Ecuador: Declaratoria del Foro "Semillas y
soberanía
alimentaria en riesgo"
13 de julio de 2016
La sociedad
civil en Ecuador responde frente a la intención de crear una nueva Ley de
Semillas. Un documento útil para la defensa de las semillas en todo el
continente.
DECLARATORIA DEL FORO
“SEMILLAS Y SOBERANÍA ALIMENTARIA EN RIESGO”
Nosotras y nosotros,
representantes de movimientos campesinos, indígenas, montubios,
afrodescendientes y organizaciones sociales, tras analizar la situación que
atraviesa el sector agrícola en relación a las semillas, y los debates que se
están generando en torno a la
nueva Ley de Semillas promovida por la Asamblea Nacional
del Ecuador, declaramos lo siguiente:
1.
La semilla es un bien común que pertenece ala humanidad. No puede
ser objeto de apropiación por parte de intereses privados, ni por parte del
Estado. Al igual que el aire, el
sol , o la sonrisa de nuestros hijos, pertenece por igual a
cada ser humano sobre el planeta, y no puede ser tratada como un recurso
estratégico por parte de ninguna nación o interés en particular. El acceso a la
semilla es un derecho humano básico, e incluye el derecho a adquirir, adaptar,
mejorar, multiplicar, intercambiar, regalar y vender las semillas. Y lo es además
por razones prácticas: de este derecho dependen la soberanía alimentaria hoy y
la alimentación futura de nuestra especie.
La semilla es un bien común que pertenece a
2.
Nos preocupa ver que en otros países se han implementado leyes que limitan este derecho, que imponen el registro obligatorio a toda semilla y de esta forma impiden su libre circulación y manejo por parte dela población. Estas
legislaciones derivan de los
acuerdos del UPOV 91, convenio internacional que regula los derechos de
obtentores vegetales, y otras regulaciones internacionales que obligan a los
países firmantes a crear sistemas nacionales de control de semillas, con
catálogos llenos de requisitos técnicos donde en la práctica ingresan
mayoritariamente semillas comerciales uniformizadas, híbridos y transgénicos,
mientras el resto es excluido.
Nos preocupa ver que en otros países se han implementado leyes que limitan este derecho, que imponen el registro obligatorio a toda semilla y de esta forma impiden su libre circulación y manejo por parte de
Estas leyes benefician a las empresas de gran
capital, en detrimento de los intereses de la población. Estamos
asistiendo a la apropiación de la capacidad reproductiva de la Naturaleza por
parte de capitales privados, con el beneplácito y facilitación de los Estados.
Recordamos que el Ecuador no es firmante del
tratado UPOV 91, y que por el contrario nuestra Constitución de la República
explícitamente contradice dicho tratado y defiende a la Soberanía Alimentaria
y los derechos de la población sobre el acceso a la semilla. El artículo
281, literal 6, nos dice que será responsabilidad del Estado: “Promover la
preservación y recuperación de la agrobiodiversidad y de los saberes
ancestrales vinculados a ella; así como el uso, la conservación e intercambio
libre de semillas.”
3.
Actualmente el estado ecuatoriano es miembro de una alianza que incluye a gigantes del sector semillero como Monsanto y Syngenta, empresas locales como Agripac y Ecuaquímica, y organismos estatales como el INIAP y Agrocalidad, tal como se puede ver en el sitio web de la Asociación Ecuatoriana de Productores de Semillas, ECUASEM: www.ecuasem.org. Nos preocupa el evidente conflicto de intereses que surge de esta alianza, y no dejamos de percibir que en ninguna asociación similar figura el Estado como aliado de organizaciones campesinas, asociaciones de productores, otras organizaciones del campo o grupos de consumidores. Consideramos que las voces de pequeños y medianos productores, incluyendo los sectores de agricultura familiar y de cultivo orgánico y agroecológico, deben ser tomadas en cuenta en el debate sobre la ley de semillas, y deben ser vinculantes.
