3 enero 2014
Chile: ¡Las y los campesinos, los
indígenas y sus organizaciones SI entendemos perfectamente los propósitos de la
Ley de Obtenciones Vegetales! ¡Por eso decimos NO a su aprobación
"Es un proyecto de ley que
atropella derechos fundamentales y pone en peligro nuestra soberanía, en
función de proteger los intereses de un puñado de megaempresas, entre las que
se destacan Monsanto, Bayer, BASF, Dow, DuPont y Syngenta."
Hace algo más de una semana
escuchamos al Sr. Ministro de Agricultura Luis Mayol decir con arrogancia que
la oposición cada vez más amplia al proyecto de Ley de Obtenciones Vegetales se
debía a que quienes no queremos su aprobación “no entendemos nada.” Las
aseveraciones del señor Ministro demuestran que quien no entiende y quien no
quiere escuchar es él y las autoridades del actual gobierno. Hemos explicado
detallada y reiteradamente las razones para rechazar el proyecto de ley, y
hemos fundamentado nuestra posición de manera clara y precisa. Explicaremos
nuevamente nuestra posición aquí, a fin de que la opinión pública no se
confunda con la arrogancia del Ministro Mayol. Ojalá las autoridades de
gobierno esta vez escuchen.
El proyecto de ley pone fin y nos
arrebata un derecho histórico a quienes hacemos agricultura: cuidar, conservar,
reproducir y compartir las semillas de manera libre y responsable. Este derecho
es el que ha permitido que las semillas agrícolas se esparzan por el mundo y el
proyecto de ley lo convierte en delito. Si el proyecto de ley se aprueba y
seguimos haciendo lo que hemos hecho siempre -cuidar y reproducir las semillas-
podremos terminar en la cárcel, pagando multas y con nuestros cultivos
confiscados. Al privatizar una semilla, las empresas nos prohibirán
reproducirla y nos obligarán a comprarla todos los años. El proyecto de ley
contempla crear una serie de mecanismos de control que nos obligarán a abrir
nuestras casas y bodegas a todo tipo de inspecciones. A cambio de ello, las
grandes empresas semilleras, Monsanto, Syngenta, Bayer, Von Baer, etc., podrán
tener un monopolio creciente sobre las semillas que nos alimentan. (Para
información del Sr. Mayol, nos referimos aquí a los Artículos 39, 51 y 52)
El proyecto de ley permite que las
empresas semilleras se apropien de nuestras semillas, ya que les permite
privatizar las semillas que ellos “descubran”. Es imposible descubrir una
semilla agrícola, ya que todas ellas son producto del trabajo y cuidado de las
comunidades y pueblos del campo; cuando alguien “descubre” una semilla está
“descubriendo” el trabajo de otros. Permitir la privatización de una semilla
“descubierta” es en realidad permitir el despojo de un patrimonio colectivo y
popular. (Sr. Mayol, nos referimos aquí al Artículo 2)
El proyecto de ley busca imponer
el absurdo de que a las empresas se les concederá propiedad incluso sobre las
semillas que se parezcan a las que han privatizado, sin importar cuanto tiempo
hayan existido y estado circulando en el campo. Por lo tanto, todas nuestras
semillas están en peligro. (El Sr. Mayol puede verificar el último párrafo del
Artículo 39 del proyecto de ley.)
Las autoridades y los
representantes empresariales han dicho falsamente que las semillas campesinas
estarán protegidas, porque para poder privatizar una semilla, ésta tiene que
ser nueva y distinta. Lo que no dicen es que el concepto de “nuevo” y
“distinto” se define como aquellas semillas que no han sido comercializadas por
una empresa o no estén en un catastro público. Las empresas podrán privatizar
toda semilla que no esté en un catastro y no haya sido vendida por una empresa,
sin importar si ha sido utilizada por generaciones y generaciones. (El Sr.
