DE NUEVO AL FRENTE DEL
SERVICIO PENITENCIARIO FEDERAL
Marambio, el torturador preferido de Cristina Fernández
Oscar Castelnovo (Agencia Rodolfo Walsh)
(AW)No es tarea de los
abolicionistas elegir cuál dueño de los candados es el mejor para mantener en el
encierro a los pobres. Ninguno lo es. Pero sí corresponde al periodismo de
confrontación llamar a las cosas por su nombre. Al pan pan, al vino vino,
torturador al que flagela y
a los que matan: asesinos. Así, la decisión del gobierno nacional de reciclar al
experto en torturas, autor intelectual y encubridor de crímenes de personas
maniatadas, corrupto hasta la médula, Alejandro Marambio Avaría al frente
del Servicio Penitenciario Federal es una medida oprobiosa aunque no sorprende.
El nombramiento se halla en clara sintonía con su política: ninguna gestión al
frente del Estado mató y atormentó más hijos vulnerables del pueblo que el
kirchnerismo, a uno y otro lado de las rejas, después de la dictadura
cívico-militar..
Como podía esperarse, el primer día al
frente de la fuerza gris, miércoles 21 a la noche/ primeras horas del jueves 22,
hombres y mujeres de uniforme bajo el mando de Marambio apalearon a unas 20 chicas de la Cárcel de Ezeiza.
Las sacaron al frío de la madrugada a garrote sucio y allí las empaparon con
agua a presión. Luego, las metieron a los buzones, les tiraron gases y al grito
reiterado de “¡te vas a morir hija de puta, ya no está tu papá Hortel!”, se
lanzaban encima con colchones mientras sus cabezas rebotaban en el piso. Una de
ellas se halla vomitando sangre, al cierre de esta edición. En su acto de
reasunción, un día antes, Marambio había asegurado que la seguridad no se hace
a los palos.
Alejandro Marambio Avaría ya había sido titular del SPF desde
junio de 2007 hasta enero de 2011. Tuvo el respaldo ostensible de Néstor
Kirchner, Aníbal Fernández, Julio Alak y Cristina Fernández. Pero, el gran
cuestionamiento a su ferocidad represiva por organizaciones humanitarias,
sociales, políticas, de presos, cautivas y sus familias, determinaron su
alejamiento y reemplazo por Víctor Hortel. Luego de la “cinematográfica fuga”
de 13 presos del Complejo Penitenciario 1 de Ezeiza, armada días atrás,
renunció Hortel y el gobierno renombró a este personaje. Como puede apreciarse,
sin esfuerzos, resulta más peligroso para la sociedad el nombramiento que la
huída.
Contra todos y todas
Una de las primeras voces opositoras fue la del Premio Nóbel
de la Paz Adolfo
Pérez Esquivel, quien comparó la determinación con el
anterior empeño de designar al represor César Milani al frente del Ejército.
También se pronunció en contra la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo,
Estela de Carlotto, quien suele acompañar al kirchnerismo sin fisuras. En el
mismo sentido lo hizo la Procuración Penitenciaria de la Nación –organismo
autárquico que defiende los derechos de los privados de libertad-, a través de
su titular Francisco Mugnolo. Asimismo, se expresó Memoria Verdad y
Justicia, la Liga
Argentina por los Derechos del Hombre y una multitud de
organizaciones (ver comunicados más abajo).
Por su parte, Grupo de Estudios sobre Sistema Penal y Derechos
Humanos (Gespydh) del Instituto Gino Germani de la Facultad de Ciencias
Sociales de la Universidad de Buenos Aires, coordinado por Alcira Daroqui,
repudió y rechazó el nombramiento. Y en diálogo con esta Agencia, Daroqui
remarcó que “la “cuestión” de los derechos humanos del presente se ve una vez
más interpelada ante el nombramiento de Alejandro Marambio al frente del
Servicio Penitenciario Federal. El Gobierno Nacional garantiza a la corporación
penitenciaria que serán “protegidos y cuidados” tal cual la exigencia de varios
de sus representantes, ante denuncias de su accionar dentro de las cárceles. La
violación de los derechos humanos de las personas detenidas seguirán siendo,
puertas adentro de las cárceles, una
práctica penitenciaria cotidiana y su invisibilidad asegurada por la Dirección
de la Institución”.
