“Cambiar
el modelo”
Por Darío
Aranda
–¿Cuáles son
los problemas comunes en la región?
–La agudización del
modelo extractivo, de saqueo minero y avance agroindustrial. Con lamentables
pérdidas humanas en todo el continente. Se subordina la agricultura a la lógica
de las multinacionales. El acaparamiento de tierras, los procesos de reforma
agraria frenados, el avance de nuevas semillas transgénicas y el uso de
agrotóxicos de manera indiscriminada. Y es cada vez más notoria la pérdida de
autoabastecimiento de alimentos. En Brasil y Argentina los asesinatos de
campesinos comienzan a ser más frecuentes.
–¿Cuál es la
estrategia de la CLOC?
–Articular todas
las luchas que ya existen, continentales y locales, fuerte apuesta a la
comunicación, desarrollo de la autodeterminación política, apostar a la
diversidad continental. También la formación, con escuelas e institutos. Y la
articulación con otros movimientos sociales.
–¿Cómo
interpretan que sea en este momento político de la región cuando más avanza el
modelo extractivo?
–Falta que se
consoliden nuevos proyectos de desarrollo. Existe una gran colonización y tiene
que ver con la enorme fuerza del capitalismo en el continente. Los gobiernos,
en su gran mayoría, no han logrado provocar cambios estructurales en las
instituciones, en los Estados, y la dinámica de acumulación del capital les
sigue siendo afín. Nuestra estrategia global debe romper esas dinámicas y
lograr cambios estructurales. Desde la CLOC planteamos una lucha frontal a la
ofensiva de las transnacionales, pero también las alternativas: agroecología,
soberanía alimentaria, reforma agraria integral.
–El 17 de
abril es el Día Internacional de la Lucha Campesina , en conmemoración del asesinato
de 19 campesinos en Brasil. ¿Cómo lo conmemoran?
–Se harán
movilizaciones en todo el continente y en todo el mundo, ya que es una jornada
de lucha internacional de la Vía Campesina. El MNCI moviliza en diez
provincias, con distintos tipos de actos, y también habrá marchas a la Embajada
de Paraguay en reclamo por la liberación de los presos políticos de la Masacre
de Curuguaty, donde no hay ni policías ni funcionarios imputados, pero sí
campesinos presos, incluso una compañera embarazada.
–Hace dos
años, un 17 de abril, fue la primera vez que organizaciones campesinas
presentaron en el Congreso nacional el proyecto de freno a los desalojos. Tuvo
apoyo de muchos sectores, muchos del oficialismo. ¿Por qué no se aprobó?
–En el Parlamento
no ha habido convencimiento, probablemente en el Ejecutivo tampoco, porque si
no se hubiera aprobado. Pero valoramos el espacio amplio que armó esa ley y que
incluso instaló el tema de la tierra en el Parlamento.
–En ningún
caso de asesinatos en el campo hubo condena de funcionarios de primera línea.
¿Cómo entienden ese silencio y la alianza del Ejecutivo nacional con
gobernadores que ustedes cuestionan en las provincias?
–Tiene que ver con
la dinámica de la democracia y la política de hoy. El sistema institucional no
se construyó sobre valores éticos que son los que nosotros defendemos. Y cuando
se entra en la disputa del poder del Estado hay reglas que no se dicen pero que
tienen que ver con esa dinámica de construcción de poder electoral. Con el
asesinato de Cristian Ferreyra tuvimos la solidaridad de mucha gente del
Gobierno. También es cierto que ni la Presidenta ni ministros se expresaron
públicamente sobre el tema. Y tiene que ver con las alianzas electorales.
–En los
comunicados del MNCI queda explícita la denuncia a las corporaciones
extractivistas. ¿Cuál es la caracterización que hacen del Gobierno?
–Creemos que este
gobierno ha sido un avance. La integración latinoamericana, los derechos
humanos. Sin embargo, en la política agropecuaria y el uso de bienes naturales
el Gobierno está condicionado por los intereses de la coyuntura inmediata y por
el desarrollo de planes como el PEA (Plan Estratégico Agroalimentario), donde
gran parte de la academia y la ciencia proclaman y difunden las políticas de
las transnacionales. Desde el Ministerio de Ciencia se impulsan cada día cosas
más aterradoras, la bioexportación, formas de “economía verde” que son
mercantilizar la naturaleza en beneficio de las corporaciones. Hay una gran
contradicción del Gobierno y esa contradicción comienza a aflorar, dentro y
fuera del Gobierno.
–¿Cómo
interpretan esa contradicción?
–Es sostenido el
aumento del precio de los alimentos y que sólo se resolverá modificando el
modelo, con soberanía alimentaria. El rol geopolítico como proveedor de commodities,
el uso indiscriminado de agrotóxicos, el desmonte masivo, la expulsión de
campesinos, el crecimiento de ciudades superdesequilibradas. Son todos límites
que hay que cambiar. Con el modelo extractivo de megaminería y agronegocios no
se puede profundizar la democracia.
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-218195-2013-04-17.html
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