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20 de julio de 2020

Es imprescindible frenar hasta erradicar a los extractivismos

Reflexiones sobre desafíos urgentes

Elena Cedrón

En el año 2019, la emergencia climática como resultado de la ecológica y la social movilizó a adolescentes y jóvenes para exigir a los gobiernos e instituciones mundiales se responsabilicen por encaminar soluciones de modo urgente porque dichas emergencias amenazan de extinción a la vida planetaria. 

Sin embargo, el sistema mundo capitalista continuó acelerando el crecimiento lucrativo de sus oligopolios a expensas de ecocidios y genocidios como lo demostraron los incendios en distintas latitudes de selvas y bosques donde las biodiversidades alcanzan su mayor expresión y por tanto, también son máximos los equilibrios ecológicos. Son milenios de coevolución que el capitalismo mundializado y sus locales los están aniquilando sólo para súper negocios oligopólicos de corto plazo por su mayúscula vulnerabilidad e inestabilidad ecológica.

Repitamos el capitalismo para acumular riquezas y poder en el 1% de la humanidad arrasa esos patrimonios ecosociales que son frutos de la coevolución de millones de años de los distintos subsistemas del planeta Tierra que lo vuelven habitable.

Nos ha subsumido en crisis civilizatoria como lo prueba, de modo mayúsculo, que en el año 2020 las imposiciones gubernamentales ante el Covid-19 sean las que había en el medioevo instaurando así la involución sensible, afectiva y comunal de la humanidad. Además consolida su expropiar a las grandes mayorías de los saberes universitarios e indígenas de siglos. Aún más, está condenando a la muerte de millones en el planeta y sobre todo, en los países donde los trabajadores y la naturaleza están sometidos a sobrexpoliación por el contubernio de capitales y estados imperialistas con los locales. Estamos ante la disyuntiva formulada por Rosa Luxemburgo «barbarie o socialismo» que hoy debe ser «capitalismo o comunismo» entendiendo por el último al sistema social mirando por los bienes comunes (sociales y naturales) y construido por confederación (sin fronteras ni muros vigentes hoy) de comunidades autónomas en cada país plurinacional, en el Abya Yala pluriverso y en un mundo unido por el internacionalismo revolucionario.

Hoy urge, abajo y a la izquierda coherente en su comunismo, suscitar el involucramiento de una creciente mayoría en la lucha socioecológica de autoorganizaciones populares por erradicar los extractivismos o la criminalidad de lesa humanidad y lesa naturaleza del capitalismoEs poner fin a los extractivismos y sus autoritarismos que fragmentan nuestros países en enclaves y neofeudos. Por tanto, debemos generalizar 
el compromiso con la liberación de nuestros territorios y trabajos del Capital Estado. Concretarlo desde transformarlos, primero, en  comunales y luego articularlos entre sí mediante programa de elaboración conjunta (por un creciente número de comunidades urbanas, rurales e indígenas) de la «reforma agraria integral» anticapitalista, antiimperialista, antilatifundista, antirracista, antipatrialcal y decolonial. Que haga a la recuperación de los bienes comunes y vuelva pasado a los bienes privados y sus mentirosos bienes públicos.

La «reforma agraria integral» mira hacia la soberanía alimentaria de cada integrante de la plurinacionalidad cuya unión haga a las soberanías energética e hídrica. También procure constituir el poder de los pueblos de crear sus buenos vivires convivires que implica ante todo compromiso con la Salud de la Madre Tierra. En fin, es involucramiento con la defensa de la heterogeneidad ecológica y con su optimización en la Amazonia, El Impenetrable y todas las selvas, los bosques. 

Esta perspectiva de l
a «reforma agraria integral» más allá de la agricultura-ganadería y de la distribución demográfica sustentable a la vez que humanista, nos interpela a generalizar el aprecio hacia los pueblos indígenas cuyo trabajo de siglos posibilitó esos biomas de máximo equilibrio ecológico y nos enseñan cuán importante es crear comunalidades.

