Prensa
Unión de Asambleas Ciudadanas Informa
04 de Junio de 2013
Comunicado
de la Unión de Asambleas Patagónicas
El pueblo
sabe de que se trata:
La Cordillera no se vende y por eso no tiene precio
La
UAP se solidariza con la lucha de los vecinos de El Bolsón, los felicita y
acompaña en ese inolvidable "Bolsonazo" del miércoles 29 de mayo de
2013.
La
comunidad de El Bolsón, junto a vecinos y organizaciones de toda la región,
están enfrentando otro delirio inmobiliario en la Cordillera (1) que, a primera
vista, parece ser producto de lucrativas ocurrencias del grupo empresario
Laderas.
En
realidad Laderas es, comparativamente, un pelotero experimental subordinado a
una red de intereses transnacionales mucho mayor, directa o indirectamente
vinculada al grupo Tavistock, del cual el sr.Joe Lewis es principal accionista
(2). No es una empresa sino una red transnacional de variados intereses privados,
con o sin pasaporte argentino, a la que le interesa controlar toda la
cordillera de los Andes. Con suerte pueden ofrecer algunos "puestos de
trabajo" que, imitando a Dios, ellos "crean". El resto que
emigre, qué tanto.
Lewis,
junto a quien ahora es accionista mayoritario de la corporación Monsanto ,
George Soros, fue uno de los responsables del "Viernes Negro" en
1992, cuando ambos apostaron contra la libra esterlina, arduo trabajo que -con
el sudor en la frente de otros- los transformó en personas ricas en pocos
instantes. Riqueza medida en términos de dinero, claro.
¿Cómo
reaccionó la clase política profesionalizada de la región y el gobierno cuando
se enteró de este y otros proyectos asociados en la Cordillera? Deslumbrada por
las fantasiosas presentaciones y lujosa folletería, prefirió creer y delegar –
otra vez - la conducción económica a terceros, sin considerar que el
desarrollismo económico excede lo que publicitan las empresas y que las
consecuencias que afectan a generaciones presentes y futuras no figuran en su
contabilidad.
El
proyecto de Laderas en los faldeos del Cerro Perito Moreno es solo la muestra
de una serie de inversiones de diferentes escalas, sea en Puerto Madero y zonas
aledañas, a lo largo del río Paraná, del Limay (Paseo de la Costa, Canales de
Plottier) y la cordillera de los Andes de Jujuy a Tierra del Fuego, o en
franjas selectas en todas las ciudades argentinas donde se origina alguna renta
sojera, minera, petrolera, financiera, lo que sea. A cada cual según la
capacidad monetaria, pero lejos (alienados) de la sociedad, rodeados de
naturaleza intervenida ("campos" de golf) (3), con vigilancia
privada, fantasías comerciales y optimismo forzado.
La
burbuja inmobiliaria de la Argentina, y el flujo de dinero o promesas de ganancias
que genera, no resulta de caprichos o del diseño de estudios de arquitectura
sino exactamente al revés: la organización territorial de nuestro país responde
a un modelo desarrollista que no sabe, no puede, ni quiere hacerse cargo de la
economía real sino que flota en la estratósfera especulativa, entre espejismos
y espectáculos, lejos del pueblo o, peor aún, del control ocial sobre qué
producimos, para quién, en qué condiciones y con qué consecuencias. La burbuja
inmobiliaria es la necesaria contracara del saqueo colonial que, de esta
manera, "destina" cuál es zona de consumo, acumulación, refugio de
capitales o sacrificio.
Se
desvinculan del horror urbano (los barrios altos de Bariloche ,
Rosario, el conurbano bonaerense y tantos otros) o las zonas marginalizadas del
campo (los paisanos, las comunidades originarias, las familias de trabajadores
rurales), delegando esa parte "oscura" a fuerzas policiales
brutalizadas o tratando de comprar voluntades por medio del asistencialismo
clientelar y simulacros participativos. También esa estrategia resulta ser
rentable porque habla mucho sobre la realidad pero deja afuera lo que más
cuesta, que es resolver problemas concretos desplegando la creatividad social.
Queremos
señalar que no se trata solamente de conductas individuales de quienes intentan
lucrar con bienes comunes sino que proliferan dentro de un sistema que los
sostiene, protege, subsidia y concede acceso privilegiado tanto a tierras
fértiles, riego, infraestructura pública, mesetas y montañas para su (literal)
"explotación", como a costas de lagos, mar y ríos o montañas y valles
para consumir naturaleza.
Estamos
hablando de un plan de entrega, nada más ni nada menos. Los gobiernos actuales,
provinciales y el nacional y buena parte de la oposición parlamentaria, son
fervientes seguidores de este modelo, y solo buscan garantizar un "clima
de inversiones" al que, en el mejor de los casos, agregan florida retórica
de "responsabilidad social empresaria", "sustentabilidad" o
"crecimiento".
Reprochar
al "extractivismo" sería como culpar al mecánico del Titanic, en vez
de ese proyecto naviero en su conjunto, por el choque fatal. No son las
erráticas conductas de "ovejas descarriadas" (Monsanto, Cargill,
Syngenta, Barrick, YPF, Chevron, telefónicas, bancos, negociantes de energía,
especuladores inmobiliarios, apropiadores de territorios en gran escala),
como si éstas hubieran extraviado la brújula, sino la característica central de
un sistema que rechazamos en todos sus términos.
Es
ese rechazo, y la enorme creatividad de la comunidad de la Comarca Andina del
Paralelo 42, lo que destacamos como futuro posible e inevitable. La montaña,
igual que los valles, los ríos, los lagos, tanto como la producción creativa y
el comercio local, deben estar en manos de los vecinos y sus organizaciones.
Cancelación YA del contrato de Laderas!
Referencias:
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Comisión Prensa y Comunicación
UAC Unión de Asambleas Ciudadanas
UAC Unión de Asambleas Ciudadanas
UAC Unión de Asambleas Ciudadanas
Contra el Saqueo y la
Contaminación
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