Archivo del blog

16 de diciembre de 2015

II. Centralidad actual de las luchas contra las políticas extractivistas y contaminantes que priorizan los intereses corporativos por sobre el bien común. Además sus propuestas.

COP 21 y los nuevos tiempos en América Latina
Escapar de París
por una justicia ambiental desde los territorios
14 de diciembre de 2015
Por Emiliano Teran Mantovani (Rebelión)

Desde las nebulosas de París: negociaciones y negocios
Las conferencias sobre cambio climático de las Naciones Unidas suelen dejar una sensación de desazón y creciente escepticismo, producto sobretodo del cinismo y la indolencia que suele reinar en las partes más influyentes de la negociación, que año tras año anuncian un “acuerdo importante, sin precedentes”, cosa que no fue la excepción en la COP21 Paris, donde se declaraba que se ha logrado un “documento histórico y universal”.
No tiene mucho sentido analizar estas negociaciones únicamente en el marco de la “búsqueda de un buen acuerdo”, sin tomar en cuenta que los pilares políticos y programáticos que dominan en estos “esfuerzos globales” contra el cambio climático, la episteme sobre la que se configura este discurso y su respectiva institucionalidad, es el mercado. Así que las “soluciones” que de ella surgen, básicamente se estructuran como soluciones de mercado –léase las contabilidades compensables del «cap and trade», o bien los offsets internacionales como los Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL)–.
Ante la lógica de la maximización de la ganancia y mantenimiento de la tasa de beneficio, no es de extrañar los múltiples casos de falta de transparencia en relación al registro de las emisiones de instalaciones participantes, evasiones en las metas de reducción a través de mecanismos de compensación a los “países en vías de desarrollo” – ej. MDL –, especulación financiera en los mercados de carbono y el enriquecimiento de grupos económicos [1] a partir de este grave problema global. Después de 21 COPs celebradas, parece conveniente preguntarse si estos acuerdos, antes que soluciones, se han convertido en parte del problema.
En todo caso, creemos que es importante resaltar algunas tendencias y elementos preocupantes que se han expresado en estas últimas negociaciones:
a) aunque ha habido una obsesión por establecer el techo en 1,5º o 2º de aumento de la temperatura media del planeta, tal vez la pregunta clave es cómo se va a llegar a esta meta de manera real. La pregunta aplica igualmente con el tope deseado de emisiones de GEI;
b) las enormes dificultades de establecer acuerdos claros para el financiamiento para que los “países en vías de desarrollo” enfrenten el cambio climático – léase, los 100 mil millones US$ desde 2020 – se vincula con el creciente intento de darle mayor participación a los “business leaders” (corporaciones) en la “soluciones” contra el cambio climático. El secretario general de las Naciones Unidas Ban Ki-moon elogiaba en la COP21 a las corporaciones multinacionales, pues estas “apoyaban un acuerdo fuerte en Paris que envía las señales correctas de mercado”, al tiempo que las estimulaba a hacer sentir su voz y “demostrar que el negocio verde es un buen negocio” [2] ;
c) la marcada negativa, principalmente de los Estados Unidos, de asumir las pérdidas irreparables y los daños permanentes ocurridos cuando las políticas de mitigación y adaptación se quedasen cortas ante la incidencia de desastres climáticos – la tercera forma de asistencia a los países en “vías de desarrollo” conocida como « loss-and-damage»– (véase el punto 52 del acuerdo final) [3] . Esto podría vincularse en cambio, en el marco de la actual disputa geopolítica, con la militarización del clima y la conveniencia estratégica de algunos actores imperiales de sacar provecho de lo que Naomi Klein ha llamado «capitalismo del desastre»;
d) sigue sin aparecer en estos documentos la imperiosa necesidad de dejar buena parte de los hidrocarburos bajo el suelo;
e) ¿Qué sentido tienen los acuerdos si no son operativamente vinculantes, si sólo son intentos de contribuciones nacionales (intended nationally determined contributions, INDCs)? – léase, alcanzar un pico de emisiones de CO2 tan pronto como sea posible” (art.4 del acuerdo final)–. Y también: ¿con cuáles instrumentos institucionales cuentan los pueblos verificar y hacer seguimiento al cumplimiento de acuerdos, cuando fuesen vinculantes?
La ambigüedad de los acuerdos y la contradictoria institucionalidad climática hace que diversas estimaciones propongan que en cambio nos dirigimos a un escenario de entre 2,7 a 3,4 grados de aumento de la temperatura media para finales de siglo. Pero esto no es indicador únicamente de una crisis del clima. “Sociedades de baja emisión de GEI” no garantizan que se alcance una justicia ambiental, ni que se evite desbordar los límites del planeta. Esta es una crisis civilizatoria que tiene que ver con el metabolismo depredador que se ha configurado en el sistema capitalista global, y con la brusca ruptura que se ha producido en la reproducción de la vida. Toda esta ruptura está intensificando las luchas por el agua, por la energía, por la biodiversidad, por los ciclos de la vida y por los territorios. Y va a marcar la dinámica de los nuevos tiempos que América Latina ya empieza a vivir.

De las nebulosas de Paris a la propuesta del Anexo 0 de Oilwatch: pensar la justicia ambiental desde los territorios
Algunas voces en la Climate Action Zone de l Centquatre-Paris planteaban la necesidad de “escapar de las COP”. Escapar de las COPs supone tratar de liberarnos de este específico régimen de soberanía que se institucionaliza globalmente, y que secuestra la toma de decisiones para un 1%. También implica tratar de liberarnos del secuestro epistémico que encierra prácticamente toda la lectura del fenómeno del cambio climático y sus posibles soluciones en la métrica del carbono. Parece necesario abrirnos a enfoques radicalmente diferentes.

En este sentido, la propuesta del Anexo 0 de la Red Oilwatch ofrece varios elementos para tratar de pensar/efectuar este escape. Oilwatch, a partir de su crítica a la « civilización petrolera », propone reconocer a los pueblos en la división establecida por la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático: además del Anexo I (países industrializados del Norte y economías emergentes), Anexo II (miembros del Anexo I que deben ofrecer financiamiento a los países en vías de desarrollo) y No Anexo I (básicamente los países del Sur global), se debe crear el Grupo Anexo 0, donde estarían las numerosas iniciativas populares alrededor del mundo que realizan esfuerzos para no extraer más hidrocarburos, y que defienden formas de vida respetuosas con la naturaleza.

Al ser la extracción de hidrocarburos el proceso primario de factor antropogénico que determina el fenómeno del cambio climático, dejar el petróleo y otros combustibles fósiles en el subsuelo es una medida principal y directa para contrarrestarlo. Si, como se desprende de cifras del IPCC y la AIE, es necesario dejar 2/3 de los hidrocarburos en el subsuelo, diferentes iniciativas populares y territoriales deben ser premiadas por sus esfuerzos al respecto, antes que ser ignoradas, apartadas o criminalizadas, como suele ocurrir. La propuesta detallada del Anexo 0 está disponible aquí: Español,English, Français.