Actualmente el estado ecuatoriano es miembro de una alianza que incluye a gigantes del sector semillero como Monsanto y Syngenta, empresas locales como Agripac y Ecuaquímica, y organismos estatales como el INIAP y Agrocalidad, tal como se puede ver en el sitio web de la Asociación Ecuatoriana de Productores de Semillas, ECUASEM: www.ecuasem.org. Nos preocupa el evidente conflicto de intereses que surge de esta alianza, y no dejamos de percibir que en ninguna asociación similar figura el Estado como aliado de organizaciones campesinas, asociaciones de productores, otras organizaciones del campo o grupos de consumidores. Consideramos que las voces de pequeños y medianos productores, incluyendo los sectores de agricultura familiar y de cultivo orgánico y agroecológico, deben ser tomadas en cuenta en el debate sobre la ley de semillas, y deben ser vinculantes.
Nos preocupa también la insistencia por parte
del Estado de apoyar un sector en particular del agro ecuatoriano, el sector
agroindustrial, por medio de subsidios y asesoría técnica orientadas al uso de
semillas industriales certificadas y su paquete tecnológico. Testimonios del
sector campesino, como en el caso de Mocache en este año 2016, indican que el
uso de la semilla certificada y su paquete tecnológico han llevado a la
destrucción de los suelos y los ecosistemas, a una pérdida total de
productividad y al consiguiente empobrecimiento de la población. En el
marco de un modelo agrícola donde los campesinos dependen del endeudamiento y
los encadenamientos productivos, estas crisis representan para muchos la
pérdida de sus tierras y otros bienes. Por lo tanto, consideramos que la semilla
certificada en el Ecuador dista de ser una solución para todo el sector
campesino, y exigimos que se respeten y apoyen los modelos alternativos, más
sostenibles, que se están desarrollando en el agro ecuatoriano.
4.
Señalamos que el sector agroindustrial sostiene que la certificación obligatoria es necesaria en base a dos puntos, fácilmente rebatibles y que no tienen sustento científico actualizado:
Señalamos que el sector agroindustrial sostiene que la certificación obligatoria es necesaria en base a dos puntos, fácilmente rebatibles y que no tienen sustento científico actualizado:
La agroindustria
sostiene que la baja productividad es causada por el uso de semilla sin
certificar. Este punto es falso por varias razones:
La productividad en Ecuador se encuentra afectada por el agotamiento de los suelos y ecosistemas, fruto del modelo agroindustrial.
En realidad la productividad depende directamente de la adaptación de la semilla a las condiciones locales. En un país megadiverso como el Ecuador, esto significa que la semilla debe ser adaptada a distintas zonas climáticas, labor que los campesinos vienen realizando desde el inicio dela agricultura. En un
futuro de escasez energética y cambio climático, es esencial que esta labor se
intensifique.
La productividad no se puede medir solamente en toneladas métricas de un producto, que además se evalúa solo por su valor comercial para la gran industria. Hay que tomar en cuenta otros factores, como la eficiencia energética, donde la agricultura campesina y familiar derrota fácilmente ala industria. Otra
forma muy importante de evaluar la productividad es la propuesta por la
defensora de las semillas Vandana Shiva: la medición de la Salud por Hectárea,
que evalúa la cantidad de nutrientes reales y otros beneficios que se producen
en el cultivo; de acuerdo a estos parámetros, las huertas y fincas
diversificadas, agroecológicas, son las unidades más productivas del planeta.
La agroindustria sostiene que el libre flujo de semillas representa una amenaza sanitaria pues la semilla no certificada lleva plagas y enfermedades. Dos puntos nos sirven para rebatir esta noción:
La productividad en Ecuador se encuentra afectada por el agotamiento de los suelos y ecosistemas, fruto del modelo agroindustrial.
En realidad la productividad depende directamente de la adaptación de la semilla a las condiciones locales. En un país megadiverso como el Ecuador, esto significa que la semilla debe ser adaptada a distintas zonas climáticas, labor que los campesinos vienen realizando desde el inicio de
La productividad no se puede medir solamente en toneladas métricas de un producto, que además se evalúa solo por su valor comercial para la gran industria. Hay que tomar en cuenta otros factores, como la eficiencia energética, donde la agricultura campesina y familiar derrota fácilmente a
La agroindustria sostiene que el libre flujo de semillas representa una amenaza sanitaria pues la semilla no certificada lleva plagas y enfermedades. Dos puntos nos sirven para rebatir esta noción:
No hay estudios científicos que demuestren que este sea un problema amplio en el país. Por el contrario, tenemos la evidencia empírica de que el campesinado no ha dejado de intercambiar semilla a nivel nacional, y esto no ha generado epidemias.
