los reiterados intentos por lograr una interlocución respetuosa y fructífera con los poderes federales desmienten las interpretaciones superficiales que convierten la postura de no tomar el poder en una absurda negación del poder y de sus expresiones estatales. En efecto, la lucha zapatista ha sido consecuente en mantener una total independencia respecto del régimen político mexicano, pero ha realizado intentos variados por lograr acuerdos que beneficien a las comunidades en resistencia. Lejos de dar la espalda a las realidades del poder, los zapatistas han apoyado una candidatura presidencial (la de Cuahutémoc Cárdenas en 1994), a un candidato a gobernador sin partido (Amado Avendaño en 1995), han dialogado con los representantes del Poder Ejecutivo (especialmente en San Andrés en 1996) y con el Parlamento (2001), siempre mostrando disposición a alcanzar acuerdos y salidas pacíficas a la guerra declarada en 1994. Todo ello no ha impedido que la construcción de las autonomías avance, ni ha implicado que el EZLN se integre al sistema político imperante.

Autonomía y buen gobierno
La multiplicación de los sujetos de la transformación social implica, por último, las relaciones entre representantes y comunidades, las instancias de la soberanía, los mandatos, el consenso y los desacuerdos, temas de los cuales ya hemos hablado a propósito de la construcción de la autonomía.

El “modo” zapatista de construir estas relaciones intenta superar las formas jerárquicas de gobierno. Al ser las asambleas comunitarias el “soberano” en primera y última instancia, este modo de gobierno asegura la formación y la expresión de una voluntad general (o en todo caso, mayoritaria) e integral, esto es, una voluntad que expresa el consenso de la comunidad sobre los problemas y aspiraciones colectivos: Es razón y voluntad de los hombres y mujeres buenos buscar y encontrar la manera mejor de gobernar y gobernarse, lo que es bueno para los más para todos es bueno. Pero que no se acallen las voces de los menos, sino que sigan en su lugar, esperando que el pensamiento y el corazón se hagan común en lo que es voluntad de los más y parecer de los menos, así los pueblos de los hombres y mujeres verdaderos crecen hacia dentro y se hacen grandes y no hay fuerza de fuera que los rompa o lleve sus pasos a otros caminos.

Fue nuestro camino siempre que la voluntad de los más se hiciera común en el corazón de hombres y mujeres de mando. Era esa voluntad mayoritaria el camino en el que debía andar el paso del que mandaba. Si se apartaba su andar de lo que era razón de la gente, el corazón que mandaba debía cambiar por otro que obedeciera. Así nació nuestra fuerza en la montaña, el que manda obedece si es verdadero, el que obedece manda por el corazón común de los hombres y mujeres verdaderos. Otra palabra vino de lejos para que este gobierno se nombrara, y esa palabra nombró «democracia» este camino nuestro que andaba antes de que andaran las palabras (CCRI-CG del EZLN, 1994).

En ese contexto los representantes están investidos de autoridad en tanto cuentan con una decisión discutida y adoptada directamente por sus comunidades23. Esta autoridad tiene como contrapesos la vigilancia permanente de los miembros de la comunidad, la no remuneración y el carácter revocable del cargo. Así, el “mandar obedeciendo” es la respuesta zapatista que busca superar la “profesionalización” de la política, que, no está de más repetirlo, ha desembocado sistemáticamente en la separación entre gobernantes y gobernados y en la pérdida de sentido de las formas de gobierno. Diez años de resistencia y de construcción de autogobiernos significan un aporte a la idea de que las jerarquías estatales no son la única ni la mejor manera de relacionarse en la arena pública. Las autonomías han enfrentado con éxito los obstáculos que la guerra y la contrainsurgencia han puesto a la extensión y desarrollo de la lucha zapatista.

Aunque las realizaciones materiales –y sus alcances– han sido modestos, lo esencial de esta experiencia autonómica es que les ha permitido resistir a las comunidades y las ha fortalecido en todos los ámbitos. En relación con los actores políticos y sociales de México, actualmente la lucha zapatista constituye un punto de referencia muy importante. La experiencia autonómica y los intentos por desarrollar una nueva cultura política han introducido elementos innovadores para las luchas sociales del país. Por primera vez desde la Revolución de 1910 se configuran actores cuya perspectiva no es ganar puestos políticos sino crear nuevas relaciones sociales. Asimismo, el llamado a construir las autonomías en todo el país y el plantear la autogestión como alternativa frente a una gestión estatal completamente ineficiente constituyen avances sustanciales en los medios y en las orientaciones del cambio social. En la coyuntura actual, la fuerza organizada del EZLN y su interlocución con amplios sectores sociales son elementos que pueden coadyuvar en la construcción de redes de resistencia y de acciones unitarias con las fuerzas que se movilizan contra la “última oleada de privatizaciones”. Es en esa dirección que parecen encaminarse las estrategias lanzadas por los zapatistas en agosto de 2003.