Esta propuesta tiene diversas implicaciones, de las cuales quisiéramos destacar dos:
a) enfrentar y desafiar la hegemonía y la centralidad de la métrica del carbono, que se orienta principalmente a fases distributivas (monetarizadas y abstractalizadas) de la naturaleza ya extraída y transformada, para plantear en cambio un debate de raíz sobre soluciones, valores y energía. Aquí el papel de la economía ecológica cobra importancia para producir indicadores que contabilicen o registren no sólo los hidrocarburos dejados bajo el suelo, sino el agua protegida, la biodiversidad, las culturas populares o los modos de vida sostenibles existentes;
b) descentralizar el régimen de soberanía de esta institucionalidad climática global, que plantea únicamente negociaciones entre Estados (partes), y en cambio hacer emerger las subjetividades populares en los territorios, o formas de gobierno local, que son los actores fundamentales para las transformaciones sociales y geopolíticas para enfrentar el cambio climático.

La propuesta del Anexo 0 no es en ningún sentido una propuesta autosuficiente. Requiere la articulación con otra serie de políticas y agendas que permitan su viabilidad. No convalida de ninguna manera una nueva mercantilización de la naturaleza bajo el subsuelo [4] . Y también cabe añadir que, aunque en cambio climático existe un compromiso diferenciado que señala a los grandes responsables de la actual crisis ecológica planetaria, esta idea de Oilwatch se cuela en los debates sobre extractivismo en América Latina, planteando las posibilidades de hacer moratorias a proyectos extractivos y reconocer la iniciativa de comunidades y gobiernos locales, para dejar los combustibles fósiles bajo tierra.

El Anexo 0 es otra forma más de decir que la justicia ambiental comienza en los territorios. Propone una institucionalidad climática alternativa, pero también formas de pensar este problema de manera alternativa, más allá de los muros de la política formal. En todo caso, el sustento material de este tipo de propuestas han sido, son y serán, las luchas desde abajo contra la acumulación por desposesión.

Del Anexo 0 al «Blockadia»: territorios rebeldes y los nuevos tiempos en América Latina

La situación de crisis ambiental global y la necesidad de acciones urgentes para contrarrestar el cambio climático ofrecen sólidos argumentos para intensificar los pedidos sobre moratorias de numerosos proyectos extractivos en América Latina. Se podrían plantear debates sobre cómo la caída de los precios del crudo –y si se espera que no levanten por un tiempo– representa una oportunidad para abrir caminos de transición para salir del rentismo petrolero en Venezuela. La idea de un estancamiento secular de la economía global, y la crisis de largo plazo del modelo de acumulación nacional, impulsan la necesidad imperiosa de trascendentales transformaciones desde adentro, en las cuáles se abra una discusión sobre la moratoria de los proyectos de minería en el país (carbón en el Zulia, Arco Minero de Guayana) e incluso algunos sectores de bloques de la Faja Petrolífera del Orinoco.

Sin embargo, es necesario reconocer que todos estos procesos, fenómenos y negociaciones se están desarrollando en un momento específico de la historia del sistema-mundo capitalista, de profundo caos y entropía; en una situación post-normal, que posiblemente será muy conflictiva. Esta situación evidentemente atraviesa a América Latina, la cual después de varios años de una era progresista diferenciada, ve cómo las condiciones bajo las cuales aparecieron los gobiernos de izquierda y múltiples luchas sociales, han cambiado significativamente.

Si pensamos en la fuerza que va tomando la ola de restauración conservadora en la región, y los peligros de nuevos ciclos masivos de acumulación por desposesión; si recordamos que Latinoamérica es un “reservorio” estratégico de “recursos naturales” en la dinámica geopolítica actual; y si advertimos cómo se configura un neoextractivismo 2.0 –ya no “progresista”, sino de perfil mixto e híbrido, un neoliberalismo mutante– que busca reorganizar el territorio continental en torno a esta nueva fase salvaje de acumulación global; podemos notar la centralidad que tendrán las luchas en la región en torno al mundo material de los bienes comunes para la vida (agua, biodiversidad, territorios en general).

Es muy probable que una política popular post-extractivista para enfrentar –consciente o inconscientemente– al cambio climático, y en general al orden depredador capitalista, esté, en esta nueva etapa para América Latina, plagada de enormes desafíos y amenazas. Pero hay algo que también vale la pena pensar. Las transformaciones en curso, no sólo van produciendo cambios de gobiernos y regímenes de poder, sino también de las condiciones materiales de la reproducción de la vida, y por ende, abre el camino para la reconfiguración de las luchas desde abajo.

En su libro "This Changes Everything: Capitalism vs. the Climate", Naomi Klein denomina «Blockadia» a los cientos de comunidades en todo el mundo que están luchando contra la extracción de combustibles fósiles –de Nigeria a Canadá, de Grecia a Perú y Ecuador–. Lo que es importante resaltar de «Blockadia» es que son movimientos globales compuestos por personas comunes –no lucen como los típicos activistas, según Klein– que buscan profundizar la democracia relacionándola con la posibilidad real de control de los recursos que posibilitan la reproducción de su vida cotidiana, y que manejan diversas estrategias de acción directa –asambleas populares, bloqueos a excavadoras, marchas en las grandes ciudades, siendo agredidos por fuerzas policiales y de seguridad–, deteniendo en el territorio los crímenes climáticos en progreso –los sujetos del Anexo 0–, y reivindicando las abundantes energías disponibles en la superficie del planeta (no las del subsuelo) [5] .

Podemos tomar Blockadia como otra metáfora útil para pensar, luego de años de experiencias en la era “progresista”, nuevas estrategias para una posibilidad emancipatoria. Pero también para pensar en los tiempos que se avecinan. Sobre todo, revisar los errores políticos cometidos, tratando de reconfigurar sus lógicas desde el territorio –una territorialización del poder–. Recuperar o reimpulsar en nuestras agendas políticas la centralidad de la riqueza concreta (agua, biodiversidad, tierra) y de la reproducción de la vida, ante la primacía que ha tenido la búsqueda de la riqueza abstracta (rentas y finanzas) [6].
Una radicalización de la acumulación por desposesión, llevada adelante en el marco de una restauración conservadora en América Latina, puede a su vez provocar múltiples resistencias productivas (de lo que hemos llamado la biopolítica de los comunes), muchas de ellas bajo fórmulas que podrían ser novedosas. Piénsese en un nuevo «giro ecoterritorial» (tomando el concepto de Maristella Svampa) alimentado no sólo por los diferentes aprendizajes que se han producido desde las luchas regionales y globales, sino por la transformación de las condiciones materiales de vida. La expansión de un ecologismo popular (Joan Martínez Alier) podría tocar a los movimientos urbanos, como de hecho ya lo está haciendo en la región, lo que tendría un muy poderoso efecto político. Eco-piquetes y nuevas territorialidades urbanas se vinculan a la búsqueda de reproducción de los medios de vida en las cada vez más insostenibles ciudades latinoamericanas.
Las condiciones probablemente serán muy adversas, pero las posibilidades emancipatorias están ahí presentes. Es en el tejido social y territorial donde se estará librando una batalla histórica.

París, diciembre de 2015

*Emiliano Teran Mantovani es sociólogo e investigador, y hace parte de la red Oilwatch Latinoamérica


Fuentes consultadas(…)
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=206755

I. Centralidad actual de las luchas contra las políticas extractivistas y contaminantes que priorizan los intereses corporativos por sobre el bien común. Además sus propuestas.