Pero necesitamos ser creciente mayoría para poner en práctica a esas transformaciones. De ahí ante: 
Esta inflexión histórica de la humanidad, lo más prioritario es generalizar la superación de convocatorias a unirnos contra la derecha explícita porque el PJ se homogeneizó hacia la derecha camaleónica de resultas de la derrota infringida por los terrorismos paraestatal-estatal y por la democracia mirando a participar de negocios de las transnacionales. Por cómo la democracia vigente está constituida y funciona, la unión entre les diverses de abajo no puede ser en apoyo al gobierno FF o para exigirle que atienda demandas de les diverses de abajo. Pues se trata, por un lado, de asumir la gravedad socioecológica a que nos conduce el Capital y su gobierno Estado en todas las jurisdicciones. Por otro lado, estamos en una crisis estructural del capitalismo mundializado que lanzó una poderosa ofensiva internacional contra los pueblos y la naturaleza para resolverla a su favor.
 
De las conductas gubernamentales y mediáticas ante el Covid-19 se originan la actual maximización de la paranoia e hipocresía propias al control del sistema mundo sobre la humanidad. Frente a esta catastrófica hegemonía cultural e ideológica nos urge reflexionar sobre qué Federico Mare y Ariel Petruccelli nos advierten:
"Desde luego que aquellas personas que consideren poco probable una alternativa socialista, una quimera perimida delsiglo XX corto, no tienen por qué embellecer formas específicas del capitalismo, ni se hallan condenadas a brindar explicaciones poco consistentes de los procesos actuales. Sin embargo, es esto lo usual en el panorama intelectual contemporáneo.

Pero las agudas contradicciones del capitalismo se hallan en la base de todo cuanto está aconteciendo en el mundo en estas últimas décadas. La inviabilidad de un crecimiento económico infinito en un planeta finito es algo evidente".

Pero, como Federico Mare y Ariel Petruccelli señalan, chocamos conque: "el discurso público mayoritario, a un lado y otro de las fronteras ideológicas internas del capital (conservadores y progresistas, liberales y populistas, ortodoxos pro-mercado y heterodoxos estatistas), se omita o minimice la vinculación de la pandemia actual con la problemática ambiental, se hable lo menos posible de la relación del capitalismo con esta última, y se contraponga burdamente salud y economía. Por lo mismo, tampoco es de extrañar que, en la polarizada Argentina de la grieta, la política del ASPO dispuesta por el gobierno nacional peronista sea apoyada –y replicada con celo a nivel local– por las tres provincias radicales (Mendoza, Jujuy y Corrientes), y también por CABA, controlada por el macrismo, las cuatro jurisdicciones opositoras de centroderecha".
"El abordaje típico se concentra en un nivel político superficial, ignorando pertinazmente tanto los fenómenos estructurales de larga duración, como la posibilidad agencial de cambiar las estructuras socioeconómicas: posibilidad siempre abierta, aunque con disímiles circunstancias y grados de factibilidad. En consecuencia, lo que predominan son flacos análisis. Flacos porque deben omitir datos obvios (como las escandalosas diferencias regionales), descartar preguntas reveladoras (¿por qué, por ej., hay tanta alarma con el COVID-19, cuya tasa de mortalidad se halla muy lejos de las de la desnutrición, el cólera, o el paludismo?) y evitar el cruce de variables o dimensiones (como ecología y capitalismo).
 
El resultado de todo esto es una pésima discusión pública de los problemas, junto a un desconcierto generalizado que no reconoce fronteras geopolíticas ni sociales. La humanidad parece ingresar al ojo de la tormenta de una crisis civilizatoria con los ojos vendados. Solo que, a diferencia de la diosa Temis, su balanza está descalibrada; y su espada, sin filo".Leer

De ahí la importancia de comenzar por multiplicar espacios en común de deliberación y toma de decisiones sobre los problemas fundantes de «buenos vivires convivires» entre les distintes de abajo hacia conformar una intelectualidad surgida de la síntesis de saberes de las diversidades populares. 

Se trata de hacer florecer sentipensares arraigados, desmonopolizados de los científicos e intelectuales mediáticos, lo que implica estar nosotres elaborando nuestra decolonización...en todo el país-continente y mundo.


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