La manera en que los zapatistas abordan el poder explica la amplitud de las solidaridades que ha suscitado su lucha, las cuales han sido determinantes para resistir casi diez años de guerra en su contra. E igualmente importante es que las posturas zapatistas frente a los dilemas del poder han impulsado el resurgimiento de la contestación social en todo el mundo y la exploración de formas de lucha alternativas a la tradición de las izquierdas. El recurso de las armas y de un ejército popular fue un factor muy importante del enorme impacto del levantamiento zapatista. Sin embargo, lo esencial ha sido la formulación de una nueva cultura política que recupera las lecciones de las luchas sociales a partir de dos vertientes complementarias. Por una parte, la lucha zapatista realiza una resignificación de valores y de métodos que habían sido pervertidos por las prácticas de los gobiernos de todos signos, al punto que los han descalificado como principios de la convivencia social: el horizonte de la lucha zapatista lo constituyen valores como la democracia, la justicia y la libertad, los cuales habían perdido todo sentido con los gobiernos “modernizadores” de derecha o izquierda. Por otra parte, la práctica y el discurso del EZLN y de las comunidades en resistencia abren paso a nuevas búsquedas y a nuevas formas de luchar basadas en la ruptura con el pensamiento dicotómico y excluyente, de verdades universales y caminos y objetivos predeterminados.

Este pensamiento dicotómico constituye el lenguaje del poder y de las organizaciones políticas (no en balde el partido constituye la organización de una parte de la sociedad que se enfrenta a otra por el control del cuerpo social). Y como producto de procesos históricos ligados al desarrollo capitalista y a la cada vez más densa red de la dominación social, este pensamiento capitalista, el modo de la competencia y de la negación del otro, ha logrado influir de manera significativa en los movimientos sociales y en el pensamiento crítico. En ese contexto las propuestas zapatistas cuestionan de raíz las ideas-fuerza de las izquierdas (marxistas, partidarias): desde las clases sociales hasta la dictadura del proletariado, pasando por la toma del poder, todas las categorías ligadas a esta tradición de la lucha social son puestas en cuestión, pero no para negarlas sino para superarlas, conservando de ellas no lo “valioso” sino el balance, las enseñanzas de la larga experiencia de los oprimidos en su lucha por emanciparse. Es en esta vertiente innovadora que la lucha de las comunidades zapatistas y los planteamientos del EZLN han logrado tejer nuevas relaciones de solidaridad y aprendizaje colectivo con actores nacionales y extranjeros que no se reconocen en las formas tradicionales de la política: gobiernos “progresistas”, partidos y organizaciones sociales corporativas. Y ello sin negar las relaciones que en términos de igualdad y sin subordinaciones han tenido con las fuerzas tradicionales y algunas partidarias (teniendo como ejemplos sintomáticos los vínculos con fuerzas y grupos italianos de la izquierda partidaria y con diversos grupos religiosos y ecuménicos de América y Europa). (...)


Objetivos de la Escuela de Derechos de los Pueblos del Abya Yala: "Creación de alternativas autónomas e independientes no podrá realizarse de manera aislada, reproduciendo la fragmentación impuesta por el poder, sino desde la iniciativa común a partir del diálogo de los pueblos americanos y de su diversidad cultural".

Escuela de Derechos de los Pueblos del Abya Yala

10 de abril de 2015


Con la participación de Nora Cortiñas y Mirta Baravalle, integrantes de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, y diferentes organizaciones populares y colectivos de derechos humanos, feministas y de educación popular, el miércoles 1 de abril se presentó la Escuela de Derechos de los Pueblos del Abya Yala. La inauguración formal será este sábado 11 de abril, en el Espacio Cultural Pompeya, sede del Equipo de Educación Popular Pañuelos en Rebeldía. 
Por RNMA

Minutos antes de que comenzara la conferencia de prensa, la RNMA tomó contacto con Mirta Israel, integrante de Pañuelos en Rebeldía, y Nora Cortiñas de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora.
Mirta Israel forma parte del equipo de coordinación de la Escuela Abya Yala y explicó que este proyecto tiene como rasgo ambicioso trabajar, desde un lugar de formación, con el tema de romper con la fragmentación del campo popular: “entonces el objetivo es formarnos construyendo una escuela en forma colectiva con un conjunto de organizaciones para formar militantes, activistas en los territorios, que tengan una mirada integral de la problemática en los territorios. Esto significa pensar en los diferentes ejes que se mueven en el territorio desde el territorio cuerpo, con las violencias de género, las violencias contra los jóvenes, el tema de la niñez, la adolescencia, el tema de los bienes de la naturaleza, de los trabajadores… en fin, poder construir una militancia integral para poder ver en los territorios no solo el problema que me mueve a mí como organización, sino integrar esas organizaciones, integrar esas miradas e integrar los saberes que se van produciendo en ese caminar y en esa práctica”.