Red Nacional de Acción Ecologista
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 11 de diciembre 2015


Sr. Ministro de Ambiente de la Nación,
Sergio Bergman
S                     D

De nuestra mayor consideración.
Somos la RED NACIONAL DE ACCION ECOLOGISTA de la Argentina, con más de 30 años de trabajo en el territorio nacional.
Resaltamos la creación del Ministerio de Ambiente, habida cuenta de la  gran importancia que tienen en nuestro país los problemas socioambientales y a que éramos el único país latinoamericano sin haber otorgado ese rango a la temática ambiental. Nos parece fundamental que más allá de la creación del Ministerio se produzca una reorientación total de las políticas públicas hacia la sustentabilidad con un amplio debate público sobre las políticas extractivistas y contaminantes existentes y una priorización del bien común por sobre los intereses corporativos.
Argentina se enfrenta a una serie de conflictos, situaciones críticas y temas a resolver en lo que hace al ambiente y a los problemas socioambientales. Desde RENACE hemos decidido hacerle llegar a Ud. una síntesis de nuestra visión sobre las temáticas que hemos trabajado en estas últimas décadas.
Saludándole atte.
       
 RENACE         


De la ciencia digna

RENACE celebra la creación de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad y la Naturaleza de América Latina, un colectivo que reacciona ante los espacios académicos cooptados por los intereses económicos corporativos, con el objetivo de producir ciencia al servicio de los pueblos y de la vida.

Del sistema agroalimentario agroecológico, sostenible y solidario

Desde la RENACE continuamos promoviendo el cambio del sistema agroalimentario transgénico hegemónico debido a los daños y riesgos ambientales, sociales y económicos que produce.
Cada año los cultivos transgénicos se extienden más y ocupan ya en nuestro país las tres cuartas partes de la superficie total cultivada. Cada año se multiplican las resistencias populares a la radicación de instalaciones de corporaciones químico-semilleras en nuestras provincias. Sigue sustentándose en argumentos fraudulentos generados por los propios intereses agroindustriales corporativos que manejan el comercio mundial de alimentos y su distribución.
Insistimos en que este modo de producción industrial con alta demanda de insumos altera el funcionamiento de los ecosistemas liberando al ambiente  semillas transgénicas y agroquímico biocidas; modificando procesos ecológicos esenciales y el equilibrio biológico entre las especies y los nutrientes. Estas alteraciones obligan al uso cada vez mayor de agrotóxicos biocidas y fertilizantes, siendo por añadidura el principal responsable de la generación antrópica de los gases de efecto invernadero.
Reiteramos que desde el punto de vista social y económico, pone en riesgo la soberanía alimentaria, ya que concentra el control de la producción, comercialización y utilización de insumos básicos y destruye las culturas que reproducían la complejidad ecosistémica y la variabilidad productiva.
Seguimos alertando que genera grandes impactos en la salud de la población, poniendo en riesgo la sostenibilidad económica integrada del sistema productivo, entregando al mercado alimentos de menor valor nutricional que contienen residuos de agroquímicos biocidas.
Interpelamos al Estado Nacional que a través del Gobierno guarda silencio ante estas evidencias irrefutables, que hemos sabido exponer en tantos espacios populares, académicos y políticos.
Nos mantenemos en alerta y exigimos información sobre el oscuro proceso de revisión de carcinogenicidad del herbicida más usado en el país, que ha iniciado la OMS a través de irregulares convocatorias a comisiones de expertos, muchos de los cuales tienen claros conflictos de interés.
Este conflicto de cientificidad da cuenta con claridad de que cuando los estudios son serios y científicos concluyen que el glifosato enferma y mata, tal como lo viene confirmando la denuncia de los pueblos fumigados en toda la zona sojera desde hace décadas, biológicamente erosionada por el modelo agrícola industrial.
El oficialismo, sin importar el partido político de pertenencia, tiende a ser socioambientalmente depredador en beneficio de los intereses privados.
Alertados por las evidencias que hemos recogido, solicitamos además que a los análisis actuales realizados en los Centros de Hemoterapia autorizados en "sangre para transfusión", se les incorpore la búsqueda de principios activos químicos utilizados en explotaciones agrícolas y fruti-hortícolas en el territorio nacional.

Desde la RENACE proponemos y celebramos un sistema agroalimentario agroecológico, familiar, campesino, solidario, diversificado e inclusivo, que recupera la soberanía alimentaria y preserva las funciones ecosistémicas de los sistemas productivos.
Ese sistema está en marcha y florece a lo largo y ancho de todo nuestro país, en la forma de múltiples experiencias agroecológicas pequeñas o extensivas que nos llenan de esperanza y demuestran que otro modo de producir comida, es posible. Un modo que produce alimentos sanos, naturales, sin biocidas ni eventos transgénicos, cerca de los consumidores.  Sistema de producción agroecológico avalado también por numerosos informes de organismos internacionales.

De la minería y las políticas extractivas

RENACE participa de las luchas de las comunidades que defienden sus ecosistemas y sus culturas contra la megaminería hidrotóxica y reclama  que se modifique la Ley de Inversiones Mineras, que permite y avala la contaminación y el saqueo.
Las comunidades siguen alertas y reactivas frente a las posturas políticas que anuncian la intensificación de extractivismo minero. Promovemos el restablecimiento de la legislación contra la megaminería hidrotóxica y defendemos las normas protectivas existentes.
Advertimos la importancia de apoyar los estudios de reconstrucciones  paleoclimáticas en las cavernas de la Cuenca Neuquina, como asimismo en los glaciares, a fin de contribuir a los estudios estadí­sticos de cambios climáticos. El norte neuquino y el sur mendocino constituyen un área geológica que además coincide con los espacios socialmente más postergados de ambas provincias, donde se verifica un despoblamiento rural, lo que favorece el asentamiento de emprendimientos megamineros y petroleros contaminantes, aunque las externalidades también impacten aguas abajo en las cuencas hídricas. Las cavernas son depósitos de información paleoambiental y paleoclimática y de fauna endémica, es indispensable que las áreas protegidas cuenten con adecuados planes de manejo y adecuados programas de uso público. Sabemos que las áreas protegidas no son islas y están insertas en ecosistemas más amplios que es necesario renaturalizar.
Observamos la falta de cumplimiento de la Ley de Glaciares, demorándose especialmente en el debido inventario anunciado.

De la Ley de Semillas

RENACE se opone a la modificación de la Ley de Semillas posicionados en el rechazo frontal a cualquier intento de apropiación de la vida a través de los derechos de propiedad intelectual. Somos parte de la Campaña “No a la nueva Ley Monsanto de Semillas en Argentina” junto a decenas de organizaciones sociales, campesinas y políticas de todo el país. El anteproyecto de Ley al que hemos podido acceder impide el denominado “uso propio” de las semillas, al limitar la posibilidad de “guardar semilla” para la siguiente cosecha e ilegaliza o restringe gravemente prácticas que han estado en vigencia desde los inicios de la agricultura, abriendo las puertas para que se profundice la expropiación y privatización de la biodiversidad agrícola y silvestre de Argentina y fortalece aún más la posibilidad de apropiación al extender por veinte años el derecho de obtentor. Fortalece un sistema policial para asegurar que las disposiciones de la Ley se observen “adecuadamente” y permite el decomiso y embargo de los cultivos y cosechas de quienes sean acusados de no cumplir con la Ley considerándolos, además, delitos penales. Este proyecto de ley legitima la privatización de la vida. RENACE seguirá trabajando junto a todas las organizaciones comprometidas con la Soberanía Alimentaria para que las Semillas sean reconocidas como un Patrimonio de los Pueblos al servicio de la Humanidad y no como una mercancía en manos de las corporaciones.