“Rey del engome”
Como se sabe, la nefasta gestión Marambio dejó 180 muertes, en un
lugar donde nadie deber morir; una investigación de la PPN, conducida por
Daroqui y Carlos Motto, reveló que el 70 por ciento de los habitantes del
encierro había sido torturados (se cree, con razón, que el 30 restante por
ciento calló por miedo). Durante su mandato, Marambio fue llamado el “Rey del engome” (encierro en
la celda) por su política de “sectorización”. El eje central de tal engendro
consistía en el reagrupamiento de los presos y cautivas en base a su potencial
de conflictividad, inadaptabilidad al régimen o liderazgo «negativo para el
resto de la población», de acuerdo a las categorizaciones del SPF. En su
manifestación más “pura” la sectorización incluye aislamiento en la celda
individual 23 horas, disponiendo solo 60 minutos para ducharse, ir al patio y
hablar por teléfono.
Por su parte, el Programa
UBA XXII-Educación en Cárceles sufrió una embestida como nunca se habían
animado los grises en la etapa constitucional en más de 25 años. Al respecto,
Rodolfo “Cacho” Rodríguez, describió una diversidad de torturas aplicadas en la
época, y sostuvo que “el estado intervino con fuerzas de seguridad en
territorio universitario ¿Por qué atacó a la UBA y al Centro Universitario
Devoto de un modo que nunca había sucedido? A ningún fucionario le debiera
molestar la educación en las cárceles si solo consistiera en incorporar datos
en la cabeza de sujetos dóciles. Lo que irrita al poder y enfurecía a Marambio,
es el ámbito autogestivo real del CUD, sus denuncias de las violaciones a los
derechos de otros presos y presas, la visibilización de la corrupción, las
torturas, las muertes de evidente responsabilidad institucional y la atroz
complicidad de la corporación judicial. A los que él consideraba “denuncieros” los perseguía y les hacía la
“calesita” por todos los penales del país”.
Ensañamiento contra las mujeres en prisión
A principios de 2009, Marambio Avaría a la cabeza inicia la
matanza, directa o tercerizada, de chicas cautivas en la ex Unidad 3, actual
Complejo Penitenciario Federal Nº IV, más conocida como Cárcel de Mujeres de Ezeiza.
Así, fueron asesinadas Silvia Barby Nicodemo y RominaLa Colo Leotta (2009); Noelia Randone y Vanesa
García Ordoñez (2010); Ale La
Tucu Del Valle (2011); Yanina
Hernández Painnenfil, María Laura Acosta, Cecilia Bebu Hidalgo y Florencia La China Cuellar, en 2012.
Todas mujeres jóvenes, indóciles a la militarización y el
verdugueo. Las versiones más antojadizas corrieron para encubrir las verdaderas
responsabilidades. De acuerdo a las explicaciones difundidas, el SPF es
–indubitablemente- la entidad más eficaz del país en la ayuda al suicida. En su
ámbito ha logrado inmolaciones asombrosas, incluso algunas daban cuenta de
ahorcamientos desde una altura menor a la de la víctima o de suicidados que se
molieron a palos a sí mismos antes de morir. Con relación a las nueve chicas
ultimadas, también los grises argumentaron alteraciones mentales y hasta peleas
“entre ellas”. Lo cierto es que si alguna muchacha tenía problemas
psicológicos, entonces aún más debió ser resguardada y contenida. Si una de las
ellas sucumbió bajo la agresión de otra presa reclutada por el Servicio,
entonces se agrava la responsabilidad institucional Si existió una pelea,
supongamos, no inducida por los penitenciarios, nunca debió suceder porque para
evitarlas se suponen que están. Ya que nadie les paga para ser abonados a un
ring side letal.
Argentino Peloso Iturri
Un caso emblemático, para exhibir la
ferocidad de los grises en la
etapa Marambio contra los hombres y mujeres en el encierro es
el de Argentino Peloso Iturri, quien fue asesinado en la Prisión Regional
del Sur (cárcel federal) Unidad 9 de Neuquén. Los responsables son unos 15
penitenciarios, entre ellos un médico y un enfermero, quienes lo ultimaron con
palos reglamentarios, trompazos y patadas. El hecho ocurrió en abril de 2008 e,
inmediatamente, el director de ese Penal y Marambio, modificaron la escena del
crimen y encubrieron a los autores materiales. A pesar de los esfuerzos éstos
se hallan procesados por la repercusión pública del crimen a fuerza de la
denuncia popular, especialmente de los militantes de Zainuco.
