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11 de mayo de 2012

I.Significados de «gobieno nacional-popular» frente a la instalación de la base del Comando Sur en Chaco

Comunicado de Prensa


ASAMBLEAS AMBIENTALES de la REGIONAL LITORAL (U.A.C. Litoral)



Entre Ríos 10 de mayo de 2012


Denunciamos la instalación de una base militar del Comando Sur de Estados Unidos en el Aeropuerto de Resistencia, Chaco, bajo la máscara de “Centro de Ayuda Humanitaria” como una amenaza a los pueblos y a las riquezas naturales de la región y exigimos su inmediato desmantelamiento.


Convocamos a las Asambleas de la región a declararse en estado de alerta hasta que se abandone el proyecto y se denuncien los convenios firmados por el Ejecutivo Nacional y el Gobierno chaqueño con el Comando Sur y/o Embajada de EEUU.


Exigimos a los gobernadores del Litoral que se expidan en contra de la base militar encubierta yconsideramos su silencio como un acto de complicidad.


Advertimos que el uso indebido del terriorio argentino infiere una cesión de soberanía inaceptable y una afrenta a la unidad Sudamericana.


Ante la gravedad del caso, decidimos entregar copia de este documento al gobernador de la provincia del Chaco, a sus pares de las provincias del Litoral, al Gobierno Argentino, al Poder Legislativo Nacional y a los Gobiernos de los países miembros de UNASUR.


Paraná, Entre Ríos, 14 de abril de 2012
Fuente: Comisión Prensa y Comunicación
UAC Unión de Asambleas Ciudadanas
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Un gobernador alineado con la estrategia estadounidense


Washington clava sus garras también en el Chaco argentino

Por Ignacio Díaz (América XXI)

Penetración: el Comando Sur hizo pie en la provincia argentina de Chaco. Por intermedio de su “misión humanitaria”, Washington instaló un Centro para Emergencias en Resistencia, la capital provincial. Ubicada en el aeropuerto internacional de la ciudad, la edificación será equipada tecnológicamente para que comience a operar en junio. El gobierno local afirma que el centro fue donado por la embajada de Estados Unidos y niega la existencia de algún acuerdo, vínculo o documento. Pero la versión oficial es insostenible. A contramano de una política de unión latinoamericana y soberanía nacional, un gobernador habilita la entrada del Comando Sur del ejército estadounidense al territorio argentino.
Con motivo de la conmemoración del trigésimo aniversario de la guerra de Malvinas, el pasado 2 de abril, el histórico reclamo por la soberanía argentina sobre las islas tuvo en Resistencia, capital de la provincia de Chaco, en el noreste argentino, un agregado particular. Una masiva marcha “por la soberanía” transitó los 10 kilómetros que separan la Casa de Gobierno del Aeropuerto, para culminar con un acto en el que tronaron consignas de rechazo al acuerdo del gobierno provincial con el Comando Sur de Estados Unidos.

¿Qué motivó esta masiva demostración popular? El gobernador chaqueño Jorge Capitanich asegura que Estados Unidos le donó un Centro de Operaciones para Emergencias por intermedio de su Embajada en Buenos Aires. Son 6 millones de pesos –dice el gobierno– otorgados sin mediar acuerdo, convenio ni firma de documentos públicos. El motivo: que el personal provincial de Defensa Civil esté capacitado, equipado y tenga un lugar físico para actuar ante eventuales situaciones de emergencias o catástrofes. Todo en beneficio de la provincia y sin ninguna concesión a cambio para con aquel país, cuyos objetivos humanitarios y solidarios explicarían por sí mismos las donaciones y las capacitaciones gratuitas realizadas en el marco de un “programa civil de asistencia humanitaria” que se destina también a seis municipios de Chaco: San Martín, Sauzalito, Villa Ángela, Puerto Tirol, Barranqueras y Tres Isletas.
El primer inconveniente de la versión oficial es lo que comunicó la propia embajada de Estados Unidos. El ex embajador Earl Anthony Wayne afirmó la existencia de un “convenio de cooperación” bajo el cual el Comando Sur –y no la propia embajada– financia la creación de un Centro de Operaciones para Emergencias por un valor de 3 millones de dólares (más de 12 millones de pesos en lugar de los 6 anunciados por el Gobierno).