De las tierras públicas urbanas

Los movimientos vecinales y ecologistas siguen manteniendo duras luchas contra las administraciones para la defensa de los espacios verdes públicos urbanos, para la preservación del paisaje y el respeto de los usos para los que fueron creados, para la conservación del patrimonio arquitectónico, paisajístico y artístico, en oposición a los proyectos y leyes que  enajenan los espacios públicos, que los desnaturalizan para la explotación comercial privada.
En Buenos Aires, por ejemplo, se solicita la creación de un Sistema Metropolitano de Grandes Parques en base a tierras públicas nacionales y de la Ciudad, última reserva existente. RENACE denuncia que los participantes de estas campañas reciben amenazas, represalias o demandas judiciales.

De la fauna y los bosques

RENACE acompaña la lucha contra el tráfico de fauna silvestre, y denuncia la depredación sin control de la fauna oceánica y continental.
La pérdidas de ecosistemas produce desplazamientos de especies hacia zonas urbanizadas generando situaciones como la cacería  y matanza  sistemática de pumas, habiéndose realizado muchas reuniones y pedidos, presentado miles de firmas pidiendo la derogación de esas legislaciones desactualizadas y sin embargo, la matanza continúa. Es imperioso hacer estudios serios sobre el daño real que haga este felino a la ganadería, así como censos fidedignos del estado de las poblaciones y medidas integradas de control y planes de manejo que no impliquen necesariamente su matanza.
RENACE observa con enorme preocupación la falta de financiación para la aplicación a cabalidad de la Ley de Bosques. También preocupa la creciente desaparición de masa boscosa como resultado de  incendios intencionales con fines especulativos inmobiliarios en la Patagonia.
RENACE  denuncia  la depredación de los mares y ríos, en particular el Paraná  por una política que prioriza la productividad  y la exportación, lo que provoca poner al borde de la desaparición a muchas especies. En el caso del Paraná se autorizaron cuotas de exportación del  sábalo, especie fundamental por estar en los inicios de la cadena trófica, de más de 10.000Tn. En el Mar Argentino las flotas nacionales y extranjeras  saquean impunemente nuestra riqueza ictícola. Es necesario frenar esta política extractiva  y generar una explotación en niveles ambientalmente sustentables.

De la biodiversidad

La Argentina  ocupa el lugar NC 17 con mayor riqueza de especies vegetales y el séptimo entre los países de America del Sur. La flora nativa argentina consta de aproximadamente 10.000 especies de plantas vasculares mientras que  hay cerca de 2.400 especies de vertebrados autóctonos (mamíferos, aves, reptiles, anfibios y peces) La Argentina es el 15to país con mayor número de especies endémicas de vertebrados superiores en el mundo (y 6to en América del Sur). La destrucción  y fragmentación de hábitats, la sobreexplotación, la contaminación, así como la introducción de especies exóticas están amenazando esta riqueza  biológica. RENACE advierte que esta pérdida será irreparable, empobreciendo nuestras posibilidades de supervivencia a futuro.

Del agua, y del agua por gas y petróleo

En nuestro posicionamiento adverso al petróleo por su contaminante proceso extractivo y su impacto en la naturaleza y el clima, y promoviendo una transición hacia la diversificación energética con energías renovables y limpias, RENACE denuncia la estructura de corrupción que sostiene al sistema de fractura hidráulica o Agua fracking en Argentina y las perforaciones off shore, promovido por el Gobierno de la Nación junto con las provincias petroleras en alianza cómplice con sus respectivos municipios, con sus aliados en el poder legislativo y judicial, en concomitancia con países inversionistas; empresarios y técnicos profesionales que aceptan envenenar el Agua para generar petróleo.
Usar y contaminar el agua de nuestros ríos para obtener gas y petróleo es una actitud incongruente, amoral y ecocida, en perjuicio de nuestras  próximas generaciones.

Advertimos además el descuido de las aguas subterráneas en todo el territorio, en particular donde las actividades productivistas/extractivas vuelcan compuestos químicos en suelos, sin identificar las áreas de recarga de los acuíferos para uso y consumo. Hace una década el Consejo Hídrico Federal había anunciado el Plan Nacional de Recursos Hídricos, que justamente preveía lo anterior y procuraba el menor impacto sobre el medio. Esto no se difunde. Tampoco que el Plan Nacional de Aguas Subterráneas suponía la confección de Mapas Temáticos de Aguas Subterráneas, para biorreferenciar los focos de contaminación, como feed lot, sembradíos, perforación para termas, efluentes; previendo la identificación de Áreas de Recarga. Nada de ello se ha hecho, por lo cual se invisibilizan las  zonas vulnerables.
Nos manifestamos profundamente preocupados porque el agua se está contaminando, agotando y privatizando.
Reclamamos la restitución de los 35 metros del camino de sirga y el acceso público a los cursos de agua, recientemente propuesto para su reincorporación al Código Civil
Exigimos la incorporación a los análisis de aguas de consumo en plantas potabilizadoras, la pesquisa de químicos utilizados en la agricultura industrial, en la minería, así como de los productos veterinarios utilizados en los Feed lot.
RENACE ve con preocupación la construcción de mega proyectos de gran impacto ambiental como las represas del Río Santa Cruz y  la  resurrección  del  proyecto de Paraná Medio ahora bajo el nuevo nombre de Río de Llanura, así como de los proyectos Garabí- Panambí y Corpus, ya rechazados  por la población. Es inaceptable que se intenten reinstalar este tipo de obras sin consulta a la población afectada, violando  sus derechos  humanos.
RENACE observa  con alarma la insistencia en usar puertos fluviales como Escobar o altamente expuestos al riesgo por su complejo industrial como Bahía Blanca para la regasificación del Gas Natural Licuado de barco a barco (“ship to ship”)siendo esta operación un riesgo para el ambiente y la seguridad, aun mas para el caso de Escobar por tratarse de una región de distribución de bosques nativos, humedales y reservas (Otamendi, Río Lujan, Biósfera de Campana, Delta del Paraná, etcétera), donde el agua que consumen diariamente millones de argentinos es almacenada y purificada naturalmente.

Del Cambio Climático

RENACE  entiende que el  Cambio Climático es la amenaza más grande que ha enfrentado la humanidad en su conjunto. Para tratar de evitar mayores consecuencias que las que ya sufrirá el planeta con el estado actual, es necesaria una drástica reducción de los Gases de Efecto Invernadero (GEI).  Es alarmante que el gobierno Argentino  haya presentado en la  COP 21 de Paris un compromiso de reducción de GEI de 15% respecto del nivel de emisiones que se tendría en el 2030, que sería mayor que el que tenemos  hoy día. Este planteo es equivalente a no reducir nada y por lo tanto de ningún compromiso para reducir las emisiones  de GEI y absolutamente incompatible con el  objetivo principal limitar el aumento de la temperatura global en menos de 2º C. En este sentido es absurdo reactivar una empresa como Yacimientos Carboníferos Fiscales para reintroducir el carbón como combustible.