Israel contó además que la Escuela se puso una única pauta que es construirse desde la educación popular: “rescataremos la historia de luchas de los pueblos, de las organizaciones. Habrá un recorrido histórico, nosotros no empezamos de cero, traemos esas luchas al hoy, por eso en la conferencia de prensa de presentación están las Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora con nosotros. Nosotros también aprendimos la última parte de nuestra historia con las Madres que nos siguen enseñando. Los saberes que hoy vamos ofreciendo, los saberes que traemos, los saberes históricos, y de eso se trata la educación popular y esta concepción del diálogo de esos saberes para construir nuevos saberes para ser triunfantes en la lucha; porque de eso se trata, de cómo construir poder popular, cómo construir otra sociedad que no sea ésta, la capitalista, colonial, patriarcal”.
A pocos minutos de iniciar la conferencia de prensa, Nora Cortiñas afirmó que es necesario que la educación popular se renueve permanentemente: “además de ir recorriendo las resistencias de nuestro pueblo para enriquecerse cada día, la formación de defensores de los derechos de los pueblos está tan abandonada por el Estado y necesita que nos juntemos mucha gente que vivimos experiencias desde hace más de 40 años de lo que es esta educación popular, unir todos los abrazos, unir la voluntad de ir progresando en lo que hasta ahora todavía está un poquito atrasado en esa atención al desarrollo de los pueblos. Este es un puntapié inicial, es un lanzamiento y tendrá que ir creciendo con todas las organizaciones que son las que nos encontramos siempre en las calles cuando hace falta, cuando llega el momento”.
En cuanto a los primeros desafíos de la Escuela de Derechos de los Pueblos del Abya Yala, Cortiñas aseveró: “Creo que la escuela tiene que ir primero por un camino de transparencia y de suma de voluntades, que cuando esté lanzada totalmente haya una declaración de principios sólida, donde cada uno nos aferremos a esa postura y avancemos, respetando el derecho de los pueblos, que hasta ahora en este país estamos bastante atrasados y lo vemos en el acampe de los qom y wichi. Yo siento vergüenza de que no le hayan dado una respuesta, que esta gente viene además con una resistencia pacífica, diciendo qué es lo que no tienen y qué es lo que quieren y no son escuchados desde el Estado propiamente. Así que yo creo que esta escuela además de formación debe ser de defensores de los derechos de los pueblos”.
La Escuela Popular funcionará en el espacio que tiene hoy Pañuelos en Rebeldía en el barrio porteño de Pompeya. Este 2015 será de construcción junto con las organizaciones, mientras que el año que viene se abrirá formalmente al resto de la comunidad.
La conferencia de prensa, que se realizó en el Hotel Bauen, comenzó con la presentación de Claudia Korol, de Pañuelos en Rebeldía. Tras la lectura, a cargo de Mirta Israel, del documento acordado por las distintas organizaciones que sostienen esta propuesta (1), representantes de los colectivos que forman parte de la Escuela y otras organizaciones que se acercaron manifestaron sus reflexiones sobre la importancia de esta iniciativa pedagógica de movimientos populares de todo el continente que busca construir poder popular.
Unir rebeldías
Nora Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo-Línea Fundadora: “Esta iniciativa está llena de inquietudes, esperanzas y promesas que nos hacemos con el compromiso de que esto tiene que avanzar, que tiene que servir para afianzar la educación popular, que día a día tiene que girar como el mundo, andar y andar y crecer para que sea de manera colectiva. No tenemos que estar desunidos, juntándonos sólo una o dos veces por año, vamos tener que comprometernos a estar más juntitos todos y todas en acontecimientos que se van viniendo encima día a día y que no nos dan tregua, no hay tiempo de correrse del camino. Y como dice el poeta, el camino se hace al andar, así que nosotros tenemos que crear, lo que todavía no está hay que crearlo y hace falta mucho porque ya vemos cómo cuesta la defensa de los pueblos. El mejor o peor ejemplo lo vemos en el acampe que nuevamente realizan los qom, ahora junto a varias comunidades que se tuvieron que venir para reforzar. Hasta ahora no ha dado resultado, no hay respuesta, hay una indiferencia total desde el Estado, acá, en las provincias; y seguimos bregando para que en algún momento se dé una respuesta, porque esta indiferencia es inhumana, y además los separan como si fueran enfrentamientos entre el mismo pueblo. Entonces tenemos ese compromiso y tenemos que asumirlo, y como los que estamos acá sabemos de rebeldías, del día a día, las rebeldías de años, entonces hay que unir rebeldías y seguir adelante para fortalecernos. Tenemos que poner creatividad. Nosotras, las madres, les dejamos el compromiso de la creatividad a los que son un poquito más jóvenes que nosotros, esperanzados de que ustedes van a retomar esa fuerza que nos ha ayudado a nosotras por años, pero ahora nosotras estamos depositando en ustedes ese compromiso para crecer. Vamos a demostrar que la educación popular se va a afianzar en nuestro país y que vamos a poder aportar ese ideario que tuvieron nuestros próceres y que a veces se fueron quedando en el camino, no solamente nuestros hijos e hijas que no están nos dejaron una herencia, sino desde mucho atrás, más de 500 años, venimos recibiendo una herencia que por momentos pareciera que se va a debilitar, pero hay que remontarla y demostrar que podemos. Así que adelante y nos seguiremos encontrando”.