El Comando Sur no es precisamente una organización solidaria sin fines de lucro. Como unidad militar dependiente del Ministerio de Defensa estadounidense enfoca su acción en el continente latinoamericano, con excepción de México. En su país nunca participó en políticas de prevención, mitigación o respuesta ante situaciones de emergencias naturales o sanitarias, tareas que en Estados Unidos corresponden a la Agencia Federal para el Manejo de Emergencia, sin vínculos con este comando.
Como expresó en 2004 el General James Hill, entonces jefe del Comando Sur, ante el Congreso de Estados Unidos, una de sus preocupaciones principales es la amenaza planteada por “el populismo radical” en la región, cuyos líderes “inflaman el sentimiento anti-estadounidense”, en referencia a gobiernos que se oponen a las políticas de Washington. Su estrategia –publicada en diversos informes propios– se apoya en “la inteligencia, el monitoreo, el reconocimiento” y plasma en instalaciones de centros regionales con diversos fines, entre ellos la ayuda humanitaria ante desastres naturales.
Con un personal permanente de tres mil militares y civiles, esta unidad ha tenido en el último tiempo mayor presencia en la región que los propios funcionarios del Departamento de Estado. Según indica el documento “Estrategia del Comando Sur de Estados Unidos 2018 Amistad y Cooperación por las Américas”, su misión principal es “proteger nuestra (su) patria”, para lo cual necesitan “mantener nuestra (su) capacidad de operar en los espacios, aguas internacionales, aire y ciberespacio comunes mundiales y desde ellos”. ¿Cómo? Mediante satélites, flotas navales y aéreas y centros dotados con equipos informáticos.
Quien ha visitado al gobernador de Chaco en representación del Comando Sur en 2011 es el comandante Edwin Passmore, con antecedentes no precisamente vinculados a la “ayuda humanitaria”: trabajó en Afganistán, fue asesor de inteligencia en Irak y terminó expulsado de Venezuela en 2008 por actividades de espionaje. También fue denunciado por el gobierno de Argentina tras el ingreso no declarado al país –vía aérea– de equipamientos y drogas en el aeropuerto de Ezeiza, traídos para una jornada de capacitación a la Policía Federal en febrero de 2011.