De la energía nuclear

RENACE refuerza su fundacional postura antinuclear y denuncia el ocultamiento de los descomunales costos, la permanente inseguridad y sus riesgos invalorables.
La energía nuclear es la más cara de la historia, la más insegura e incontrolable, y sólo es posible en Argentina y en el mundo amparada en el secretismo y la mentira.
RENACE solicita una matriz energética en base a las energías renovables, descentralizadas, con políticas de reducción de consumo y una economía circular para disminuir la huella ecológica.

De los humedales

          Los humedales son un tipo de ambiente que se extiende por aproximadamente el  23%  del  territorio argentino. Los humedales son fundamentales para la supervivencia  humana debido a  ser fuentes  de agua dulce, alimentos y materiales de construcción, Brindan incalculables servicios ambientales desde generación de biodiversidad, hasta control de crecidas, recarga de aguas subterráneas y mitigación del cambio climático.
RENACE  ve con preocupación que pese a haber suscripto la Convención Ramsar de Protección de Humedales, estos ricos ambientes siguen muy vulnerables a distintas amenazas. Es decepcionante que no se haya sancionado aún una Ley de Presupuestos  Mínimos para su  protección  y que el proyecto existente en el Congreso nacional  haya caído en una vía muerta. Es absolutamente imprescindible  proteger efectivamente estos frágiles y ricos ambientes  de la  acción  destructora  de los emprendimientos inmobiliarios  y los cambios de usos de suelo, utilizando tecnología agropecuaria industrial, así como el desmonte de sus bosques y las de disecado de los suelos.  Para ello  reclamamos la urgente sanción de una Ley de Presupuestos Mínimos a modo como ya se obró con bosques y glaciares.

De la Encíclica “Laudato Si”

Vemos con beneplácito la encíclica Laudato Si del Papa católico, ya que pone en relieve ante la comunidad cristiana y el mundo occidental el deterioro de los ecosistemas  de los cuales forma parte, y con los cuales evoluciona y  auspicia un cambio radical necesario para la vida en el  planeta. Porque integra la ciencia y la razón con la fe y la espiritualidad, y propone también la integración de las diversas sociedades y culturas entre sí. Porque llama a la reflexión y a la acción, a la revisión del sistema capitalista para la construcción de un mundo digno, para toda la humanidad en la naturaleza.

De los pueblos originarios

Exigimos a las autoridades nacionales y provinciales el respeto a las comunidades de los Pueblos Originarios, sus territorios y su cultura. Nos solidarizamos con las comunidades en su lucha por la recuperación territorial, repudiando las acciones de inteligencia sobre vecinos y periodistas que apoyan las autonomías y los procesos de descolonización.

De las reacciones sobre los pueblos

RENACE repudia las acciones violentas que patotas de las dirigencias sindicales, asociadas a gobiernos y corporaciones organizan  contra las expresiones ciudadanas en defensa de la vida. Repudiamos la criminalización, judicialización y  espionaje que en diferentes provincias del país se vienen sucediendo de manera recurrente y preocupante.


"Las asambleas populares constituyen una ruptura clave con el sistema de la democracia representativa, cualitativamente distinta a las dos rupturas anteriores".

Crisis, estallido social y tres momentos de ruptura 
con la democracia representativa en la Argentina
¿Hacia una nueva democracia?
31 de enero de 2002

Por Gonzalo Rodríguez 
            
Opinión
"Algo está por fin empezando a cambiar. Tengo ochenta años, y por primera vez en mi vida he visto que fue el Pueblo, y no los milicos el que echó a un gobierno..." (Alberto, en la Asamblea popular de Olivos, domingo 20/1/2002)

1. Introducción
El regreso a la "Democracia" en 1983 marcó no sólo el final de la Dictadura militar que desde 1976 había implementado uno de los mayores genocidios de la historia del país. Ese momento marcaba también la vuelta a una forma de gobierno donde el pueblo podría, nuevamente, "elegir a sus propios representantes". La política recobraba nueva vitalidad, miles de jóvenes se acercaban a los partidos políticos, y la sociedad renovaba una gran expectativa en las posibilidades de la democracia. Sin embargo, desde 1983 hasta el presente, el pueblo ha votado una cosa mientras que los gobiernos electos han hecho sistemáticamente otra. Elección tras elección, las promesas electorales de los partidos gobernantes se han revelado como falsas.

Dieciocho años después de la vuelta a la "Democracia", la economía argentina está hecha trizas, a pesar de que las empresas privatizadas, los bancos, las multinacionales y las grandes empresas de capital nacional han realizado enormes ganancias extraordinarias. La concentración de la riqueza supera año a año los niveles anteriores, a medida que aumentan la desocupación y la pobreza. El Estado argentino está quebrado producto de los pagos de la Deuda Externa, la corrupción estructural, y de quienes lo han aprovechado para los grandes negociados privados. Como broche de oro, la banca nacional y extranjera, en complicidad con el Estado y el gran capital, han consumado el mayor de los saqueos de la historia argentina, habiendo hecho "desaparecer" de un día para el otro nada menos que la casi totalidad los ahorros de millones de argentinos.

Todos los gobiernos desde 1983 prometieron programas que luego no sólo no se cumplieron, sino que resultaron ser exactamente lo contrario. En sus recordados discursos, el entonces presidente electo Raúl Alfonsín del Partido Radical, afirmaba que "con la Democracia se come, se cura y se educa". Luego vino el Dr. Carlos Menem del opositor Partido Justicialista, quien prometió llevar adelante una "revolución productiva", un "salariazo" para los trabajadores, y que no habrían privatizaciones de las empresas públicas. También mintió, aunque logró ser reelecto al convencer a una parte importante del pueblo de que los sacrificios habían sido necesarios, que ya había pasado lo peor, que la copa se había llenado y el champán estaba próximo a derramarse. Pero nada de eso sucedió. Luego vino nuevamente el radicalismo, en alianza con la centroizquierda del Frepaso. Las promesas electorales decían que no habría más ajuste, no más recetas neoliberales, más educación, trabajo y salud para los argentinos. Y otra vez la mentira dijo presente.

Según el diccionario de la Real Academia Española, "representar" quiere decir "Sustituir a alguien o hacer sus veces, desempeñar su función... Ser imagen o símbolo de algo, o imitarlo perfectamente". Más allá de la ambigüedad de estas definiciones, está claro que, al menos en el ideal del sentido común popular, el representante es quien debiera hacer "lo que uno le ha pedido que haga", es decir, si fuera uno mismo quien gobierna. Si a la luz de los hechos está claro que la voluntad de millones de ciudadanos expresada a través del voto, no es respetada por los supuestos representantes, se revela entonces que la democracia representativa no es un mecanismo de representación, sino un mecanismo de expropiación de la voluntad popular. Esto quiere decir que los ciudadanos, creyendo haber designado sus "representantes" y haberles dado un mandato, lo que han hecho en realidad es delegar en ellos sus facultades.(1) Una vez expropiada en manos de los representantes, la voluntad popular se encuentra sujeta a modificaciones; puede ser (y generalmente será) rediscutida, modificada y, recién entonces, ejecutada.