Mirta Baravalle, Madre de Plaza de Mayo-Línea Fundadora: “Cada vez que veo grupos de jóvenes, que para nosotras podrían ser nuestros hijos, nos renueva esa esperanza de que lo que los 30.000 detenidos desaparecidos soñaron y pensaron en sus comienzos de querer cambiar el país sigue vigente, que los 30.000 detenidos desaparecidos están siempre presentes. También iba pensando si sería ahora una egoísta porque querría realmente ser más joven, tener la posibilidad al ser más joven de poder también acompañar y enfrentar esa lucha que van a tener por delante, pero todo lo que se hace con un sentimiento determinado, cuando pensamos en el otro, en la otra, en el prójimo, lo hacemos con gusto, lo hacemos con cariño, con esa ilusión de decir ‘algo salvamos’ de toda esta injusticia. Hoy justo antes de venir había visto en el noticiero y veía lo de la gente durmiendo en los pasillos del Hospital Ramos Mejía, y si bien es cierto que uno ya sabe lo que pasa, vemos en la ciudad, en los barrios gente en la calle, tirada, durmiendo, de la manera en que puede, pero eso para mí fue escalofriante, pasillos donde duermen las personas porque no tiene dónde ir a vivir, se han visto en esa necesidad de ir a dormir en un hospital tirados en el suelo. Entonces hay un compromiso que tenemos como para que esas cosas puedan evitarse. Así que estamos con la esperanza de siempre, puesta en los jóvenes. Los chinos dicen que el límite de vida es los 70 años y que después comienza otra nueva vida, entonces como nosotras ya hemos pasado ese límite estamos renovadas. Vamos todos por un país mejor, para que haya igualdad de condiciones para todos y todas”.
Integrante del movimiento político y social colombiano Marcha Patriótica:“Nuestra organización no es firmante pero acompaña la conformación de esta Escuela. Nosotros llevamos hace más de tres años el lanzamiento de la Marcha en Colombia y su capítulo en Argentina. Tenemos un trabajo muy fuerte alrededor de luchas como las que se mencionan en el documento y como las que creo que todos y todas compartimos aquí. Lógicamente abrazamos y apoyamos esta idea, que inclusive nombra este proyecto de la investigación y acción participativa de nuestro colombiano Orlando Fals Borda, que en Colombia deja un precedente de las nuevas formas de educación en nuestra América. Además quería dejarles dos invitaciones, una para un festival por la paz en Colombia que vamos a realizar el 9 de abril, a partir de las 17 en el Obelisco. Para nosotros es una fecha muy importante porque se conmemora el asesinato de un caudillo colombiano, Jorge Eliécer Gaitán, el 9 de abril de 1948. Se ha acogido ese día como el día de las víctimas del conflicto armado en Colombia. La idea del festival es abrazar y apoyar los diálogos de paz por los que estamos pasando como sociedad en conjunto y pedir que se incluya al Ejército de Liberación Nacional en los diálogos, que se luche por una paz con justicia social, y que este sea un acuerdo real. La otra invitación es para el Segundo Foro por la Paz en Colombia que se va a realizar en Montevideo del 5 al 7 de junio. Creemos que la paz en Colombia es importante para la región, es importante que en ese acuerdo de paz que se está planteando y en nuestro país hablen todas las voces; las voces de las mujeres, de los oprimidos, de las oprimidas, de los pueblos originarios, de los afrodescendientes, en un país que es prácticamente el ejemplo perfecto de la explotación del imperialismo norteamericano en América Latina. El peligro de invasión es constante con más de siete bases norteamericanas en territorio colombiano, con el financiamiento de Estados Unidos a nuestro vergonzoso ejército nacional”.
