Motín en el órgano de
represión del Estado
Por María Galindo (Rebelión)
Si te roban la policía no te sirve, si te violan la policía te re-victimiza,
si eres niño de la calle la policía te criminaliza, si eres puta la policía te
extorsiona, si eres grafitera la policía te reprime, si eres pobre la policía
no te atiende, si quien cometió delito contra ti tiene dinero o poder la
policía le vende tu caso por unos pesos. Si tienes problemas de violencia
machista, la policía te mandara conciliar y si por violencia machista te matan,
como ya estas muerta la policía no recabara pruebas, ni hará investigación
ninguna porque seguramente eres una mujer pobre. A título de lucha contra la
trata de mujeres la policía entra a patadas a los prostíbulos a hostigar a las
mujeres en situación de prostitución y cuando encuentran una menor la sacan
como a una delincuente exponiéndola a la más cruel de las intimidaciones.
A pesar de todo esto la policía tiene un
tremendo arraigo en la población boliviana porque los policías son sus hijos,
sus hermanos y sus padres. El vínculo entre policía y sociedad no es un vínculo
profesional sino una especie de parentesco, toda familia pobre aspira a tener
un policía y la magia del uniforme seduce a hombres y mujeres como se les diera
dignidad, poder relevancia social.
Sin embargo, cuando la policía es efectiva es
cuando de reprimir la rebeldía social se trata, cuando se trata de reprimir la
protesta social y cuando de cuidar al gobierno de turno se trata. La policía es
un órgano de represión del estado. Por eso cada uno de los comandantes
nombrados por el gobierno han sido premios a la represión policial, Farfán
premiado por la represión en Caranavi y Maldonado premiado por la represión en
Chaparina. La Policía es también parte de la estética del poder.
La policía es
la que les cuida de día y de noche a los todos los jerarcas del gobierno sabe a
qué hora y con quien se recogen, sus comentarios, sus chistes y sus mugres. Por
eso el motín policial es amenazante para el poder constituido, por eso el motín
policial es ofensivo y peligroso para el poder constituido, no porque es un
golpe de estado, sino porque es una muestra de la vulnerabilidad real del
gobierno.
No es la población la mayor y más necesitada
usuaria de la policía, es el gobierno quien más los necesita, es el gobierno
quien los utiliza y los tiene a su servicio 24 horas. También por eso el motín
policial con todas las frases insultantes lanzadas por la policía contra el
presidente y el gobierno son una muestra de un hecho político muy fuerte: la
policía está bien cerca de ellos no les respeta, no les aprecia, y no los
diferencia de ningún otro gobierno.
He estado arrestada en todas las comisarías de
la ciudad compartiendo celda con lavanderas dizque ladronas, con mujeres en
situación de prostitución dizque proxenetas y con alcohólicas alucinadas. Las
celdas con olor a orín, los baños sin agua, las lámparas sin foco, los teléfonos
sin línea. En esas celdas he comprendido que está más preso el policía de ese
círculo vicioso que la que está tras las rejas. La mugre de la comisaria de
madrugada y el cansancio de un policía que no se ha podido cambiar la ropa en
24 horas, su incapacidad de leer ni escribir fluidamente y el absurdo de sus
interrogatorios son para mí el rostro concreto del estado boliviano.
Hay que cambiar la policía Boliviana
claro que sí, y hay que pensar una sociedad donde la policía sea innecesaria.
No tiene porque la policía manejar las cárceles, ni las investigaciones
criminales, ni la violencia machista contra las mujeres, ni la lucha contra la
trata y tráfico de personas. Porque la policía en todos esos campos ha
convertido esos servicios en un botín y un motivo de abuso de poder. Hay que
cambiar la policía si y la universidad policial y los contenidos que aprenden
chicos y chicas en esas aulas, pero lamentablemente este gobierno ya no podrá
hacerlo. Ha perdido demasiado tiempo en desfiles, en distribución de prebendas
y en demagogia y manoseo. Ha perdido el respeto de la policía y no tendrá ya la
moral para realizar cambio alguno allí adentro. A partir de este motín policial
el gobierno será sujeto de chantaje policial igualito que todos los otros. Se
han puesto ellos mismos la soga al cuello.
Para quienes nos leen desde fuera de Bolivia
hay que decirles que acá no hay un golpe de Estado, es el gobierno que pretende
victimizarse para poder lavarse la
cara. Lo que hay en Bolivia es un proceso de cambio frustrado
por el propio gobierno de Evo Morales. Lo que hay en la policía boliviana es un
motín fundado en una exigencia salarial.
María Galindo.
Mujeres Creando. Bolivia
No hay comentarios:
Publicar un comentario