Cómo llega la “donación”
Entre el 26 y 27 de marzo de 2008 se llevó adelante en Resistencia una jornada de capacitación para el personal de Defensa Civil de la provincia bajo el rótulo oficial de “Taller de Identificación de Problemas Generales por Escenarios de Riesgo y Áreas Críticas Para Desarrollar una Organización de Comando de Operaciones en Emergencia”. Impartida por “consultores profesionales designados por la Embajada de Estados Unidos”, según informó el gobierno dos meses después, se realizó bajo el marco del Programa de Fortalecimiento del Sistema Provincial de Emergencias, totalmente financiado por la embajada y aprobado a nivel nacional en 2006 por el ex ministro del Interior Aníbal Fernández. El programa depende en realidad de la unidad de Asistencia Humanitaria del Comando Sur y las jornadas de capacitación en Chaco se habían producido por primera vez en agosto de 2006.
Luego de estas actividades, el entonces embajador Wayne visitó la provincia el 13 de agosto de 2008 para terminar de cerrar el proyecto preparado por el Comando Sur, cuyo siguiente paso fue la construcción del Centro de Operaciones para Emergencias en las inmediaciones del aeropuerto internacional de Resistencia. Se reunió con el gobernador Capitanich, conversaron en fluido inglés y antes de su partida pronunció un discurso en agradecimiento “por la oportunidad” que le fue brindada para participar en el “excepcional proyecto”. Y remató: “Amistades de éste tipo continúan demostrando el compromiso del gobierno de Estados Unidos de trabajar con nuestros amigos”. Ningún documento escrito trascendió luego de la visita, que fue la primera de un embajador estadounidense a la provincia desde 1979, en ese entonces bajo la dictadura militar.
Tras un largo período de silencio, Capitanich se reunió con representantes del Comando Sur el 4 de noviembre de 2011. En la Casa de Gobierno provincial, el comandante Passmore y el consejero de la embajada Jefferson Brown se reunieron con el gobernador. Éste último declaró que la construcción del Centro de Operaciones para Emergencias “es uno de los proyectos más importantes que el gobierno norteamericano tiene con Argentina”. Tras el encuentro, la oficina de prensa de la gobernación publicó un cable titulado “La construcción del centro de emergencias donado por Estados Unidos cerca de finalizarse”. Se admitió allí por primera vez que el Comando Sur, bajo su programa de Asistencia Humanitaria, es el órgano que financia esta supuesta “donación” que incluye “el inmueble y sus equipamientos (informáticos)”.
Una vez finalizada la edificación de este centro de operaciones el gobierno provincial se vio obligado a dar una explicación pública a fines de marzo: “Nosotros hemos tenido la donación de una central de emergencias provista por la embajada de Estados Unidos (…) que la provincia la puede recepcionar claramente por gestiones y directivas emanadas de la cancillería argentina”, explicó el jefe de Estado chaqueño visiblemente incómodo. Plantear una simple “donación” le permite al gobierno eludir la intervención de la Legislatura provincial.
Al día siguiente, el ministro de Gobierno –cartera de la que depende la Dirección de Defensa Civil, Juan Manuel Pedrini, recorrió con periodistas el Centro para Emergencias. “Es imposible que el Comando Sur se instale en la provincia”, aseguró. Y al relato oficial se agregó que las instalaciones son el fruto de una exploración en “el ámbito nacional e internacional” que implicó “comunicarse con diversas embajadas”.
La tercera y última declaración pública sobre el tema por parte del gobierno chaqueño estuvo a cargo de la diputada provincial y ex secretaria general de la Gobernación, Elda Pértile, en un programa radial de Resistencia. La legisladora argumentó que la construcción del edificio responde al Programa nacional aprobado en 2006, el cual Capitanich únicamente “continuó” al asumir en diciembre de 2007. Pértile aseguró que la obra fue ejecutada tras autorizaciones de factibilidad realizadas por distintos organismos técnicos de la provincia, como la Secretaría de Medio Ambiente y Producción y las empresas estatales de servicios energéticos y agua. También se hicieron –dijo– trámites ante el municipio de Resistencia y la Administración Nacional de Aviación Civil (Anac). Y aseguró que el Gobierno recibió la obra, pero no dinero. Lo cierto es que el gobierno provincial no presentó ningún documento para respaldar estas afirmaciones. Y la propia embajada de Estados Unidos explicita una financiación directa del Comando Sur a Chaco, sin la necesaria intervención del gobierno nacional, que tampoco se pronunció sobre este asunto.


Rechazo popular y silencio mediático
Además de la escasa y contradictoria comunicación oficial sobre la instalación del llamado Centro de Operaciones para Emergencias, dos hechos llaman la atención en este caso. Uno, la nula difusión del asunto por parte de los medios masivos de comunicación a nivel nacional. El otro, la férrea oposición de amplios sectores de la población de Resistencia y alrededores al ingreso del Comando Sur a la provincia. Un rechazo que incluye pero excede largamente a los partidos políticos de izquierda. Se percibe en la capital chaqueña un sentimiento antiestadounidense generalizado incluso en sectores liberales, pero sobre todo en la amplia mayoría de las organizaciones sociales, gremiales y de derechos humanos que tienen presencia en la ciudad capital de Chaco y no creen en la donación con fines humanitarios del Comando Sur.
Si bien no siempre en forma de rechazo frontal, al menos una profunda desconfianza invade también a aliados y miembros del Gobierno, que se muestran visiblemente incómodos cuando se menciona el tema. Todos ellos esperan aún mayores explicaciones por parte del gobernador Jorge Capitanich o de su entorno cercano, que ha manejado el tema con un alto grado de hermetismo, silencios prolongados e incongruentes comunicaciones oficiales.
Clarín y La Nación –los principales diarios del país– así como el conjunto de medios establecidos, han seguido de cerca la gestión del gobernador Jorge Capitanich, al que califican como “kirchnerista”. Aprovecharon cada medida polémica de su gestión para arremeter contra su figura. Y explotaron sus desventuras familiares para atacarlo. Pero no esta vez. Capitanich pertenece al Partido Justicialista (ver Quién es…) y su conducta podría ser endosada por esa vía al gobierno nacional. No obstante los medios han desestimado y acallado esta información. Lo mismo ocurre por el lado de la prensa afín al Gobierno, aunque en su mayoría adopta un discurso latinoamericanista.
A contramano, la población de Resistencia siguió otro camino. “Rechazamos el acuerdo del gobierno de Chaco con el Comando Sur de Estados Unidos para la construcción de un supuesto ‘Centro Anti-Catástrofe y de Ayuda Humanitaria’, financiado por el principal aliado de los ingleses”, se pronunciaron decenas de organizaciones políticas, sociales y sindicales de Chaco, nucleadas en la denominada Asamblea Popular.
“Con un ropaje de ‘ayuda humanitaria’, que todos los pueblos del mundo desconocen en el imperialismo yanqui, se le abren las puertas a una base militar de control y monitoreo”, denunciaron. La convocatoria alcanzada y la respuesta espontánea de ciudadanos chaqueños durante la marcha sorprendió a los propios organizadores, cuyas protestas no recibían semejantes muestras de apoyo popular desde 2001 y 2002, durante el peor momento de la última crisis económica argentina.