Los productores agroecológicos en el país han demostrado que los organismos considerados plagas y enfermedades pueden convivir en un cultivo diversificado sin causar problemas, si el suelo es fértil y la semilla ha sido adaptada localmente. La expansión de estos organismos al nivel de plagas y enfermedades es causada por el monocultivo, el uso de agrotóxicos, el debilitamiento del suelo y el uso de semilla mal adaptada, es decir por la aplicación del modelo agroindustrial.
5.
Consideramos que una ley de semillas en el Ecuador debe enfocarse enla Soberanía Alimentaria ,
la ancestralidad, la diversidad, el diálogo de saberes, la interculturalidad,
el intercambio permanente de recursos genéticos y conocimientos asociados. En
este sentido consideramos que la propuesta de ley elaborada por la COPISA, con
el aporte de más de 500 organizaciones sociales, presenta avances considerables
en esta dirección y debe ser la que se mantenga y convierta en nueva ley de
semillas, con pocos cambios que no afecten a los derechos de la población
respecto a la
semilla. Recordamos que la ley mencionada no es sólo una ley
de semillas, sino que es una Ley Orgánica de Agrobiodiversidad, Semillas y
Fomento Agroecológico, puesto que son temas ligados y así lo reconoce y
dictamina la Ley Orgánica
del Régimen de la
Soberanía Alimentaria.
Consideramos que una ley de semillas en el Ecuador debe enfocarse en
6.
Señalamos que frente a la semilla certificada no hay solamente un tipo de semilla, sino muchos, resultado lógico de la diversidad ecológica y cultural de nuestra tierra. Las semillas que defendemos son: la semilla campesina, la nativa, la criolla, la orgánica, la ancestral, la patrimonial, la de importancia ecológica o cultural. Todos estos conceptos tienen gran relevancia para distintos sectores económicos y sociales en el país. Todas estas semillas tienen alta diversidad genética y variabilidad, son resilientes y adaptables, y responden a la identidad cultural. Son ideales para que la población pueda seguir generando agrobiodiversidad, puesto que ésta es el resultado directo de una cultura campesina viva que practica continuamente procesos de selección y multiplicación de semillas. De acuerdo a la Enciclopedia de las Plantas Útiles del Ecuador (De la Torre et al, 2008) en nuestro país existen 5.172 especies vegetales que son utilizadas porla población. Ese es el patrimonio que está en riesgo si se limita el
acceso a las semillas y si se introduce contaminación genética. La semilla
certificada industrial es notablemente pobre en diversidad genética, y propone
tan sólo unas pocas especies para la alimentación.
Señalamos que frente a la semilla certificada no hay solamente un tipo de semilla, sino muchos, resultado lógico de la diversidad ecológica y cultural de nuestra tierra. Las semillas que defendemos son: la semilla campesina, la nativa, la criolla, la orgánica, la ancestral, la patrimonial, la de importancia ecológica o cultural. Todos estos conceptos tienen gran relevancia para distintos sectores económicos y sociales en el país. Todas estas semillas tienen alta diversidad genética y variabilidad, son resilientes y adaptables, y responden a la identidad cultural. Son ideales para que la población pueda seguir generando agrobiodiversidad, puesto que ésta es el resultado directo de una cultura campesina viva que practica continuamente procesos de selección y multiplicación de semillas. De acuerdo a la Enciclopedia de las Plantas Útiles del Ecuador (De la Torre et al, 2008) en nuestro país existen 5.172 especies vegetales que son utilizadas por
Afirmamos también que estas semillas poseen
características y atributos culturales, ecológicos, sociales, nutricionales,
entre otros, que determinan su calidad. Por lo tanto, no se puede imponer un
concepto de calidad basado en parámetros técnicos, iguales a los utilizados
para certificar la semilla agroindustrial. Solamente quienes guardan y usan
estas semillas pueden establecer sus parámetros de calidad.