Este funcionamiento perverso de la democracia representativa no es una anormalidad, pues está consagrado nada menos que por la Constitución Nacional de la República Argentina. En su artículo 22, ésta dice que El pueblo no delibera ni gobierna, sino por medio de sus representantes y autoridades creadas por esta Constitución. Toda fuerza armada o reunión de personas que se atribuya los derechos del pueblo y peticione a nombre de éste, comete delito de sedición. Este artículo es el que le otorga legalidad a la traición de los representantes. La legitimidad de este accionar, indispensable para que el sistema funcione de modo normal, proviene de la ficción de que son los ciudadanos quienes deciden, y quienes eventualmente se equivocan al elegir mal a sus representantes. Si no es el pueblo ¿quién es entonces el verdadero soberano? ¿Es que los representantes no representan a nadie? Debemos recordar aquí que detrás de la separación entre la política y la economía, lo que existe es una división de funciones, y el Estado burgués aparece como el garante del proceso de acumulación capitalista.

El poder lo reciben del pueblo, y el mandato que cumplen los gobernantes es el del gran capital y sus organismos financieros internacionales. Allí son elaboradas las recetas económicas neoliberales que se han impuesto en la Argentina desde, cuando menos, el regreso a la democracia. La Argentina está en presencia de una situación donde la "clase política" y el propio capitalismo, aún sin quererlo, ha terminado destruyendo su propia fuente de legitimidad. Harían falta diez libros para completar el sombrío panorama de la situación social y económica que atraviesa la Argentina, pero basta observar que dicha situación fue conformando con el correr de los años la base de un incipiente descontento popular. Descontento que, huelga abundar en detalles, tuvo como consecuencia el auge de importantes luchas populares que atraviesan toda la geografía del país en los últimos años, dando lugar a grados crecientes de organización popular, como lo expresa la conformación de la Asamblea Nacional Piquetera (2) a mediados de 2001.

Pero las últimas medidas económicas del gobierno de De La Rua (bancarización forzada de las transacciones primero, y confiscación de los depósitos mediante el corralito bancario después, agravado luego por los efectos de la devaluación) determinaron el despertar político de un sector, las clases medias urbanas, que hasta entonces habían aceptado impávidas las consecuencias del modelo neoliberal. 2. Los tres momentos de ruptura con la democracia representativa A partir de los últimos meses de 2001, se han venido sucediendo una serie de hechos que implican un salto cualitativo respecto a las diferentes expresiones del descontento popular conocidas hasta entonces. Acontecimientos que expresan profundas rupturas no sólo con el modelo económico neoliberal dominante, sino con el sistema democrático representativo y aquella ficción de la representación política, y que, según el interrogante que orienta este trabajo, pueden estar inaugurando una nueva perspectiva en la construcción de un modelo distinto de verdadera democracia popular. Los tres momentos a los que nos referimos son:
1)     las elecciones legislativas de octubre de 2001;
2)     las movilizaciones espontáneas y el reclamo popular que obligaron a renunciar a dos presidentes entre el 20 y el 31 de diciembre de 2001; y
3)     desde ese momento, el surgimiento y multiplicación de las asambleas populares barriales.

2.1 El primer momento de ruptura
En el mes de octubre de 2001 se desarrollan las elecciones para cargos legislativos de las cámaras de diputados y senadores nacionales y provinciales. Tanto la alianza política gobernante como el principal partido de oposición el Partido Justicialista, decrecen su caudal de votos en términos absolutos. Más significativo aún es la enorme cantidad de votos en blanco y anulados (20% en todo país el país, 30% en Buenos Aires y casi el 40% en Rosario) y el voto "no presencial" (aquellos ciudadanos que expresaron su disconformidad desertando de los comicios). Este es el llamado "voto bronca", al que se suma además el notable crecimiento de las diferentes agrupaciones de izquierda que por primera vez en muchos años logran tres bancas en el Congreso Nacional y en varias legislaturas provinciales. Los resultados de aquellas elecciones dan cuenta de un nuevo escenario caracterizado por una crisis de representación, y expresan entonces una primer gran ruptura entre el sentir, el pensar y el hacer de los ciudadanos, respecto de los mecanismos legitimadores de la expropiación de la voluntad popular. Prácticamente la mitad de la población adulta no se siente representada por nadie, y se niega a delegar en los partidos políticos las facultades de ejercer el gobierno. El pueblo comenzaba así a cuestionar nada menos que el fundamento mismo del sistema representativo: el momento del "contrato" donde a través del voto los sujetos aceptan que otros gobiernan mientras que ellos obedecen. Pero aquí se abrían otros nuevos interrogantes. Este cuestionamiento ¿estaba poniendo en crisis el sistema democrático representativo como tal? ¿o sólo a los miembros de aquella "clase política" que circunstancialmente encarnaban la personificación del sistema democrático?(3) Y por otro lado, es cierto también que las distintas manifestaciones del "voto bronca" fueron muy heterogéneas en cuanto a sus contenidos, los había por derecha(4) , por centro y por izquierda.

2.2 El segundo momento de ruptura 
Al segundo momento de ruptura lo identificamos con el estallido social que se inicia en la semana del lunes 17 de diciembre de 2001, y que tiene su apogeo en los días miércoles 19 y jueves 20. El estallido tiene como protagonistas a cientos de miles, tal vez millones, de personas cuya movilización tiene como desenlace nada menos que el derrocamiento de dos presidentes de la república, y un ministro de economía (un "intocable" del neoliberalismo, el FMI y el poder financiero mundial) en el corto período de una semana. Este verdadero Argentinazo tiene dos caras. Los masivos saqueos a supermercados con los que se inicia la semana del 17 de diciembre y los cacerolazos (protagonizados mayoritariamente por las clases medias) que estallaron los días 19 y 20. Sin banderas e identificaciones políticas, la gente salió a reapropiarse del espacio público, cortando calles, avenidas y ocupando las plazas más emblemáticas del país. Así es como se ha instalando una nueva modalidad de manifestación pública de masas bautizada por la cultura popular como "el cacerolazo". Aunque la rebelión de las clases medias coincidió temporalmente con el estallido de los sectores más pobres de las periferias urbanas, ambas protestas se diferenciaron claramente en cuanto a su composición social, a las metodologías de la protesta y a los alcances políticos y las perspectivas inauguradas por la movilización . Mientras el argentinazo de los saqueos se agotó (al menos por ahora) en el reclamo y de medios para la subsistencia inmediata, el argentinazo de las clases medias logra proyectarse más allá de los reclamos económicos inmediatos (devolución de los depósitos) hacia un cuestionamiento global del régimen político y económico existente. En el cacerolazo, la manifestación se construye alrededor de la identificación de los participantes como "vecinos". Los vecinos de los barrios se agrupan cortando una calle, generalmente en alguna zona de tránsito o cruce de avenidas importante del barrio, a golpear cacerolas, utensilios afines, u otros recursos tomados del mobiliario urbano circundante. Eventualmente, el cacerolazo puede incluir la quema de cubiertas o de basura. En un primer momento, el cacerolazo es solamente una instancia a través de la cual se pretende hacer visible algún tipo de reclamo común sentido por todos los presentes, de catarsis colectiva donde manifestar la bronca. Sin embargo, el cacerolazo ha venido a ser también un espacio de encuentro con el otro vecino, de verse las caras, de recomposición de lazos de solidaridad. Lo más novedoso de este tipo de manifestación es que los cacerolazos de aquel inicio del estallido fueron totalmente espontáneos. De todas maneras, a partir de entonces los cacerolazos han ido perdiendo su espontaneidad, especialmente a causa del surgimiento de las asambleas populares. Comienzan a ser éstas las que se ocupan de convocar los cacerolazos y procuran eventualmente coordinarlos con otros barrios y organizaciones (por ejemplo los cacerolazos en Tribunales los días jueves, los escarches a instituciones bancarias, el cacerolazo nacional convocado para el día viernes 24 de enero, etc.) 