Mayol puede consultar los Artículos 6 y 7)
También se ha dicho falsamente que
se incluirá “excepciones” para la agricultura campesina. Lo único que el
proyecto de ley toleraría es que para ciertos cultivos se nos obligue a comprar
semillas año por medio y no todos los años. Las empresas adquirirán poderes
para obligarnos a abandonar nuestras semillas y el compartir o intercambiar con
vecinos e incluso parientes será delito. (Sr. Mayol, véase los Artículos 48 y
50)
Otra falsedad es que necesitamos
esta Ley para asegurarnos tener semillas de buena calidad. Absolutamente nada
en el proyecto de ley exige calidad a las empresas; por el contrario le da
poderes a las empresas semilleras para que impidan la importación de semillas
de mejor calidad que las que ellos comercialicen. (Nos referimos aquí a los
Artículos 5 y 39, por ejemplo)
Actualmente existe una ley de
Obtenciones Vegetales que protege más que adecuadamente los intereses de las
empresas semilleras y que ya vulnera gravemente los derechos y posibilidades de
producción de las comunidades campesinas e indígenas. No necesitamos una ley
que empeore significativamente el desequilibrio ya existente. (Señor Mayol,
hablamos de la Ley 19.342)
Estas son sólo algunas de las
razones por las que muchas organizaciones y sectores sociales nos oponemos a
este proyecto de ley. Es un proyecto de ley que atropella derechos
fundamentales y pone en peligro nuestra soberanía, en función de proteger los
intereses de un puñado de megaempresas, entre las que se destacan Monsanto,
Bayer, BASF, Dow, DuPont y Syngenta. Nuestra campaña de información y debate
permitió que 21 Senadores de la República se comprometieran a votar en contra
de este proyecto de ley y logró que la Senadora Von Baer
declarara públicamente que no votaría para no caer en un evidente conflicto de
intereses.
Desde las organizaciones de la
CLOC-VC conjuntamente a los movimientos ambientalistas y ciudadanos conscientes
demandamos que el Sr. Mayol y otras autoridades gubernamentales abandonen sus
falsos argumentos y que las y los Honorables Senadores lleven a cabo el
compromiso adquirido. Igualmente, llamamos también a estar alertas y en
movilización permanente, especialmente el lunes 6 de enero frente a las
oficinas del Congreso en Santiago, y el día 7 frente al Parlamento en Valparaíso
para impedir que triunfen los intereses que representa el Sr. Mayol.
CLOC – Vía Campesina – Chile,
ANAMURI, Confederación Ranquil, CONAPROCH, AMNI, Marcha Mundial de Mujeres
Chile, GRAIN, CET SUR
Santiago 2 de enero 2014
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Campaña Yo No Quiero Transgénicos en
Chile, Declaración Pública
17/03/2014
17/03/2014
Doble triunfo ciudadano:
Ley Monsanto y Convenio UPOV 91 en retirada
El retiro de la ley Monsanto de
privatización de la semilla campesina por el gobierno, significa un doble
triunfo ciudadano: Chile continuará sin adherir al convenio UPOV 91 y las
organizaciones opositoras al proyecto trabajaremos por nuestra propuesta
alternativa, que busca fortalecer la producción agroecológica y la agricultura
familiar campesina. El
amplio movimiento generado en el campo y la ciudad contra la Ley Monsanto y en
defensa de semillas libres de patentes, transgénicos y plaguicidas, forzó a la Presidenta Bachelet
y su coalición de gobierno a anunciar el 17 de marzo el retiro de este
proyecto, enviado al
parlamento en 2009 por la propia presidenta.
La iniciativa (Ley de
Obtentores Vegetales), combatida entre
otros por la Campaña Yo
No Quiero Transgénicos en Chile, RAP-Chile, ANAMURI, y
diversas organizaciones y personas, entregaba
a transnacionales como Monsanto, Syngenta, Pioneer/Dupont y Bayer, productoras
de semillas híbridas y transgénicas , amplias garantías a costa de los derechos
de los campesinos y campesinas y del patrimonio genético del país.
Masivas movilizaciones
en ciudades y localidades, intercambios de semillas, y un inédito y creativo
bombardeo virtual de redes sociales con listas “verdes y rojas”
de parlamentarios; velatones, ferias orgánicas, foros ciudadanos, e intervenciones en
las sesiones de la comisión de agricultura de ambas cámaras, estuvieron entre
las actividades desplegadas. Agradecemos y valoramos todas y cada una de estas
expresiones del amor de nuestra gente por la semilla y por los alimentos sanos.