Llamado a la “Unión Americana”
En medio de este proceso el gobernador Capitanich recibió en septiembre de 2011 a una delegación de legisladores y funcionarios estadounidenses traídos al país por la Fundación Construir, dirigida por la Unión Cívica Radical (UCR) y cuya cara más visible es la actual intendente de Resistencia, Aída Ayala, probable candidata a la gobernación en 2015, con buenas expectativas de devolverle el poder provincial a su partido.
Erigiéndose como portavoz de la región el gobernador arengó a los jóvenes republicanos y demócratas: “Desde América del Sur vemos con tristeza que Estados Unidos no nos considere un aliado”. Llamó a potenciar estas relaciones, en defensa de “una alianza estratégica”, y remató: “estoy dispuesto a luchar por esa idea”. En la reunión también les manifestó a los estadounidenses la supuesta importancia de actuar en conjunto ante la actual situación mundial, rememorando los tiempos del Alca: “Juntos seremos la mayor reserva de minería, agua dulce, alimentos, energía, industria cultural, atractivos turísticos, talentos de recursos humanos y tecnología vinculada a procesos productivos”. El gobernador de Chaco no se privó de recomendar a Estados Unidos, a través de sus visitantes, que tenga como estrategia “la unión americana” para reposicionarse y “convertir al continente en una potencia mundial”.
Esta línea de acción del gobernador Capitanich puede en realidad remontarse a las semanas previas a su elección como gobernador en 2007, cuando fue visitado por primera vez por el embajador Wayne. Según cables revelados por Wikileaks, el encuentro se produjo por invitación de Capitanich, quien aseguró que “de ser elegido gobernador, le gustaría aumentar los lazos entre la provincia y Estados Unidos”, en términos de intercambios de estudiantes y profesores, comerciales, deportivos, culturales y de biocombustibles.
El cable señala una confesión reveladora y nunca desmentida por Capitanich: “Dijo que tiene una visión diferente de Estados Unidos que la mayoría de los argentinos en este momento (al parecer refiriéndose al alto –informó– sentimiento anti-estadounidense), creyendo que Estados Unidos debería ser el principal socio de Argentina en el desarrollo. Dijo que él conoce que este punto de vista no siempre gana votos, pero cree que una alianza estratégica con Estados Unidos sería bueno para el futuro de Argentina”.