7.
Por tanto, declaramos que:
NO debe imponerse ninguna forma de regulación, registro o certificación a las semillas nativas, criollas, campesinas, ancestrales, orgánicas o patrimoniales, ni a ninguna otra forma de reproducción de este germoplasma por parte de la población, incluyendo plantines, pilones, o árboles.
NO debe limitarse en manera alguna el derecho de la población a guardar, transportar, intercambiar y vender sus semillas, de acuerdo a sus criterios culturales y formas de manejo propias.
NO debe declararse a la semilla “recurso estratégico del Estado” ni ninguna otra categorización que atente contra la propiedad y el libre uso de la semilla por parte de los pueblos y nacionalidades.
SÍ debe imponerse un control a las semillas de tipo industrial, manejadas por empresas de grandes capitales. Se debe incluir en este control la prohibición explícita a toda forma de privatización de la semilla campesina, nativa, criolla, ancestral, patrimonial, y de importancia ecológica o cultural.
SÍ debe mantenerse la prohibición constitucional a los transgénicos y debe reglamentarse este mandato constitucional, mediante la creación de los organismos de regulación pertinentes, reglamentación y sanciones.
SÍ debe mantenerse la prohibición constitucional de otorgar Derechos de Propiedad Intelectual (patentes) sobre organismos vivos y conocimientos ancestrales. Estos tampoco son recursos estratégicos que el Estado pueda otorgar al mejor postor; son bienes comunes que pertenecen a toda la población y a la Naturaleza misma.
Por tanto, declaramos que:
NO debe imponerse ninguna forma de regulación, registro o certificación a las semillas nativas, criollas, campesinas, ancestrales, orgánicas o patrimoniales, ni a ninguna otra forma de reproducción de este germoplasma por parte de la población, incluyendo plantines, pilones, o árboles.
NO debe limitarse en manera alguna el derecho de la población a guardar, transportar, intercambiar y vender sus semillas, de acuerdo a sus criterios culturales y formas de manejo propias.
NO debe declararse a la semilla “recurso estratégico del Estado” ni ninguna otra categorización que atente contra la propiedad y el libre uso de la semilla por parte de los pueblos y nacionalidades.
SÍ debe imponerse un control a las semillas de tipo industrial, manejadas por empresas de grandes capitales. Se debe incluir en este control la prohibición explícita a toda forma de privatización de la semilla campesina, nativa, criolla, ancestral, patrimonial, y de importancia ecológica o cultural.
SÍ debe mantenerse la prohibición constitucional a los transgénicos y debe reglamentarse este mandato constitucional, mediante la creación de los organismos de regulación pertinentes, reglamentación y sanciones.
SÍ debe mantenerse la prohibición constitucional de otorgar Derechos de Propiedad Intelectual (patentes) sobre organismos vivos y conocimientos ancestrales. Estos tampoco son recursos estratégicos que el Estado pueda otorgar al mejor postor; son bienes comunes que pertenecen a toda la población y a la Naturaleza misma.
Hacemos un llamado a
toda la población a defender estos puntos, de los cuales depende nuestro futuro
y el de nuestros hijos e hijas.
8.
Finalmente, proponemos que se incluya en la ley y en las reglamentaciones subsiguientes:
Finalmente, proponemos que se incluya en la ley y en las reglamentaciones subsiguientes:
Que el Estado debe
estimular la producción de semillas campesinas adaptadas a nivel local y su
libre circulación, mediante:
la concientización a la población sobre sus características e importancia,
la creación de espacios y sistemas de comercialización e intercambio, tales como ferias, festivales, concursos, etc.,
la capacitación orientada al fitomejoramiento campesino, incluyendo semilla en sistemas agroecológicos,
el reconocimiento de los aportes de la población desde los saberes ancestrales, las distintas cosmovisiones de los pueblos del Ecuador, las prácticas autónomas de las familias y comunidades en los procesos de creación continua de la agrobiodiversidad a nivel local,
Que se debe facilitar al acceso de la población a los bancos de germoplasma del INIAP, mediante convenios sencillos y con seguimiento que lleven a una multiplicación de la semilla y al fortalecimiento de dichos bancos.