La ex senadora Ximena Rincón, actual ministra secretaria general de
gobierno, encabezó en el Senado la oposición a este proyecto de ley. A medida
que los ciudadanos comenzamos a ejercer vigilancia sobre la postura de los
senadores, una mayoría de legisladores se informó y se unió a quienes se opusieron tempranamente a la
ley, como Rincón y los
senadores José Antonio Gómez, Alejandro Navarro, Jorge Pizarro y Jaime
Quintana. En 2013 Michelle
Bachelet, interpelada por Tierra Nueva en Limache y en Temuco por la Red de
Semillas Libres del Wallmapu, reconoció
que la iniciativa impactaba negativamente en la soberanía alimentaria y la
biodiversidad; y en sus regiones, los senadores
Eugenio Tuma y Juan Pablo
Letelier se manifestaron contra
la Ley Monsanto.
La defensa de la
semilla
Las guardadoras de semillas, productores como
BioBio Orgánico, las mujeres campesinas e indígenas, los agricultores
biodinámicos, junto a organizaciones socio-ambientales y consumidores
interesados en optar por alimentos sanos y seguros, formaron el corazón del movimiento de
defensa de la
semilla. Partimos hace seis años en un contexto de
generalizada desinformación sobre los riesgos planteados por esta iniciativa, y sobre el rol monopólico de la transnacional Monsanto
que desarrollaba un intenso pero secreto lobby por el convenio UPOV 91. Ese
convenio no nació al alero de Naciones Unidas, es un convenio ideado por
privados, obtentores con respaldo de gobiernos de diversos países del mundo y
se actualiza periódicamente para generar mayores ganancias a estas empresas.
Hicimos ver que varios de los países que registran sus semillas híbridas en
Chile, tales como Nueva Zelanda y Holanda no están adscritos al UPOV 91 y
tampoco lo están países que valoran altamente su patrimonio genético como
Brasil, Perú y China, por lo que es innecesario firmar la actualización del año
1991 (UPOV 91) de ese convenio.
En los últimos años se redescubrió en Chile y en el
mundo el valor de la agricultura familiar campesina, y de la agroecología como
alternativas reales para enfrentar problemas como el cambio climático, y la
necesidad de contar con más y mejores alimentos para la población. Agua ,
tierra y semillas son componentes esenciales para lograr la soberanía
alimentaria, objetivo perseguido por la campaña YNQT en Chile, entendido como el derecho
de todos y todas a decidir libremente sobre los alimentos que cultivemos,
compremos y cocinemos, tomando en cuenta nuestra cultura tradicional y sin que
esto quede en manos de las transnacionales que monopolizan el comercio de la
semilla.
Nuestra propuesta de
Ley de Semillas
Una nueva Ley de Semillas que remplace al
proyecto que logramos abortar, y que nos permita avanzar hacia la soberanía
alimentaria, debe incorporar entre sus contenidos el establecimiento de programas de
producción y distribución de semillas campesinas locales, y la no interferencia en los intercambios de semillas
entre comunidades y organizaciones, permitiendo la comercialización de semillas
locales y reconociendo el rol y autonomía de las comunidades locales en la
recuperación de semillas tradicionales para el campo y los huertos urbanos.
Nuestras propuestas
irán además en el sentido de apoyar la moratoria a los cultivos transgénicos como forma de protección de
la biodiversidad y del etiquetado de los alimentos con transgénicos, que
consagra el derecho de los consumidores a optar por alimentos sanos. Nos
proponemos también lograreliminar del registro de SAG los plaguicidas altamente peligrosos
(PAP) y dañinos para las abejas, y
apoyar en cada Región de Chile la creación de ferias locales y poderes de
compra de los organismos del Estado, tales como hospitales y escuelas, para permitir el abastecimiento
de la población con alimentos agroecológicos producidos en forma sana y sin
agrotóxicos.
Celebramos el
retiro de esta Ley uniéndonos a las movilizaciones que se desarrollarán el sábado 22 de marzo Día Mundial del Agua en el país,
camino a la marcha del 26 de Abril en Santiago, porque para ejercer la
soberanía alimentaria tenemos
que recuperar el derecho al agua, la tierra y la semilla.
Ya atajamos la Ley Monsanto y el
Convenio UPOV 91.
¡Ahora vamos por
la recuperación del agua para ejercer la soberanía alimentaria!
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