Flor de Correpi: “Acompañamos la idea de la escuela, la formación, nos parece que está muy buena la idea de una militancia integral y de cruzarnos, ya que muchos somos compañeros de la calle, de muchas luchas y está bueno que haya más espacios donde nos encontremos. Saludamos esta propuesta”.
Graciela Rosenblum de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre: “Las palabras de Nora y Mirta vienen bien en el sentido de la reflexión por la cual nosotros nos sumamos a esta propuesta. Y tiene que ver con el rol de los organismos en este momento, tiene que ver con que los derechos los ganamos en la calle, con organización, y no se ganan por obra y magia del espíritu santo. Entendemos que construir una escuela que nos haga bregar el saber de todos nosotros para defender los derechos que todavía nos faltan completar, aquellos a los que todavía no podemos acceder, ese es nuestro rol como organismo, por eso estamos acá”.
Mariana Dufour, responsable de un programa intercultural, que se desarrolló hasta hace poco en Pinamar: “Nosotros trabajábamos en las escuelas públicas de Pinamar, un distrito que yo sé que cuando se lo nombra se viene el imaginario de un balneario glamoroso, con cuatriciclos y el turismo veraniego de las altas sociedades, pero lo que vivimos en Pinamar vivimos otra realidad. Somos un pueblo trabajador, trabajamos para el turismo, para que el turismo venga y nos dé trabajo a nosotros, y nuestra comunidad está conformada por un porcentaje muy importante de pueblos originarios. Son vecinos venidos de todos los países limítrofes, como Bolivia, Paraguay, Uruguay, Perú, y de todas las provincias, somos una sociedad muy heterogénea, muy rica culturalmente hablando aunque esto sorprenda, aunque a nuestros gobernantes no les guste y aunque sea difícil de reconocer incluso para el Estado nacional. Acá se hablaba del Estado, y si bien yo adhiero al proyecto nacional aún así tengo que decir que en estos temas nos están dejando solos, hay algo que está pasando y los pueblos originarios y afrodescendientes a veces parece que están como por fuera del modelo. En Pinamar llevamos adelante un proyecto que fue piloto, a lo largo de 10 años, en donde se trabajó toda la currícula escolar a partir de la cosmovisión de los pueblos originarios, afrodescendientes en íntima relación con la cultura urbano, criolla o descendiente de europeos como quieran llamarla. Tuvimos una repercusión mediática local importante, e importantísima en la comunidad, en la sociedad, en los profesionales, porque el mensaje esencial es que esto no debe quedar en las escuelas sino que debe acompañarse y sostenerse por la sociedad. La interculturalidad es una ideología en movimiento, no es algo que lo practico de 7 a 8 o de 10 a 12, sino que se vive desde que me levanto hasta que me acuesto, como madre, padre, profesor, comerciante, médico, abogado, como funcionario. Una de las cosas más importantes que intentamos reflejar desde Pinamar es la importancia de que esto no se acote a las escuelas que albergan matrículas de pueblos originarios sino que debe atravesar a toda la sociedad, ya que si solamente trabajamos con las escuelas que tienen matrícula originaria lo único que estamos creando es un ghetto y seguimos reproduciendo un discurso hegemónico, lo único que creamos de esa manera es una brecha, entonces me parece que el derecho a conocer los orígenes, el derecho a la educación popular, que nos cuenten toda la historia y no solo la de los que ganaron o la de los que aún hoy dominan es un derecho de todos, de los niños de hoy y de aquellos niños que alguna vez fuimos a la escuela y esta historia nunca nos fue contada”.
Javier del Congreso de los Pueblos de Colombia: “Estamos contentos y orgullosos de estar siendo parte de esta importante escuela para nuestra América, de estar acá soñando junto a ustedes estos caminos de emancipación que tanto requerimos. Ponemos con humildad y todo cariño los aprendizajes que hemos podido desarrollar en medio de una guerra tan cruenta, en medio de un despojo tan violento, y todo lo que ha sido la construcción de nuestros planes de vida, de los afrodescendientes, de los indígenas, de los campesinos, de las mujeres que han tenido que frentear el terror del Estado cuando los hombres fueron asesinados y sacaron adelante las comunidades. Para nosotros es muy emocionante tener la oportunidad también de poner ese granito de arena en esta construcción, también de retroalimentar nuestra lucha, nuestros sueños, y felices de ser parte de este camino más que necesario que sin duda tiene que replicarse en cada uno de los países del continente y tiene que juntar cada vez más organizaciones en iniciativas de este tipo, horizontales, que rompan con esa jerarquía vertical, patriarcal que ha predominado en la izquierda, y que tenemos también que deconstruir y desaprender entre todos y todas para lograr nuevas construcción, nuevos propósitos. Saludamos también que en muy poco tiempo aquí, en Buenos Aires, en Ezeiza se va a realizar el Congreso Latinoamericano de las Organizaciones Campesinas, y va a ser otro momento importante para estas construcciones. Son buenas noticias, tenemos que alegrarnos, porque algo bueno va a pasar”.