Las alianzas del gobernador
Presidente del Partido Justicialista en la provincia, Capitanich gobierna con el apoyo de un conjunto de agrupaciones que conforman el frente Chaco Merece Más, bajo el cual logró la reelección en 2011. La alianza de partidos que lo sostiene va desde sectores de centroizquierda hasta liberales y conservadores a ultranza. Los primeros tuvieron una fuerte presencia en el período de gobierno 2007-2011, pero ya pocos lo acompañan en la actualidad, disconformes con el rumbo que han tomado sus políticas. A contramano, liberales-conservadores tienen cada vez más poder en el entorno del gobierno. Tal es el caso de Propuesta Republicana (PRO), partido dirigido a nivel nacional por el empresario Mauricio Macri, actual Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Enemigo del gobierno nacional en todo el país, el PRO forma parte del gobierno de Capitanich desde 2007. Sus posiciones políticas son claras: ortodoxia liberal en materia económica, alianza con Washington para la política exterior y conservadurismo católico en el plano social, con fuertes vínculos con la Iglesia y tintes xenófobos. Esa expresión de la extrema derecha nacional es aliada del gobernador chaqueño. Dirigentes como Pedro Augusto Miró, subsecretario de Legal y Técnica de la Gobernación y hombre de extrema confianza del gobernador, o Patricio Florito, ex subsecretario de gobierno y actual Presidente del Directorio de la Fiduciaria del Norte, son algunos de los hombres claves del PRO en el Gobierno. Florito fue quien informó a la Legislatura, tras un pedido expreso de la Cámara, sobre las jornadas de capacitación ofrecidas en marzo de 2008 a personal de Defensa Civil con el patrocinio de la embajada estadounidense, una actividad que no había sido difundida oficialmente y que este funcionario del PRO conocía detalladamente. En Resistencia muchos afirman que el propio Florito es quien mantiene el contacto más fluido con la embajada.


Por qué Chaco
La provincia de Chaco limita con Paraguay y con cinco provincias importantes de Argentina. Su ciudad capital, Resistencia, está además en la costa del río Paraná. Y en el Noreste argentino está la mayor reserva subterránea de agua dulce de Suramérica y una de las principales a nivel mundial: el Acuífero Guaraní.


Un objetivo histórico de Washington es instalarse en la Triple Frontera, compartida por Argentina, Brasil y Paraguay, con el argumento habitual del combate al terrorismo. Allí hay un tráfico permanente de mercancías importadas, con eje en Ciudad del Este, Paraguay.


El informe del Centro de Militares para la Democracia Argentina (Cemida) presentado a raíz de la construcción del Centro de Operaciones para Emergencias asegura que Estados Unidos presionó históricamente a diferentes gobiernos argentinos para lograr instalar una base militar en San Ignacio, provincia de Misiones, a escasa distancia de la triple frontera. Algo que nunca logró concretar. Resistencia está ubicada a 600 kilómetros de allí.


En este marco, el aeropuerto internacional de la ciudad capital ofrece además características particulares. Allí pueden aterrizar también aviones militares con cargas pesadas, como los C-130 Hércules, C-17 Globemaster III y C-5 Galaxy, según estudios del Cemida. Las construcciones financiadas por el Comando Sur están ubicadas a unos 500 metros de las torres de control del aeropuerto y a unos 700 del edificio donde funciona el sistema nacional de radares, de una complejidad excepcional para el Noreste argentino. Un lugar considerado estratégico también por ser “un nodo informativo importante”, como asegura Rolando Núñez, de la organización Centro Mandela.


Cómo sigue
La Legislatura provincial aprobó un pedido de informes por unanimidad solicitando al Poder Ejecutivo la presentación de toda la documentación existente en lo relativo a la creación del Centro de Operaciones para Emergencias, incluidos los “convenios o acuerdos supuestamente concluidos con la embajada estadounidense en Argentina y/o el Comando Sur”, según el texto presentado por el legislador Carlos Martínez, del agrupamiento Libres del Sur.
Capitanich deberá en algún momento dar también una explicación al Mercosur, que desde julio de 2009 fijó un mecanismo de cooperación y asistencia en materia de emergencias y ayuda humanitaria a través de la creación de la Reunión Especializada de Reducción de Riesgos de Desastres Socionaturales, la Defensa Civil, la Protección y la Asistencia Humanitaria del Mercosur, que establece una estrategia de trabajo común para estas situaciones.
Para el Cemida, una de las metas de las “operaciones de Inteligencia de Estados Unidos en Argentina” apunta a “materializar, poco a poco, una progresiva presencia en el país que no necesariamente significa permanencia desde el inicio, ya que normalmente es un nivel cooperativo y humanitario con bajo perfil; pero luego y en el momento oportuno, se transforma en una intervención militar negociada”, tal como ha ocurrido en otros puntos de América Latina. Ese posible recorrido, de centro para la ayuda humanitaria a base de operaciones militares, es lo que preocupa a chaqueños, argentinos y latinoamericanos, quienes –como aseguró Capitanich– tienen un sentimiento antiestadounidense mayoritario, fruto de la historia reciente de intervenciones de Estados Unidos en la región y el mundo.