La eficacia (definida esta como su masividad) de los cacerolazos ha consistido principalmente en la accesibilidad de esta forma de protesta para "el común" de los ciudadanos; cada quien no tiene más que salir de su casa con su cacerola y encontrarse allí en un pie de igualdad con otras personas que son sus vecinos de siempre. También ayuda en la eficacia la simplicidad de las reivindicaciones presentes en el reclamo, de escaso contenido político y elevado consenso popular(6) . Por último, existe un elevado efecto de contagio, los cacerolazos se multiplican abarcando la totalidad del territorio de la ciudad y en un mismo horario, la protesta adquiere un carácter generalizado ¿Qué elemento detonante ha desencadenado los cacerolazos masivos de la semana en cuestión? La psicología social seguramente estará abocada al estudio de este fenómeno, aunque por ahora es posible identificar la función de los medios masivos de comunicación, en la medida que difundieron los cacerolazos, favorecieron el efecto de contagio. Otras imágenes difundidas, como el anteúltimo discurso presidencial de De la Rua, fue el principal detonante de la bronca popular contenida en el primer gran cacerolazo del día 19. La composición política e ideológica de los manifestantes en los cacerolazos es muy heterogénea. No está permitida la exhibición de banderas de agrupaciones políticas. Los propios participantes del cacerolazo se encargan de reprimirlo, y las agrupaciones políticas enseguida aceptaron estas reglas de juego. Al no ser los cacerolazos una forma de participación popular reconocida dentro del régimen de la democracia representativa; al no haber sido estos organizados por partidos políticos u otras organizaciones reconocidas por el sistema representativo; al no haber existido referentes políticos con quien se identificaran las movilizaciones; más aún, habiendo sido el derrocamiento de dos presidentes constitucionales su principal y más claro objetivo, los cacerolazos constituyen pues el segundo gran momento de ruptura con la legalidad y legitimidad de la democracia representativa. El pueblo argentino había ejercido durante aquella semana su primer acto de gobierno...

2.3 El tercer momento de ruptura ...y ahora empezaba a deliberar. En el corto período de un mes, han surgido alrededor de 30 asambleas barriales en la Capital Federal y una cantidad no determinada en otros partidos del conurbano y en el interior del país. Algunas asambleas surgieron tempranamente, durante el segundo día del la revuelta popular. A un mes del estallido, las asambleas populares se siguen multiplicando y no es posible prever cuál será su techo. Las asambleas populares surgen del espacio mismo donde se han autoconvocado los vecinos a participar de los cacerolazos. A diferencia de los cacerolazos, las asambleas son impulsadas por organizaciones políticas, militantes de otros movimientos y organizaciones barriales y sindicales, estudiantes universitarios con experiencia en asambleas estudiantiles, ex militantes de organizaciones políticas, etc. Sin embargo, la masiva participación de vecinos excede largamente a los militantes, adquiriendo realmente un carácter autónomo que las aproximan a la definición de un nuevo movimiento social. La auto identificación como "vecinos" es una manifestación de esta búsqueda de nuevas identidades colectivas que puedan contener a la heterogeneidad de sujetos presentes, y cada asamblea lleva entonces el nombre del barrio o de la plaza donde se reúnen. Por el momento, las asambleas no presentan la masividad que tuvieron los cacerolazos. Una de las mayores dificultades que presentan las asambleas populares es el generalizado rechazo o desconfianza hacia la política que todavía existe. En el imaginario popular, política es sinónimo de partidos políticos. Sobre este punto suelen desarrollarse las primeras discusiones en las asambleas ¿pueden participar los partidos políticos? ¿sólo los partidos hacen política o todos estamos haciendo política a partir del momento que nos juntamos para discutir y tomar acciones para solucionar nuestros problemas? Se percibe esta dificultad de los de asumirse como sujetos políticos, aunque de a poco la discusión al respecto se va saldando en el sentido de asumir la necesidad de la política y reconocer positivamente la participación de los partidos y otras organizaciones.

Las asambleas populares constituyen una ruptura clave con el sistema de la democracia representativa, cualitativamente distinta a las dos rupturas anteriores A través de ellas, el pueblo procura reapropiarse de la propia voluntad que los gobernantes le habían expropiado. Funcionan de manera horizontal y desarrollan formas alternativas (aunque escasamente desarrolladas por el momento) de representación y delegación. En las asambleas pareciera estar gestándose un nuevo contra poder. Allí se debaten absolutamente todos los temas, desde aquellos problemas específicos de cada barrio, hasta los problemas más generales que afectan al país (por ejemplo las soluciones al corralito bancario, la renuncia de la Corte Suprema, el no pago de la Deuda Externa, la estatización de la Banca y las empresas públicas privatizadas, convocatoria a una asamblea nacional constituyente, etc.) Las discusiones también conducen a la adopción medidas de acción directa, generalmente movilizaciones y nuevos cacerolazos, que se realizan casi prácticamente todos los días. Las distintas asambleas barriales de la ciudad de Buenos Aires han construido un espacio de coordinación general de todas las asambleas, con frecuencia semanal, a la que asisten delegados y vecinos con y sin mandatos de sus respectivas asambleas. 

3. Hipótesis y desafíos teórico-políticos A partir de la lectura de las tres rupturas experimentadas en el breve período que precede a este artículo, es posible plantear algunas hipótesis que invitan a pensar en las perspectivas y desafíos del nuevo movimiento social que se abre paso a través de la actual crisis orgánica que atraviesa el bloque dominante. Una primer hipótesis, dice que la crisis de la teoría de la representación política es todavía parcial e incompleta. No está claro aún que el pueblo haya decidido no confiar más en la actual clase política, y mucho menos que haya decidido gobernarse por sí mismo. Lo que se puede interpretar a partir de los cacerolazos es que está en crisis una forma de ver la política, entendida esta como el modelo tradicional de representación política, que es el régimen de los partidos y las elecciones periódicas. Pero no está descartada la posibilidad de que el bloque dominante logre generar una salida propia a la crisis de representación(7) , incluso podría ser esta un régimen de neto corte autoritario o una dictadura clásica como las que ya conoce nuestro país.