Tomas del FPDS Corriente Nacional: “Formamos parte del armado de la Escuela, de hecho firmamos el documento, así que vamos a estar haciendo nuestro pequeño aporte, en este nuevo desafío que tenemos. La semana pasada tuvimos una actividad en Luján, donde estuvo Vanesa Orieta y para sumar a lo que decían las Madres (de Plaza de Mayo), escucharlas a ellas y a Vanesa es un aire fresco, donde uno siempre tiene algo que aprender, y recordaba algo que decía Vanesa sobre la memoria, que no tiene que ser estática, sino dinámica y que constantemente se tenía que renovar. A partir de ahí empezamos a pensar un poco, que la historia de Abya Yala es de resistencia, de lucha desde hace 500 años. La represión no se terminó con el inicio de la democracia sino que realmente siguió, continuó, hay 4.500 compañeros, hermanos desaparecidos en democracia, muertos por distintas razones, por decir algunos Darío, Maxi, Mariano Ferreyra, Luciano Arruga y otros tantos chicos sin nombre que actualmente desaparecen en el país. El capitalismo logra calar entre nosotros el individualismo y ahonda a tal punto de hacernos perder la sensibilidad, como decía muy bien una de las Madres, pareciera ser una normalidad ver a gente durmiendo en la calle. Cuando esto se torna una normalidad es que hemos perdido la sensibilidad. Esta gran apuesta de generar educadores populares, y también militantes activos que traen otros militantes activos es a donde estamos apuntando. Creemos solamente que va a ser posible el empoderamiento popular en tanto y en cuanto los de abajo comprendan el mecanismo y actúen en consecuencia, es un desafío que nos proponemos dar y nos pone muy contentos que mientras traten de dividirnos nosotros nos encontramos en este espacio, juntándonos, encontrándonos, y parafraseando a alguien… si nos pudiésemos juntar un poco más, qué cerca estaría el futuro que nos proponemos”.
Hernán de La Dignidad: “Estamos muy contentos y contentas de estar inaugurando la escuela, también siendo parte, nos parece estratégica esta apuesta de articulación, de trabajo, de formación y tener como eje común entre movimientos, organizaciones y colectivos, a la educación popular, más aun en este contexto tan complejo, no solo en la Argentina, sino en el resto de nuestra América. Quería compartir un texto de saludo y de incorporación en este proyecto común, que nos envían los compañeros y compañeras del Movimiento Popular en Lucha de Chile, que es una organización hermana que también tiene un trabajo autogestivo en salud, de educación popular, de construcción cooperativa de viviendas, ellos también han decido involucrarse y a pesar de las distancias poder ser parte dándole un espíritu como planteamos desde el comienzo, más latinoamericanista, por eso también el nombre tan emblemático de esta escuela, se los leo a modo de convite del otro lado de la cordillera: ‘Cuando el silencio y la mentira recorren los territorios de Abya Yala, recuperando palabra por las y los de abajo para simplemente decir lo que vivimos la sociedad que queremos es un acto de hermosa rebeldía. Más aun cuando esa palabra está pintada de la unidad de múltiples colores, de diversas colectividades que reconocen que no son tan disímiles en su quehacer ni están tan distantes en su horizonte, como movimiento de pobladores y pobladoras en lucha, le enviamos un abrazo que todas esas educadoras y educadores, movimientos y colectivos que se cambian así mismos mientras caminan cambiando el mundo, saludamos desde Chile a esta escuela, invadidos de felicidad por los pasos que da nuestra Amerindia sin poder dejar de compartir nuestra inmensa tristeza por lo que vive nuestra gente, un desastre natural en el norte del país agudizado al absurdo por la catástrofe social propia del modelo y el despojo extractivista sobre nuestra Madre Tierra, es solo una muestra de una realidad común a los países coloniales del Sur para los pobres, los nadies, los nunca, los sin. Así adherimos a este esfuerzo y contribuiremos en su desarrollo porque la unidad continental de la resistencia hoy no es una opción, es una necesidad política de los pueblos para la defensa de la vida contra la muerte del capitalismo, abrazos rebeldes desde el sur del sur del mundo, Movimiento de pobladoras y pobladores de Chile’".
