Prensa Unión de Asambleas Ciudadanas
Informa
1º de febrero de 2012
Frente
al bloqueo de la razón, las razones de un bloqueo
Desde
hace ya más de diez días, se vive en la provincia uno de los más intensos
levantamientos populares contra la minería transnacional a cielo abierto. A
través de una medida que demanda un gran esfuerzo para quienes la sostienen, se
viene realizando un bloqueo selectivo y coordinado en Belén, Tinogasta,
Andalgalá y Amaicha del Valle (Tucumán) que impide el paso de transportes con
insumos para Minera Alumbrera, sin obstruir el libre tránsito para el resto de
la ciudadanía.
Esta
medida, que ha concitado una importante difusión a través de medios de
comunicación nacionales, y que ‘extrañamente’ contrasta con la escueta
cobertura de medios locales, constituye una nueva expresión de la larga
resistencia social que nuestra sociedad viene sosteniendo contra el modelo de
minería transnacional a gran escala, impuesto a fuerza de distintos mecanismos
y estrategias de coerción social. A falta de un genuino respaldo, este tipo de
minería ha concitado un persistente rechazo social fundado en la constatación
fehaciente de sus efectos y consecuencias ecológicas, económicas, políticas y
culturales. Rompiendo la comodidad de la rutina cotidiana y las dificultades
propias de la vida social de nuestros días, grupos crecientes de personas
‘comunes y corrientes’, hacemos un tiempito para ocuparnos de lo que es
responsabilidad de toda/os: el cuidado del agua y de los ecosistemas que la
‘producen’, porque entendemos que es la vida misma lo que está en juego.
Ya
es redundante y de sobra conocido el desolador paisaje socioeconómico y
político dejado tras quince años de este régimen de extractivismo neocolonial:
empobrecimiento y asistencialización generalizada de la población; falta de
empleo, de futuro, de agua y de luz eléctrica; naturalización de la devastación
ecológica; institucionalización del clientelismo y la corrupción; deterioro de
la representatividad, de la gobernabilidad y del estado de derecho;
degradación de la cultura democrática al ritmo de la profundización de las
desigualdades sociales. Ni con la intensificación de la dádiva estatal y/o
corporativa, ni con una cultura de miedo fabricada en una población cautiva del
‘empleo’ público, el ‘modelo minero’ ha logrado estabilizarse. Lejos de las
´promesas desarrollistas’, nos estamos convirtiendo en una sociedad en franca
decadencia; sin identidad ni rumbo histórico propio; corrompida por el poder y
la codicia, y atravesada por un conflicto estructural no resuelto.
Frente
a este escenario, juzgamos como saludable la digna
rabia que se expresa en el
bloqueo selectivo a los camiones mineros. Es una fiebre que indica el malestar político de una
sociedad donde sus ‘representantes’ van a contramano de los intereses generales
de su población y en la que, como dice Eduardo Galeano, ‘todo anda patas para
arriba’.
¿Qué
democracia es ésta, en la que su ‘pueblo’ tiene que salir a las rutas
para hacer oír su voz? En la que los gobernantes, la ‘Justicia ’ y las fuerzas
públicas de seguridad actúan como mandantes de las corporaciones
transnacionales que nos saquean, a costa de la vulneración de derechos y la
criminalización de sus propios comprovincianos? A la larga lista de
persecuciones y judicialización de la protesta, se acaba de lograr el triste
honor de ser la primera provincia del país en ‘estrenar’ la perversa ley
anti-terrorista recientemente sancionada en la Nación, usada por el fiscal
Landívar para detener violentamente a veinte compañera/os en Santa María.
Estando en el bloqueo de la Ruta 40,
a la entrada de Belén, las radios locales acusaban de
foráneos a quienes fuimos de otros departamentos y provincias a apoyar la
medida. ¡Nos trataban de foráneos a capitalinos, andalgalenses, tinogasteños, o
aún riojanos que estábamos en la ruta!! Comprovincianos (mal)tratados como
foráneos por voceros locales que asumían como propia los intereses de una
corporación (y un negociado) realmente extranjeros!
La
razón colonial bloquea el pensamiento propio. Todo lo mira con una mirada invertida: la democracia
no es el gobierno del pueblo, sino de los inversionistas; el progreso es
devastación; el crecimiento y el ‘derrame’ es profundización de las
desigualdades estructurales; la cultura local que resiste la mercantilización
es barbarie, mientras que los ‘civilizados’ son los que usufructúan de la
entrega de los bienes comunes de nuestro territorio.
Frente
a este problema de fondo reacciona el bloqueo: no es sólo de rechazo a la
economía neocolonial de enclave que representa el ‘modelo minero’; es, más en
profundidad, un rechazo al colonialismo y a la colonialidad. El
bloqueo expresa un pensamiento y un sentimiento de descolonización. Denuncia
que el actual gobierno provincial pretende avanzar con el modelo minero aún a
costa del amplio rechazo social y del inexorable fracaso que representa,
queriendo ocultar y negar la conflictividad social que provoca. Se denuncia
puntualmente que Xstrata, con la complicidad del gobierno, está avanzando en el
proyecto Agua Rica, en flagrante violación a la orden judicial de suspensión de
operaciones. Que burlando la ley nacional de protección de Glaciares y el
régimen de resguardo del Convenio Internacional de Sitios Ramar, varias
empresas mineras están realizando cateos y exploraciones en las altas cumbres
de los departamentos Tinogasta, Antofagasta y Andalgalá.
A
través del bloqueo interpelamos también a los gobiernos provincial y nacional,
que dicen asumir la representación de un proyecto político ‘nacional y
popular’: ¿cómo justificar desde ese posicionamiento la defensa de un régimen
impuesto bajo las reformas neoliberales del menemismo, bajo un marco jurídico
nacido de la dictadura de Pinochet en Chile y luego extendida por presión del Banco
Mundial a toda América Latina? La soberanía hoy se defiende, no de potencias
extranjeras que vienen a ‘ocupar militarmente’ nuestro territorio. Eso es el
colonialismo del siglo XIX; Malvinas es un doloroso resabio de ello. El
colonialismo del siglo XXI se ejerce a través de empresas transnacionales que
exigen marcos legales favorables a sus ‘inversiones’ para explotar nuestros
recursos, profundizando las desigualdades ecológicas y el retraso tecnológico
de nuestro pueblo.
Por
eso, decimos: ni un proyecto minero transnacional más en nuestra tierra!
Reclamamos al gobierno provincial la inmediata des-adhesión al régimen minero
nacional y la sanción de una ley provincial de prohibición de mega-minería a
cielo abierto; y al gobierno nacional, la urgente revisión y modificación del
perverso marco normativo minero de los ’90 (Ley N° 24.196 y correlativas).
Por
eso, esta lucha, este bloqueo es por la erradicación de la minería
transnacional a gran escala. Pero nuestra batalla de fondo es contra el
colonialismo (externo e interno) y por la emancipación. Por
la construcción de una nueva sociedad socialmente justa, políticamente
democrática y ecológicamente sustentable. Ahí, las razones del bloqueo…
Horacio
Machado Aráoz
Colectivo Sumaj Kawsay –AsaNoa Catamarca – UAC
Colectivo Sumaj Kawsay –AsaNoa Catamarca – UAC
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