Entrevista a
Boaventura de Sousa Santos
Por Susana Caló
(...)Susana
Caló – Ha trabajado mucho
sobre la importancia de hacer visibles y valorizar la diversidad de
saberes y
de experiencias del mundo en la perspectiva de las epistemologías del
Sur. La creciente relevancia política de los movimientos indígenas de
América del Sur ha abierto el camino al diálogo y a la coexistencia
entre diferentes saberes y modos de vida. ¿Cómo ve estos avances?
Boaventura de Sousa Santos –
Estos nuevos protagonismos políticos que han surgido en América Latina
dejaron una cosa clara.
Que para ciertos grupos sociales no hay dignidad sin territorio. Es la gran reivindicación de los pueblos indígenas que no imaginan el respeto de su cultura y de sus saberes sin el respeto por sus territorios, porque sus saberes están inscritos en sus territorios. Por lo tanto, no hay cualquier posibilidad de garantizar su dignidad sin garantizar la autonomía territorial. Este reconocimiento es un gran avance histórico. ¿Está en peligro ese avance? Si, ha sido siempre contestado y está en peligro en los países que precisamente progresaran en dirección a ese reconocimiento. Son los casos de Bolivia y de Ecuador porque, si políticamente existe este reconocimiento debido al protagonismo de estos movimientos sociales y una consagración constitucional, por otro lado, esto ocurre en un auge de presión neo-liberal por los recursos naturales debido sobre todo al desarrollo de China. Y por lo tanto, China va a provocar lo que llamamos de reprimarización de la economía, es decir, una vuelta a aquella idea, que es la maldición de América Latina desde el colonialismo, de que América Latina exporta naturaleza, exporta commodities, exporta recursos naturales, exporta materias primas, y no bienes industriales.
Países enteros intentaron salir de esa maldición, como es el caso de
Brasil. Y el propio Brasil, en este momento, está explotando más los
bienes primarios que los bienes industriales. Esto por la presión del
desarrollo chino y de otras presiones internacionales sobre los
productos alimenticios y la especulación sobre los minerales y por
consiguiente, la presión sobre la tierra y el territorio está haciendo
con que todas las conquistas políticas estén siendo minadas por los
propios gobiernos que las instituyeron. Porque las presiones del
neo-liberalismo, de las agencias internacionales, del Fondo Monetario
Internacional, del Banco Mundial, de la
Organización Mundialdel Comercio, les están diciendo que su ventaja
comparada son los recursos minerales y que deben ser explotados ya. Por
este motivo, iniciativas extraordinarias que habían sido diseñadas para
este continente están retrocediendo como, por ejemplo, una gran
iniciativa de Ecuador que pretendía alterar por completo el modelo de
desarrollo basado en el extractivismo, renunciando a la explotación
petrolífera en un territorio que es un territorio indígena. Es el
territorio de mayor diversidad del mundo y se llama Yasuní-
ITT que es un parque
nacional grande y en el que Ecuador se propone no extraer el petróleo
para proteger la biodiversidad y a los pueblos indígenas, pero pidiendo
a la comunidad internacional que indemnice a Ecuador por la mitad de las
pérdidas que va a tener por renunciar a la explotación del petróleo. Esto
es algo totalmente nuevo, una innovación extraordinaria para el mundo,
pero es evidente que el mundo desarrollado, que es el que podía
financiar este proyecto, no sólo no tenía mucha voluntad política, como
entró en una crisis financiera y, por consiguiente, comienza a ser
evidente que este proyecto Yasuní-
ITT no va a seguir
adelante.
Aquí está una gran innovación basada en una nueva idea de territorio.
Porque el problema es que para la lógica capitalista, ahora neo-liberal,
pero capitalista desde siempre, el territorio sólo es válido en la
medida en que es explotado. Un territorio dejado a su suerte, es decir,
que no es explotado, no
tiene valor comercial y el capitalismo no entiende la lógica de los
campesinos. Para la lógica de campesina está muy claro: la tierra se
cansa, por este motivo, la gente tiene varias parcelas de tierra y en un
año se planta en una y en el otro en otra, para que la tierra descanse.
Lo que el capitalismo no acepta es que la tierra descanse, como tampoco
acepta que descanse el trabajador. ¿Cuál fue la innovación? Obviamente
los fertilizantes, los insecticidas y los pesticidas que han conseguido
que la tierra está siempre en constante producción. Esta es una gran
alteración que se da a principios del siglo XX en la concepción que
nosotros tenemos de la tierra, porque anteriormente había una
concepción, si se quiere, más humana del territorio y de la tierra.
