Mendoza es urgente
21 de diciembre de 2019
La Legislatura de Mendoza modificó
una ley de protección del agua para beneficiar la megaminería: habilita la
utilización de químicos que estaban prohibidos por su peligrosidad. Un pueblo
movilizado y no escuchado. El hermético silencio de los grandes medios de
comunicación para la discusión no salga del ámbito provincial. Todo bajo los
aparentes e irrenunciables beneficios del progreso.
Por Marcelo Musante (*)
¿Qué es
eso que llama “progreso”? ¿Qué significa esa palabra aparentemente aséptica de
“desarrollo”? Dos palabras que muchas veces aparecen como desideologizadas. “No
se puede ir contra el desarrollo” se suele escuchar.
La Legislatura de Mendoza Mendoza es urgente la modificación la ley provincial
Nº7722, llamada “Ley de protección del agua”, que habilita la utilización de
químicos, como el cianuro y ácido sulfúrico por ejemplo, para beneficiar a
grandes empresas y desarrollar la minería a cielo abierto en la provincia.
Tuvo el apoyo de los legisladores y legisladoras del radicalismo y
el justicialismo. No hubo grieta. Mientras organizaciones sociales,
ambientalistas y miles de personas marcharon en toda la provincia para reclamar
que no se modifique la ley y mantener la protección del agua, el gobierno
provincial del radical Rodolfo Suárez valló
la Legislatura.
La noticia prácticamente no circuló en medios nacionales, ni
siquiera en las redes sociales fue “trending topic”. Algo que no pareciera ser
tan difícil, ni siquiera eso. Un síntoma.
Tampoco se vieron imágenes de la marcha en Buenos Aires a la Casa
de la Provincia de Mendoza. Mientras en el Congreso Nacional se debate la Ley
de Emergencia esto no parece ser una “emergencia” para la clase política, ni los
grandes medios.
Las y los legisladores mendocinos volvieron con los discursos
sobre los beneficios que llegarán para las comunidades donde se desarrollarán
los proyectos mineros. Trabajo para los jóvenes, mejoramiento de la economía
local, restaurantes, hoteles, etc.
Nada de esto se sostiene en el tiempo. Cuando se termina la
explotación no queda nada ni nadie. Sólo ríos, tierra y gente contaminada.
El progreso también fue, es, un eufemismo para asesinar y
desalojar a las comunidades indígenas y campesinas y ocupar los territorios.
Incluso, la palabra progresos fue utilizado por las dictaduras y el
neoliberalismo para avanzar contra las conquistas laborales de la clase
trabajadora. Había que erradicar los obstáculos al progreso.
Por qué no preguntarse qué tipo de desarrollo, a qué costo,
quiénes serán los beneficiados y quiénes serán los muertos. Por eso Mendoza es
urgente.
Y no es una discusión local. Por más que existen jurisprudencias
provinciales sería fundamental que Juan Cabandié, por ejemplo, como ministro
nacional de Ambiente y Desarrollo Sostenible siente una posición política y
pública.
Pero esto no es nuevo, se repitió en todos los gobiernos desde
María Julia Alsogaray hasta Sergio Bergman. Sería un buen momento para que esas
dudas que generó la nula experiencia del nuevo ministro se disipen, por lo
menos, con un posicionamiento.
Si no quedará en evidencia que la elección de una persona hijo de
desaparecidos, reconocido en el campo de los derechos humanos, fue ubicada en
este cargo sólo como un reconocimiento a su militancia y quitándole peso
político real al área.
Es necesario que el nombre del ministerio “Ambiente y Desarrollo
Sostenible” se haga territorio para ver qué tipo de desarrollo privilegia y si
no va a repetir la actuación de todos los gobiernos anteriores para los que la
palabra “desarrollo” significaba “desarrollo empresarial”.
Mendoza es urgente. Ahora y para el futuro. No puede una ley de
esta importancia para una provincia y un país modificarse para beneficiar la
minería a cielo abierto y sin ningún tipo de consulta popular. Ya lo hemos
visto en lugares como Veladero en San Juan con cada derrame y contaminación que
produce la Barrick Gold.
Mendoza es urgente, por las y los legisladores que legislaron a
espaldas del pueblo con las grandes empresas mineras que escriben sus palabras.
El pueblo de Mendoza ocupa las calles y no lo escuchan. Ponen el
cuerpo a riesgo de muertes, represiones y detenciones. Mendoza es urgente y el
silencio cómplice.
(*)
Sociólogo.
Fuente: https://www.anred.org/2019/12/21/mendoza-es-urgente/
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