Un testigo clave del caso Peloso Iturri,
que en el momento de los hechos estaba preso en ese penal, fue entrevistado por
la Agencia Walsh
–mientras revestía la condición de testigo protegido y ya se hallaba en libertad-.
Se trata de Luis “El Gallego” Abella.
El Gallego vio cada golpe y la porfiada
defensa de Peloso contra la multitud de grises armados que lo apalearon en su
celda, durante todo el trayecto al Servicio Médico y siguieron la paliza en ese
espacio. Así lo relató Abella: "Peloso ya había venido golpeado en una
pierna de otra unidad, pero se la bancaba, se defendió y resistió lo que pudo,
a piñas y hasta con los dientes, recuerdo que a uno le mordió la mano. En un momento
escucho que el enfermero Carilao, que ya estaba atendiendo a Peloso, dice 'la concha de mi madre'. Y le
preguntan '¿Qué pasa?'. 'Palmó', respondió Carilao. A Peloso ya le
habían pegado en las costillas con los borcegos, con los palos, en la cara. Lo rompieron todo.
Hasta matarlo".
Esos son los hombres de “la pesada” que -corruptela de por medio-
despliega tan buenas migas con Marambio.
“Los cobanis chorros”
Los negociados turbios caracterizaron toda la gestión marambista.
Uno de ellos, denunciado por esta Agencia en su momento, exhibe la impunidad
con que se manejaban “los cobanis chorros”. Casi 800 mil pesos que la provincia
del Chubut pagó al Servicio Penitenciario Federal nunca fue depositado en la
cuenta del organismo y sí fue retirado por ventanilla del Banco Nación,
generalmente en sucesivos montos de 40 mil pesos, con destino aún incierto. Los
pagos chubutenses, se realizaron en concepto de raciones, alojamiento, atención
médica, higiene y deuda histórica por aquellos presos de la Provincia que
permanecen detenidos en la Unidad 6 de Rawson, siendo esta una cárcel federal.
La denuncia la formuló el ex alcaide mayor Horacio Leguizamón,
quien fue echado de la institución con un vertiginoso pase a retiro impulsado
por Marambio. Mientras que los denunciados, por caso el prefecto y principal
implicado, Osvaldo Barnechea, ascendió dos grados y fue promovido a tesorero
nacional del SPF; Sixto Ferreira, auditor contable que recibió la denuncia de
Leguizamón, para luego desaparecerla, fue ascendido a inspector general y a
Jefe de Administración del Servicio; José Lera, por entonces titular de
Administración se retiró como inspector general, máximo cargo penitenciario con
jugosa jubilación. Tanto Claudio Barberá, retirado como inspector general, como
el actual director del Servicio Penitenciario Federal, Alejandro Marambio,
actuaron como encubridores, ya que ambos tenían pleno conocimiento de los
hechos, y no solo no emitieron una sola palabra reprobatoria, sino que
consintieron los ascensos de sus cobanis chorros a pesar de que éstos no pueden
ascender mientras dure el sumario. Marambio, a quien le llegó el expediente en
mano por una persona cercana a Leguizamón y también por la vía institucional,
afirmó que Leguizamón estuvo bien echado.
Homínidos arbóreos
Cada peso que roban los cobanis chorros significa, entre otras
cosas, bajar la calidad de vida, ya en permanente descenso de por sí, de los
seres caídos en desgracia enrejada. En plena época de Marambio, abril de 2009,
un detenido de la U6, a quien llamaremos Juan Pérez, envió una carta a la Procuración.
En el texto, Pérez le dice a los funcionarios: "Me dirijo a
Uds. para informarles que los internos alojados en el CRD (Centro de
Rehabilitación de Drogodependientes) de la U6 han presentado reclamos por
escrito ante la Dirección por la escasa ración alimentaria provista para los
catorce (14) del colectivo alojado. Como ejemplo, cito lo que se entrega
diariamente: 1 kg
de zanahoria, 2 kg
papas, 1 kg
cebollas, 1 kg.
de carne. Los alojados preparan con ello el almuerzo y la cena. No se desayuna ni merienda.
No se dispone de heladera para guardar los alimentos preparados al mediodía
para la noche".
A su vez, en otro escrito, firmado por tres decenas de presos de
la U6 que data de la misma época, afirman que mermó la "comida común en
los pabellones, como en los regímenes dietéticos, aconsejados por el personal
médico a internos con enfermedades crónicas".