Una segunda hipótesis considera que aquella crisis orgánica no se resuelve, o se resolverá una y otra vez a favor del bloque dominante, ante la ausencia de una alternativa política del campo popular. La sociedad argentina camina hacia una agudización creciente de las contradicciones sociales, el enfrentamiento entre el bloque dominante y el campo popular (al que se suman incluso sectores de la clase media acomodada) se profundiza y se vuelve más visible. El actual gobierno del justicialismo continúa aplicando el mismo modelo neoliberal que engendró estas tensiones (el único posible dentro del capitalismo actual) y es imposible prever que esto se modifique. La crisis de representación política involucra por un lado al bloque dominante. Crisis que como ya vimos, comenzaba a expresarse en las elecciones de octubre de 2001, se confirmaba con el estallido social de diciembre, y que persiste en la actualidad, jaqueada por el movimiento de las asambleas y las luchas de desocupados y estatales. Pero aún estando en crisis la legitimidad del actual gobierno de Duhalde, el gobierno no parece haber perdido el poder que le otorga la legalidad de las instituciones. El bloque de poder conserva el control de la economía y del aparato represivo, y su capacidad de recambio aparece como ilimitada aun en un contexto de reclamos y movilizaciones permanentes. Por otro lado, la crisis de representación política también atraviesa al propio campo popular y a todos los sectores que conforman esta amplio movimiento social del Argentinazo. Hoy el pueblo no tiene representantes ni referentes dentro de la "clase política". Aunque muchas de las expresiones políticas organizadas del campo popular no estuvieron ausentes durante el Argentinazo, el pueblo se movilizó por fuera de las estructuras políticas tradicionales de los partidos y aún de los sindicatos y otros movimientos preexistentes. En última instancia, la crisis actual se define por la ausencia de una alternativa del campo popular, ya sea ésta una alternativa clásica de representación (algún agrupamiento político o conjunto de ellos) que se constituya en referente del movimiento popular; o bien una alternativa sui generis surgida del nuevo movimiento social que se está construyendo a partir de los cacerolazos y las asambleas populares, en articulación con el movimiento sindical y de desocupados. Una alternativa política debe ser una expresión de poder popular organizada que derribe y remplace al poder existente.

¿Son las asambleas barriales, por fin, el germen de una salida a aquella escisión entre los social y lo político? ¿Están en condiciones las expresiones políticas organizadas del campo popular de construir a partir de las asambleas una nueva articulación con las bases del movimiento social, respetando y alimentándose de su autonomía? ¿Podrá este nuevo movimiento ciudadano aceptar y resolver el desafío de asumir la política como única forma de transformación de la sociedad? ¿Podrán extenderse al punto de canalizar la bronca y la voluntad de cambio expresada masivamente por la gente durante los cacerolazos, hacia un nuevo contra-poder? Es evidente que las tres rupturas que desarrollamos no alcanzan a definir un rumbo unívoco de los acontecimientos. La ruptura será total a partir de que la mayoría del pueblo logre reapropiarse de la política. La construcción de una nueva alternativa política del campo popular, podrá llevar a cabo en algún momento la cuarta y última ruptura con la democracia representativa y el sistema económico que la ha engendrado. La ausencia de una articulación de la "lucha social" y la "lucha política" se presenta entonces como el principal desafío a resolver por parte de los actores políticos que buscan una transformación radical de la sociedad, no sólo en sus aspectos económicos, sino desde una concepción humanista y democrática. Las manifestaciones populares que derribaron a dos presidentes en una semana, sin duda han llevado a una parte importante del pueblo a recuperar la confianza en las utopías y las grandes empresas colectivas (cualesquiera que estas sean). Aunque objetivamente la eficacia de estas manifestaciones pareciera ser mucho más relativa (por no decir nula en cuanto al logro de soluciones), pareciera que comienza a cobrar fuerza la idea de que el pueblo debe gobernarse a sí mismo. Es una idea que así planteada despierta gran simpatía en las asambleas populares. Sin embargo, no se han desarrollado todavía las discusiones acerca de qué quiere decir esto exactamente. Y la discusión no es un tema menor, por cuanto no se está hablando de escribir un libro sino de cambiar el rumbo de la historia y refundar una sociedad y una nueva democracia. Notas: (1) Esta delegación no es algo novedoso. Ya en los orígenes de la teoría de la representación política, estas facultades eran definidas como la defensa de la vida y de la propiedad privada, que los individuos delegaban en el Estado Guardián. Más allá de las diferencias conceptuales, distintos autores de los siglos XVIII y XIX como Hobbes, Locke, Sieyés, Tocqueville, Jefferson y otros, coincidían en la necesidad de que el gobierno representativo sólo debía limitarse a estas funciones, mientras los individuos se abocaban a la búsqueda de la felicidad individual a través del comercio, la industria, las artes, etc. Por lo demás, es inseparable el origen de esta teoría con la emergencia del capitalismo y las necesidades de aquella nueva clase, la burguesía. Más tarde en el siglo XX esta concepción se fue modificando (o, mejor dicho, completando) y el Estado se vio forzado a asumir también otras funciones, el Estado Guardián se convirtió en el Estado de Bienestar, que ya no sólo debía garantizar la vida de los individuos y la propiedad privada sino también (en tanto son derechos humanos) la educación, la salud, el trabajo, etc. Como tales se hallan consagrados en las Constituciones de todos los países occidentales. En la mayoría de ellos, sin embargo, son letra muerta. (2) Esta asamblea constituye un espacio de articulación entre las diferentes expresiones organizadas del campo popular, principalmente la Central de Trabajadores Argentinos (de hegemonía socialcristiana) y la Corriente Clasista Combativa (de orientación maoísta). También participan de ella distintos partidos de izquierda, organizaciones territoriales, estudiantiles, y otros. Este espacio de unidad en la acción presenta sin embargo profundas diferencias en cuanto a los proyectos políticos que allí se disputan. (3) Diversas encuestas difundidas en los medios de comunicación daban cuenta de que los ciudadanos seguían creyendo en el sistema democrático representativo (al que se desvinculaba de la "clase política") como el mal menor frente a otras alternativas de gobierno. (4) Incluso algunos importantes comunicadores y formadores de opinión pública como Daniel Haddad y Bernardo Neustadt hicieron campaña por el voto en blanco y anulado. (5) Existe un importante proceso de lucha que en los últimos años llevan adelante distintas organizaciones políticas y movimientos de desocupados en el conurbano bonaerense, que buscan darle también una perspectiva política a la lucha de los pobres por las reivindicaciones inmediatas. Pero está claro que el saqueo de los supermercados no estuvo organizado por estos movimientos, y no es probable que hayan implicado un "salto político" en el nivel de organización de las masas. En realidad, los saqueos surgieron a partir de una mezcla de espontaneidad y agitación por parte de los punteros del PJ y se agotaron en sí mismos tan pronto dejaron de ser funcionales a las pretensiones presidencialistas de este partido, que los promovió con el objetivo de derribar a De La Rua, y los cortó de cuajo a través de operaciones de la policía y los punteros más tarde. Un dato más: distintas organizaciones de desocupados se juntaron de urgencia los día de los saqueos, y en asambleas con voto dividido se decidió no participar de los mismos. (6) En la historia del país, pocas consignas como las expresadas aquellos días 19 y 20 ("Fuera De la Rua y Cavallo") han tenido tanto consenso en todos los sectores de la sociedad argentina. (7) Cacerola en mano, un hombre exigía a viva voz "que se vayan todos los políticos", y expresaba a continuación su deseo de que "nos gobiernen los notables...". Otro hombre opinaba que "acá hay que hacer un recambio, deberían gobernarnos los empresarios jóvenes...". * Gonzalo M. Rodríguez, Miembro de la FISyP. Licenciado en Sociología. Texto publicado en "Rebeliones y Puebladas: diciembre 2001 y enero 2002. Viejos y nuevos desposeídos en Argentina". Cuadernos de la FISyP, cuaderno 7 (2° serie), enero de 2002

Fuente: http://www.alainet.org/es/active/1792