Quién es Jorge Capitanich
El actual gobernador de Chaco realizó toda su carrera política dentro del Partido Justicialista (PJ). Tras ocupar distintos cargos como funcionario provincial en los años 1990, fue primer candidato a senador nacional por el PJ en 2001, puesto que asumió por muy poco tiempo para ocupar en 2002 nada menos que la Jefatura de Gabinete nacional durante el gobierno provisional de Eduardo Duhalde. Contador público con diversos estudios en materia económica, Capitanich fue becado en 1996 por la embajada británica en Argentina. Quienes lo conocen en Chaco aseguran que su temprana carrera política le debe mucho al papel de su ex esposa, Sandra Mendoza, de quien se divorció –escándalo público mediante– en 2009. El padre de su “madre política” es Guillermo Mendoza, histórico miembro del Supremo Tribunal de Justicia y figura principal del PJ chaqueño. De su mano Capitanich escaló rápidamente posiciones en el partido, incluso a nivel nacional. Ya a los 23 años fue nombrado secretario privado del gobernador en 1987. Veinte años después alcanzó su logro político más importante al ganar las elecciones a la gobernación, aunque fuera por sólo 1.176 votos de diferencia (0,23%) sobre el ex gobernador radical Ángel Rozas (1995-2003), quien había concentrado un enorme poder en la provincia. Con un frente electoral que incluyó desde la centroizquierda hasta el liberalismo ortodoxo, Capitanich alcanzó el poder y mantuvo un fuerte estilo personalista. Cuatro años después fue reelegido por un contundente 66,56% de los votos, con fuerte apoyo del gobierno nacional.


Si bien es considerado uno de los principales “gobernadores kirchneristas” del país y alguien muy cercano a la presidente Cristina Fernández, Capitanich expandió notablemente sus vínculos con el PRO, partido de derecha encabezado por el empresario y jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri, y con sectores disidentes del PJ. Apenas asumió, en diciembre de 2007, puso en marcha una línea aerocomercial estatal cuya explotación y comercialización recayó en la compañía Fiduciaria del Norte, presidida por Patricio Florito, ex funcionario y dirigente del PRO, en una operación dirigida por el grupo Socma, encabezado por Franco Macri, padre del Jefe de Gobierno porteño. Con millones de dólares invertidos Aerochaco no logró consolidar ninguno de sus objetivos comerciales, turísticos y sociales, a la vez que adeuda más de 10 millones de pesos al grupo económico de Macri. Lo concreto es que Capitanich mantiene muy buenas relaciones con otros gobernadores del PJ, sectores liberales, duhaldistas y la propia embajada de Estados Unidos. El Gobernador dibuja un perfil notablemente diferente al que expresa el gobierno nacional. Aunque no sin dar algunos gestos “por izquierda”, como la reciente invitación oficial a Cuba a la Feria del Libro provincial 2011. Hay quienes afirman que está evaluando sus posibilidades de presentarse como candidato a presidente en 2015 y se prepara para el “poskirchnerismo”.


El aporte nacional
Numerosos son los acuerdos de cooperación que el gobierno argentino mantiene con Estados Unidos en el plano civil y militar, especialmente en materia de capacitación. Programas para Educación, Entrenamiento Militar, Seguridad de Fronteras, Control de Exportaciones y Asistencia Antiterrorista son algunos de los convenios entre ambos países. El Programa de Fortalecimiento del Sistema Provincial de Emergencias es el instrumento legal bajo el cual el gobierno de Chaco se ampara para legitimar la apertura del Centro de Operaciones de Emergencia y recibir el financiamiento y la entrada del Comando Sur con fines de “capacitación”.


Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=149338

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