La Ciega - colectivo de abogados populares - y La Brecha-COB: “Queremos saludarlos, hacernos parte como muchas de las organizaciones que están hoy aquí invitadas a este nuevo proyecto, lo celebramos desde la idea de construcción, de diálogo de saberes especialmente de un reconocimiento a los derechos, Cuando pensábamos un poco qué venir a decir, pensábamos en saludarlos y continuar en esta idea de construcción colectiva. Reconocer nuestros derechos significa simbólicamente poder también construirlos y entendernos. A eso le estamos apostando en esta escuela y por eso estamos aquí construyendo entre todas y todos con todas las organizaciones”.
Daniela del FPDS: “No voy a decir ninguna novedad, quería dejar expresado nuestro saludo y entusiasmo de esta experiencia que no nace hoy, la venimos pensando en dos o tres encuentros y la vamos a seguir pensando con mucha más fuerza. Para nosotros tiene una cuestión muy importante esto de la unidad en tiempos en que las luchas se presentan muy fragmentadas y esa es una estrategia de los de arriba para mantenernos divididos, y que los pensemos en términos de educación y de reflexión de nuestras experiencias concretas. En el caso nuestro trayendo las experiencias de nuestras compañeras y compañeros de los barrios nos parece muy importante muy prometedor y que va a traer grandes cambios para adentro y para afuera en todo este año de preparación colectiva y el que el año que viene lo podamos ejecutar”.
Transmisión completa
(1) Documento
Las luchas por la conquista de nuestros derechos y la defensa de los existentes, son amenazadas sistemáticamente en Abya Yala por quienes reproducen los sistemas de explotación y dominación. La violencia, que es parte constitutiva del pacto colonial y neocolonial que sostiene y reproduce el capitalismo patriarcal, se hace cada vez más compleja y sutil. Por ello los movimientos y organizaciones que somos parte de las resistencias, necesitamos promover y ser parte de procesos de formación que incluyan a todo el activismo y a los ámbitos sociales en los que intervenimos.
Conocer, aprender a cuidar y a defender nuestros derechos, promover acciones para que tengan no sólo legitimidad sino legalidad, requiere de militantes de movimientos populares que podamos ser al mismo tiempo educadores/as y activistas, con una mirada integral de los derechos de los pueblos, que tienda a superar las fragmentaciones existentes en nuestras prácticas y teorías.
Esta Escuela busca aportar a la formación de educadores/as y activistas de los derechos de los pueblos, que sean parte de organizaciones sociales y políticas, articulando esfuerzos con los colectivos que actualmente hacen de la defensa de los derechos humanos su ejercicio cotidiano, con las organizaciones de defensa de los derechos de las mujeres y de las disidencias sexuales, con quienes promueven los derechos de la Naturaleza, y con redes de resistencia y de creación de alternativas de poder popular.
La propuesta se inspira en las múltiples experiencias de rebeldía de nuestros pueblos, en las que han entregado su vida miles de compañeros y compañeras a lo largo de la historia nuestroamericana. Memoria y proyecto, pedagogía y política, investigación y acción participativa, teorías y prácticas que tratamos de recuperar y proyectar en un diálogo intergeneracional e intercultural, que refuerce la continuidad de los sueños y de las batallas emancipatorias.
¿Por qué una Escuela del Abya Yala?
Somos parte de un continente que ha sufrido la conquista y la colonización europea, que produjo una “herida colonial” que desorganizó las relaciones sociales y culturales que había hasta entonces, sobre la base de un gigantesco genocidio que hasta hoy permanece en la impunidad. Al colonialismo europeo le siguió la dominación imperialista –fundamentalmente norteamericana pero también europea-, que consolidó la dependencia y los diferentes modos de acumulación de capital, de desposesión, de saqueo, de exterminio de los pueblos y destrucción de la naturaleza.
Defender nuestros derechos desde este territorio continente, desde nuestros territorios de vida, desde nuestros territorios-cuerpos, significa asumir una posición anticolonial, anticapitalista, antipatriarcal. Significa denunciar al genocidio, el etnocidio, los femicidios, el ecocidio, el epistemicidio, con los que se instaló violentamente una política de muerte y destrucción, que se vale de la impunidad para seguir acumulando riqueza y poder. Es también posicionarnos solidariamente, desde los pueblos que en diferentes continentes hemos sido arrasados por estas lógicas coloniales, junto a los pueblos oprimidos en los centros imperialistas. Es partir de una posición internacionalista, que se define abajo a la izquierda, en nuestras raíces y frutos.
Creemos que así como los esfuerzos de la Primera Independencia nacieron de un proyecto de dimensión continental, la creación de alternativas autónomas e independientes no podrá realizarse de manera aislada, reproduciendo la fragmentación impuesta por el poder, sino desde la iniciativa común a partir del diálogo de los pueblos americanos y de su diversidad cultural.
¿Por qué una Escuela de Educación Popular?