También, la carta subraya que "en la actualidad se come con
las manos, como si fuéramos medio orientales u orientales nada más. Nos faltan
los recipientes para poder lavarnos las manos, luego de la utilización de las
manos, o sea que estamos culturizándonos en una nueva forma de ingerir los
alimentos, en forma manual (...) Tal vez en este lugar se esté gestando el fin
de la cultura del buen comer occidental con cubiertos, y se pase a la
utilización de las manos como los homínidos arbóreos".
Estos fraudes o robos son la política nacional implacable y
constitutiva de la fuerza, ahora marambista otra vez. En la actualidad se destinan
18.400 pesos por cada preso o cautiva en cárceles federales, ¿por qué las
prisiones son un espacio permanente de necesidad y urgencia? En las cuentas,
bienes y brillos de los marambios, está la respuesta.
"La secta del gatillo alegre y la picana es también la logia
de los dedos en la lata", indicó Rodolfo Walsh refiriéndose a la policía. Cualquier
similitud con el servicio penitenciario es empeñosa emulación. Así, lo
demuestran, por caso, innumerables causas por robo en alimentos, medicamentos e
insumos, nunca sancionadas, y los lacerantes testimonios de los perjudicados
directos.
Precisamente, estas denuncias en nuestra Agencia irritaron tanto a
Marambio quien durante 12 meses prohibió la entrada los penales a quien escribe estas
líneas, ya sea como tallerista o como visita humanitaria a los cautivos y
presas a través de la
Liga Argentina por los Derechos del Hombre. Fueron necesarias
marchas al Ministerio de Justicias, denuncias y campaña de firmas solidarias
para que los privados de libertad, la Liga y la AW restablezcan su derecho
vulnerado por Marambio.
“Mugnolo está muerto”
En pleno apogeo marambista, se publicó el informe lapidario
“Cuerpos castigados”, sobre la infinita variedad de torturas del SPF, impulsado
por la Procuración. La
circulación del volumen coincidió con la divulgación pública de una
conspiración para asesinar al titular de la entidad que es contralor del SPF,
Francisco Mugnolo y al segundo, Ariel Cejas Meliare, urdida desde el Servicio,
según declararon dos detenidos en sede judicial, a quienes altos funcionarios
grises le habían encargado “la tarea” y luego se arrepintieron. Un juez encontró el arma en el
lugar señalado por el detenido reclutado por el Servicio el mismo día del
evento al que asistieron ambos “sentenciados”, en el Complejo Penitenciario II
de Marcos Paz. Consultado Marambio sobre estos hechos, dijo ¿Quién va querer
matar a Mugnolo, si Mugnolo está muerto. Más análogo a un barra brava que a un
funcionario, Marambio exhibía sin embargo una categórica versión de sí mismo.
¿Qué sucedió con la denuncia? Si bien los privados de libertad sucumben por
muerte violenta, las causas
que castigarían a funcionarios se extinguen de muerte natural.
Nacional y popular
El pasado de Marambio, su presente cuestionado por una infinidad
de personalidades y organizaciones populares desaconsejarían a cualquier gobernante su
designación. ¿Por qué el kircherismo lo reinstala contra viento y marea?¿Acaso
desconoce la presidenta que Silvia Barbi Nicodemo fue una joven indócil
masacrada como tantos otros por su nuevo Candado Mayor y que marcó un inicio
funesto? ¿Ignora las 2350 muertes en la década? ¿Carece de hombres más
confiables para la represión brutal que despliega el estado en sus cárceles de
mala muerte? ¿Pretende dar un mensaje inequívoco mano dura? Son interrogantes
que deberá responder Cristina Fernández.
Su verdugo elegido solo tardó instantes en abalanzarse a palazos sobre chicas
indefensas en la U3 de Ezeiza. Ellas tiritaban con los golpes y el grito “te
vas morir hija de puta”, durante un gobierno constitucional, nacional y
popular. Una aún vomita
sangre. Muchas otras se doblan de dolor y humillación. El miedo se hace más
intenso tras la sordidez de los barrotes y bajo miles y miles de endebles
techos. La indignación, la rebeldía y la movilización tendrán que ganar las
calles, una vez, otra vez y tantas otras, contra el ensañamiento que
devasta a los más pobres en
las cárceles de mala muerte de la Argentina.