Que se debe reglamentar y financiar la defensa del país contra la contaminación transgénica.
Que se debe facilitar el acceso de semilleristas locales a germoplasma procedente del extranjero para especies no nativas de reciente inclusión en la cultura alimentaria nacional, tales como las hortalizas. Esto con el objetivo de que la población pueda iniciar un proceso de selección y fitomejoramiento local para criollizar estas semillas, de manera similar a la que se viene dando con el arroz o la col desde siglos pasados.
Que el objetivo en general del Estado debe ser velar por la agrobiodiversidad, la diversificación de las semillas y la soberanía de la población sobre las semillas, y defender los intereses de la población por sobre los de los grandes capitales privados. En este sentido, la ley de semillas debe reflejarse en todos los mecanismos de reforma institucional del Estado, leyes comola de Aguas y de Tierras,
Código de Ingenios, normas sanitarias y buenas prácticas de manejo de
Agrocalidad y del ARCSA, Acuerdo Comercial con la Unión Europea y
todos los otros que correspondan.
la concientización a la población sobre sus características e importancia,
la creación de espacios y sistemas de comercialización e intercambio, tales como ferias, festivales, concursos, etc.,
la capacitación orientada al fitomejoramiento campesino, incluyendo semilla en sistemas agroecológicos,
el reconocimiento de los aportes de la población desde los saberes ancestrales, las distintas cosmovisiones de los pueblos del Ecuador, las prácticas autónomas de las familias y comunidades en los procesos de creación continua de la agrobiodiversidad a nivel local,
Que se debe facilitar al acceso de la población a los bancos de germoplasma del INIAP, mediante convenios sencillos y con seguimiento que lleven a una multiplicación de la semilla y al fortalecimiento de dichos bancos.
Que se debe reglamentar y financiar la defensa del país contra la contaminación transgénica.
Que se debe facilitar el acceso de semilleristas locales a germoplasma procedente del extranjero para especies no nativas de reciente inclusión en la cultura alimentaria nacional, tales como las hortalizas. Esto con el objetivo de que la población pueda iniciar un proceso de selección y fitomejoramiento local para criollizar estas semillas, de manera similar a la que se viene dando con el arroz o la col desde siglos pasados.
Que el objetivo en general del Estado debe ser velar por la agrobiodiversidad, la diversificación de las semillas y la soberanía de la población sobre las semillas, y defender los intereses de la población por sobre los de los grandes capitales privados. En este sentido, la ley de semillas debe reflejarse en todos los mecanismos de reforma institucional del Estado, leyes como
Finalmente, que la nueva ley de semillas debe
servir para construir un nuevo modelo agrario, que busque la sostenibilidad,
que se oriente a la producción de alimentos para la población, que fomente la
economía local diversificada, que promueva la Soberanía Alimentaria
y el Buen Vivir, que reconozca los saberes y prácticas ancestrales de los
pueblos y nacionalidades del país, que defienda a la agrobiodiversidad y las
semillas como un patrimonio y un derecho natural de los pueblos y no como un
recurso estratégico del Estado o de las empresas privadas, que comprenda que la
agrobiodiversidad es el fruto de un proceso dinámico y permanente de la
Naturaleza, la cultura y la economía.
Participaron y
aprobaron esta declaratoria: COPISA, Observatorio del Cambio Rural, Red de
Guardianes de Semillas, Colectivo Nacional Agroecológico, Campaña Al Grano,
Coordinadora Nacional Campesina Eloy Alfaro, y unos 120 participantes a título
personal.
Dado en Quito, a 6
días del mes de julio de 2016.
Documento en PDF:
Fuente: http://www.biodiversidadla.org/Principal/Secciones/Documentos/Ecuador_Declaratoria_del_Foro_Semillas_y_soberania_alimentaria_en_riesgo
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