La dimensión pedagógica y política de la educación popular, constituye un modo de creación del conocimiento propio de los procesos de formación de los movimientos populares. Se trata de un modo colectivo de creación de saberes, que no reproduce las pedagogías bancarias, autoritarias, iluministas, que niegan o invisibilizan los saberes de los pueblos. 
La pedagogía política de la educación popular tiene su fundamento en la creación colectiva de conocimientos, en una relación íntima entre teorías y prácticas revolucionarias, en el diálogo de saberes, en una relación democrática entre educadorxs y educandxs, en procesos grupales de enseñaje (enseñanza y aprendizaje), en la integración de las dimensiones lúdicas, artísticas, que permiten una reintegración del cuerpo todo en la acción pedagógica.
Es una Escuela de Derechos de los Pueblos que asume como concepción política y metodológica la Educación Popular, la Pedagogía de lxs oprimidxs, porque el sujeto que la proyecta: los movimientos populares, sus colectivos y organizaciones, crean los conocimientos para la lucha, a partir de la identificación de las necesidades y objetivos que se plantean.
En esa dirección, no es un espacio de formación de un único movimiento, organización o colectivo. Está pensada colectivamente, por diferentes espacios sociales y políticos que promovemos la creación de poder popular, y aspiramos a ser parte y protagonistas de las revoluciones socialistas, feministas, anticoloniales, libertarias, antimperialistas, en nuestros países, y en el continente.
Consideramos a los pueblos del Abya Yala, como sujetos históricos que están luchando y ensayando transformaciones revolucionarias en algunos países, resistiendo a las políticas de las transnacionales y del poder capitalista en todo el continente.
Nos proponemos contribuir a superar las visiones fragmentadas de las luchas, que han considerado a los derechos humanos como la defensa de un conjunto de libertades individuales, disociados de los derechos colectivos de los pueblos a la educación, la salud, el trabajo, la tierra, la vivienda, la identidad, la cultura, la recreación, y en muchos casos con la falta de crítica a las nuevas modalidades represivas -especialmente a aquellas más vinculadas con la criminalización de la pobreza, con los crímenes encubiertos del colonialismo, con los derechos de las mujeres y de las disidencias sexuales-.
Entendemos que los derechos de los pueblos al buen vivir, engloban el conjunto de derechos que tenemos como seres humanos, y también a los que surgen de la relación de los seres humanos con la naturaleza, como los derechos de la misma naturaleza a no ser destruida, saqueada, arruinada, por las políticas depredadoras del capitalismo y del colonialismo.
Esta Escuela busca aportar a la defensa de los procesos políticos emancipatorios, desde los territorios, para que como movimientos populares podamos ampliar el campo de los derechos a conquistar, a defender, y de lxs activistas/ educadorxs que desde los territorios los pensemos y defendamos de manera integral.
Norita Cortiñas, Elia Espen y Mirta Baravalle (integrantes de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora)
Vicente Zito Lema, escritor, militante de derechos humanos.
Acción por la Biodiversidad
Agrupación Docente
María Saleme (Córdoba)
ALFORJA (Red de educación popular – Centro América)
Asamblea de Mexicanxs en Argentina
Asamblea de Mujeres del MTD Lucha y Libertad en la FOB (Federación de Organizaciones de Base)
Asamblea Malvinas Lucha por la Vida (Córdoba)
Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas
Asociación Gremial de Abogadas y Abogados de la República Argentina
BASE
IS (Paraguay)
Bienaventurados los Pobres (BEPE) Catamarca
Campaña Nacional Contra las Violencias Hacia las Mujeres
Cátedra de Estudios Americanistas (Fac, FyL)
Colectiva Feminista Las Bartolinas
Colectivo Caracol (Chile)
Colectivo de Abogadxs Populares La Ciega en COB La Brecha
CONAMURI
(Paraguay) 
Congreso de los Pueblos (Colombia)
CORREPI
Corriente Villera Independiente (CVI)
El Caleidoscopio (Rosario)
Encuentro Niñez y Territorio
Equipo de Educación Popular Pañuelos en Rebeldía
Frente de Artistas del Borda
Frente Popular Darío Santillán (FPDS)
Frente Popular Darío Santillán Corriente Nacional (FPDS CN)
Grupo de Teatro de lxs Oprimidxs Rosario (GTO)
HIJOS Zona Oeste
Izquierda Revolucionaria
Liga Argentina por los Derechos del Hombre
Movimiento de Pobladoras y Pobladores en Lucha (Chile)
Movimiento Popular La Dignidad
Programa Democracia
y Transformación Global – Perú
Ruca Hueney
Sembrando Rebeldías
Fuente: http://www.anred.org/spip.php?article9650