Susana Caló -
¿A qué nos referimos si hablamos de la importancia de defender y
promover un diálogo horizontal de los saberes y de las prácticas en
Europa en el contexto actual? ¿Cómo se traducen esas problemáticas para
Europa? ¿Puede el problema ser colocado de la misma manera en Europa y
en América del Sur?
Boaventura de Sousa Santos –
Esas son las preguntas que pretendo responder en un gran proyecto
europeo, financiado por el European Research Council, que estoy
comenzando, el proyecto ALICE (http: // alice.ces.uc.pt/en /). Llegué a
la conclusión en mi trabajo de que el Norte Global y Europa en especial,
tienen muy poco que enseñar al mundo y que el colonialismo los
incapacitó para aprender con la experiencia del mundo. El colonialismo
creó una arrogancia tal en el continente europeo, que se desprecian
todas las innovaciones que puedan venir del Sur Global, porque en el
fondo siempre fueron considerados inferiores. La reacción a cualquier
cosa que venga de Brasil es “ah, esto viene de Brasil, no se aplica a
nosotros”, y si viene de la
India, peor aún. Ahora bien, yo defiendo que puede existir un
aprendizaje. No se trata de una lección del Sur, no es una inversión
tipo “ahora el Sur enseña al Norte”, sino que se trata de intentar crear
un clima intelectual en Europa – y ahí son fundamentales para mí las
epistemologías del Sur y la ecología de los saberes, a la par de los
conceptos paralelos que estoy usando, que son la sociología de las
ausencias, de las emergencias, y de la traducción intercultural – un
contexto epistemológico que, en el fondo, permita a Europa reconocer más
experiencias del mundo y valorizar sus orígenes. ¿Cómo
se hace esto? Reconociéndolas en sus propios términos, según los
criterios de validez cognitiva y normativa en que se desarrollaron y,
por consiguiente, sin depender apenas del filtro del conocimiento y de
la normativa eurocéntrica.
Cuando examino una economía indígena, yo la examino desde el punto de vista de aquello que ella consigue traer en términos de preservación de la biodiversidad y cultivo de la tierra. Siempre existirán extractivistas, en la selva, en el Amazonas. El gran activista brasileño, Chico Mendes, asesinado por latifundiarios, era un extractivista, siringuero, pero ecológicamente orientado. Es decir, fueron siempre los indígenas, los siringueros, y las poblaciones en las riberas del Amazonas, las que utilizaron de una manera ecológicamente sustentable la floresta y los recursos naturales. Ahora bien, las epistemologías del Norte privilegian formas de conocimiento y de actuación orientadas para que apenas interese saber cuánto es lo que se produce por año y cuánto más se puede producir.
Por eso, una de las cinco ecologías tratadas en A
Gramática do Tempo es la
ecología de las productividades. Implica tener otro concepto de
productividad de la tierra que no el meramente basado en el ciclo de
producción que promueve el uso negligente de pesticidas. Existe aquí una
gran transformación en donde la conquista de la diversidad y de la
biodiversidad están en el punto de mira de un desarrollo neoliberal.
Recientemente tuve dos experiencias personales de gran impacto: la que
ya mencioné, en Mozambique, donde fui informado de la expulsión de
poblaciones campesinas de sus tierras para avanzar con el proceso de
extracción mineral y, otra, cuando atravesé la
Pampa argentina en mayo,
totalmente conquistada por la cultura de la soja transgénica y los
pesticidas. Pasamos por allí y no nos ocurrió nada, pero ya existe una
consecuencia perversa y trágica: Río
Cuarto, que es una ciudad de la
Pampa, y Córdoba, que eran los grandes centros de la producción de miel,
vieron como caían sus producciones. La miel acabó porque las abejas
fueron todas envenenadas al alimentarse de polen transgénico. Por lo
que, estas luchas, tienen una triple dimensión. Tienen una dimensión
colonial que se mantiene – el colonialismo continua bajo otras formas-,
existe una dimensión capitalista del uso de la tierra, y existe ahora la
dimensión ecológica que son los límites ecológicos del capitalismo en el
siglo XXI. La naturaleza está hablando, y nos dice que “así no puede
continuar”, es el calentamiento global, es el deshielo. Las fuerzas que
no quieren parar son las que dominan el mundo en este momento. Por
lo tanto, los movimientos tienen que continuar su lucha, pero
esencialmente se trata del esfuerzo de convencer a las clases medias
europeas de que lo que está en causa es un cambio de civilización que
nos va a obligar a cambiar nuestros hábitos de consumo. Y
ésta
ha sido nuestra dificultad.(...)
(Esta entrevista, traducida por Pilar Pereila Martos,
tuvo lugar el 27 de julio de 2012 en el Centro de Estudios Sociales, en
Coimbra, Portugal).
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